Treinta y nueve

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Everything hurts
And I Know love leads to pain
But memories serve our sweetest refrain

Life goes on - Ed Sheeran

Cuando la campana sonó indicando el inicio del receso, sintió a su estómago revolverse por completo

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Cuando la campana sonó indicando el inicio del receso, sintió a su estómago revolverse por completo.

Siempre agradecía el estar sentado en el final de la clase porque podía dormir sin que le pillasen la mayoría de las veces; pero en esos momentos el estar en la última fila le había venido de perlas.

Pudo observar durante las tres hora de los tres primeros periodos de ese día intentando no sentir que más de una persona le miraba aunque fuese de soslayo. Incluso cree que los de la primera fila se habían girado cuando el profesor no miraba.

Y como para no hacerlo.

¡Noya le había besado delante de un considerable puñado de personas!

Llámenlo loco, pero podía sentir venir los malos comentarios en menos de un parpadeo.

Si ya se sentía vulnerable tras haber recibido cada uno de esos golpes, las palabras de sus compañeros las podía sentir clavándose por todos lados dejándolo más débil que nunca.

Ni la muerte de su abuelo lo dejó en un estado tan lamentable como en el que se encontraba en esos momentos.

—Hey, Kageyama.

Su cuerpo se tensó como una cuerda y levantó la mirada de forma tan lenta como cunado escuchas ruidos en las películas de terror; tras escuchar su nombre.

Aoki Minato, uno de los chicos con los que se había empezado a juntar al empezar ese año, y al parecer uno de los populares al tener esa vibra exótica al ser mitad alemán. Pelo rubio y ojos verdes almendrados...

Para las mujeres era un deleite para la vista. Y para hombres como él, también. Para que mentir.

Lo vio sentarse en el sitio de Hinata, el cual lo había dejado allí para ir al baño. Se sentía abandonado, perdido y muy, muy vulnerable.

Juraría que podría echarse a llorar en cualquier momento.

Sobretodo si Aoki iba acompañado con los otros dos chicos con los que también se juntaba.

—¿Puedo preguntarte algo?

—... Claro.- respondió después de tragar saliva.

—¿Sabes si Atsumu-san irá a darles una paliza a los tipos que te enviaron al hospital?

El pelinegro apretó los labios y abrió como platos los ojos sorprendido.

¿Había escuchado bien?

—B-bueno, yo... Yo no... ¿Eh?

—Mira Kageyama, este año nos tocó en la misma clase y eres un buen tío y te considero mi amigo. Y los chicos piensan igual que yo.- vio que los otros dos asintieron de forma seria.— Y como amigo, estoy muy enfadado contigo por no decirnos que estabas siendo acosado por unos tipos prejuiciosos. 

Yo... ¡¿En Karasuno?! (AtsuHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora