Yo... ¡¿En Karasuno?! (AtsuHina)

Nueve

Su ánimo estaba por los suelos

Atsumu lo había ignorado cuando le mandó aquel mensaje revelándole hasta que punto quería llegar con Kageyama.

Estaba seguro que el rubio había dejado sin leer su mensaje. Odia ver el doble check pero sin el leído, y no sabía si le dolía mas que le dejase con el check azul o que le ignorase.

Habia visto que el mayor era alguien algo liberal cuando de sexo se trata. Es alguien con experiencia y es por ese mismo motivo que le pidió ayuda. Aparte de que era el único que sabía de su relación con Kageyama.

El pelinegro pedía de su atención, y sabia lo ansioso que estaba por intimar con él. Pero el menor debía de entenderlo. Tenia miedo y no quería ser forzado.

Sabía que la primera vez dolía, pero no quería que esa primera vez, fuese un recuerdo amargo. Quería que Kageyama lo amase, le tratase con delicadeza. Y sabía que si Atsumu le enseñaba lo que tenía que hacer, el miedo podría abandonar un poco su cuerpo y sentirse seguro.

Y estaba seguro que lo lograría si el mayor le dijese algo.

Pero no hacia nada.

Solo podía ver como hablaba con los demás miembros del equipo como si su pregunta nunca hubiese existido, y le ignoraba como si él no estuviese en el gimnasio.

¿Donde había quedado ese chico que le quiso ayudar el día anterior?

Aún recuerda su aliento chocar contra su oreja mientras le hablaba, y como su dedo tocaba su piel haciéndole estremecer. Su pequeña espalda contra su fornido pecho le dejaba en claro que tenían masas musculares totalmente distintas.

—¿Te ocurre algo Hinata?

La tranquila voz de Yamaguchi le hizo dar un bote por el susto.

Giró su cabeza hacia el chico y este le sonreía.

El pecoso era alto como Atsumu, pero era igual de delgado que él. Sus brazos no eran tan marcados al igual que su abdomen que había visto cuando se cambiaban en la sala del club.

—¿Por qué preguntas?

—Has tenido la mirada perdida y no estás tan enérgico como siempre.

—¿Ah... Sí?- dijo decaído.

—¿Algo te preocupa?

El pelinaranja apretó los labios y asintió. Agarró el brazo del más alto y lo arrastró hasta una de las paredes del gimnasio.

Apoyó su espalda en ella y agarró con fuerza el balón que tenia entre sus manos.

Yamaguchi le miró y se puso de la misma forma que él pero solo agarrando sus manos.

—Tu... ¿sales con Tsukishima?

Al pecoso se le incendió la cara ante la pregunta del pelinaranja.

Habia sido bajita, pero lo suficientemente alta para escucharla entre el ruido de los balones chocando contra la cancha.

—Eh... Esto... Y-yo... ¿P-por q-que...?

—Yo salgo con Kageyama.- interrumpió el parloteo del más alto.— Bueno... Nos damos besos y esas cosas. Pero no me ha dicho de ser su novio.

Yamaguchi calló por unos segundos.

—¿Te preocupa no tener algo formal?

Hinata sacudió la cabeza.— Él me gusta, ¿sabes? Y creo que lo que tenemos es una relación. Yo digo que es mi novio, pero creo que Kageyama se enfadaría si se entera.