Capítulo 19. Si el cauce es accidentado...

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El primer día yendo con las Porter al instituto fue bastante bien, aunque había respirado cierta tensión antes de que Roxanne y yo empezáramos a hablar del examen que teníamos ese día

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El primer día yendo con las Porter al instituto fue bastante bien, aunque había respirado cierta tensión antes de que Roxanne y yo empezáramos a hablar del examen que teníamos ese día. Se me había hecho duro sacar todas las asignaturas adelante, sobre todo las que más me costaban de costumbre —como Mates o Física—, pero por el momento lo estaba consiguiendo. Cuando las preocupaciones no me distraían, el estudio me ayudaba a no pensar en todo lo que se nos había venido encima y lo que temía que pasara si nadie detenía a Elliot.

Dos días tardó en llegar otro mal augurio, literalmente.

Fue la noche del último día de clases antes de las vacaciones de Navidad.

Roxanne volvió a llamarme más tarde de lo normal, sobre las once y media, y yo contesté porque había aprovechado que ya estaba de vacaciones para quedarme leyendo hasta tarde.

—¿Sí? —contesté con preocupación. Después de todo lo que había pasado me temía lo peor rápidamente.

Y mis miedos no fueron infundados por las experiencias anteriores... porque Roxanne me vino con una nueva mala noticia. Una nueva visión del futuro.

Le di las gracias por el aviso y salí de la habitación, sabiendo que los viernes y los sábados se quedaba despierta hasta tarde porque odiaba no aprovechar el tiempo libre. Eso sí, después de tocar y no hallar respuesta abrí la puerta, segura de que estaba escuchando música y que por eso no me había oído.

No me había equivocado: estaba sentada en su escritorio, de espaldas a la puerta, así que no pude ver qué hacía; y tenía los cascos puestos con la música tan alta que hasta yo podía oír al cantante de heavy.

—¡Alison! —grité y ella dio un respingo— Perdona, no te quería asustar. Toqué y no me oíste, así que imaginé que estabas escuchando música y decidí entrar.

Era la primera vez que entraba en su habitación y, como ya había imaginado, la construcción era igual que la de las demás. Había figuras de la serie Stranger Things en una estantería, pósters de Friends, Xena: la princesa guerrera y Embrujadas vestían las paredes. También había fotos allí y, entre ellas, hallé la de una Alison adolescente con algo de acné junto a un hombre y una mujer. Había ropa tirada sobre la cama y también en el respaldo de la silla que estaba ocupando Alison en aquel momento. La pila de libros que había junto al escritorio ya llegaba a la altura de la mesa.

Estaba claro que los únicos ordenados con su espacio personal en aquella casa éramos Peter y yo.

Aun así, la decoración me gustaba.

—Esto... no quiero molestarte, pero... Roxanne me ha vuelto a llamar. Me dijo que su hermana había vuelto a verte en un accidente de coche y que estabas sangrando mucho...

Alison torció el gesto.

—Joder, ¿es esto algún tipo de Destino final? —dijo girándose por completo hacia mí sobre la silla— A lo mejor mi destino es morir...

Morganville Chronicles #1 - La debilidad de ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora