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21 DE SEPTIEMBRE.

dedicado a: wosdelito
-vilinsky
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LA PRIMAVERA por fin se hacía presente en la ciudad y la gente se preparaba horas antes para dirigirse a la gran estancia en el medio de un descampado.












Si bien sonaba algo arriesgado, ya que asistía gente divorciada, casada y mafiosa, era la gran fiesta de la primavera. Nadie podía perdérsela.

Por ésta vez, Rodolfo permitió que Izaro no fuera a trabajar para que tuviera tiempo en arreglarse y asistir junto con Cruz, en un viaje algo silencioso.

El muchacho estaba más callado como de costumbre, con el agarre firme en el volante y la vista fija en la iluminada carretera. No lo malinterpreten, no estaba enfadado con la fémina a su lado ni nada, había tenido un sueño que sospechó que, tiempo más tarde sería una premonición.

―Agustín.―lo llamó Volsk.―¿Todo bien?

―Si Izi...¿qué haces? ―murmuró algo tenso mientras aún miraba la ruta y alternaba su vista en los movimientos ajenos.

―Te mordiste fuerte el labio, y te está sangrando. ―contestó, pasando un pañuelo descartable por su labio inferior con suma delicadeza.

Tragando saliva una vez que ésta se volvió a acomodar en el asiento, la miró enarcando sus cejas de forma inquisitiva y, cuando paseó sus oscuros portales por su anatomía relajada en su asiento, volvió a tragar saliva con disimulo.

Su cuerpo estaba cubierto por un bonito vestido azul francia, bastante suelto pero con la diferencia de que la zona del busto era entallada y la hacía aún más llamativa por la larga cadena plateada que adornaba su cuello perfumado.

Lucía hermosa, siempre lo fue, pero esa noche iba tan ella que resaltaría notoriamente de los grises adultos.

―Tu collar. ―mencionó Cruz, ruborizándose discretamente cuando Volsk se miró en un espejo.

―¿Querés saber qué es?

Obteniendo una respuesta positiva, Izaro tomó entre sus dedos el amuleto.

―Es un triskel. Representa el equilibrio entre el cuerpo, el alma y la mente. ―miró en dirección a la carretera mientras el símbolo yacía entre sus dedos.―¿Te gusta? Porque a mí si.

Sonriendo con ternura, la miró de soslayo.

―Es muy lindo, y tiene un significado, eso es lo más importante. ―se acomodó en su asiento bajo la atenta mirada de su acompañante. ―¿Qué tengo?

―Todo.










[...]








Las coloridas luces mantenían en un estado de embeleso a la de cabellos azules, quien más de una vez fue salvada de tropezarse de no ser por la mano de Cruz entrelazada con la de ella. En la mayor parte de la noche, la de nariz respingada arrastraba consigo al rapero para que la acompañara a cierto stand con accesorios o para conseguir golosinas en alguna máquina con garra.

mustio ; acru. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora