Capítulo 15. Miedo

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Cuando abrí los ojos, la luz de un fluorescente me dio la bienvenida a la realidad

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Cuando abrí los ojos, la luz de un fluorescente me dio la bienvenida a la realidad. No obstante, aún tardé unos segundos en percatarme de dónde me encontraba y no fue hasta que giré la cabeza hacia mi izquierda y vi a Peter allí sentado con una nueva lectura que me di cuenta de que estaba en un box de hospital.

Intenté decir algo, pero estaba tan aturdida aún que lo único que conseguí soltar fue un gemido. Al menos eso fue suficiente para que Peter levantase la vista de su lectura. En cuanto me vio, su rostro mostró una expresión de sorpresa y luego se levantó y salió del box. Aún pude oírlo diciendo que había despertado.

Luego lo vi volver seguido de un hombre con uniforme de médico que empezó a examinarme, abriéndome los ojos y enfocándomelos con una pequeña linterna.

—Todo parece correcto, pero esperaremos los resultados de las pruebas.

—¿Pruebas? ¿Qué pruebas? —pregunté, aún confundida. No sabía qué estaba haciendo en el hospital ni cómo había llegado hasta allí.

—Señorita Carter, soy el doctor Teller. Le hemos hecho algunas pruebas para asegurarnos de que la conmoción cerebral que ha sufrido no sea grave.

—¿Conmoción cerebral? ¿Qué conmoción cerebral? ¿Qué ha pasado?

Peter y el médico se miraron antes de que mi amigo dijera:

—Yo me encargo.

El médico asintió con la cabeza y se retiró. Entonces Peter se acercó a mí.

—Ey... ¿Cómo te sientes?

—Me duele la frente... ¿Qué ha pasado, Peter?

El chico suspiró antes de contestar.

—La verdad es que no lo sé. Jacob oyó unos golpes y pensó que alguien estaba tocando en la puerta, así que fue a abrir... creo que aún sigue afectado por haberte encontrado tirada en el suelo, inconsciente y con un montón de sangre cayendo hasta el suelo desde tu frente. Creyó que estabas muerta...

Hice una mueca, sin ser capaz de decir nada. Esperaba que mi aturdimiento fuese por lo reciente de los golpes y no porque de verdad me hubiesen dañado gravemente el cerebro.

—Voy a llamarlo para decirle que estás despierta. Alison se quedó con él para tranquilizarlo.

Estuve a punto de sonreír porque me pareció tierno que Jacob se preocupase tanto por mí, pero la capacidad de raciocinio que trabajaba en ese momento fue suficiente como para detenerme antes de hacer un gesto inapropiado.

Lo peor vino cuando Peter estaba al teléfono, porque en ese momento los recuerdos volvieron a mí y, con ellos, llegaron las sospechas y las preocupaciones.

Estaba claro quién estaba detrás de mi "accidente", seguramente Jacob también lo sabría, y me preocupaba que Elliot volviese a atacarme o que intentase hacer daño a mis amigos... si a mí me había atacado cuando el sol aún no se había puesto, entonces ni Alison ni Peter estaban a salvo... y Jacob volvería a retraerse y encerrarse en sí mismo...

Morganville Chronicles #1 - La debilidad de ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora