Capítulo 27

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Actualización sorpresa.

Narra _____:

- No - afirma Woozi y luego me da la espalda para sacar un libro del estante de su oficina.

- Pero Woozi...

- He dicho que no, _____. Y no quiero ser grosero contigo, pero vengo de una audiencia que fue un verdadero dolor de cabeza.

- ¿Por qué no? – insisto y luego el abre el libro y se pone a leer en voz alta.

- El secuestro es un delito grave – procede a mostrarme el texto. – Mira, ya hice mucho con abogar para que les impusieran las penas mínimas, no hay vuelta atrás, regresa a tu trabajo – añade y guarda el libro.

- Woozi, por favor; además él no me violó, yo le di mi consentimiento – hago un puchero. Él suelta un suspiro.

- ¿No has hablado con Joshua, cierto? – cuestiona tomando asiento delante de su escritorio. Yo me siento del otro lado del mueble, justo frente a él.

- Lo he estado evitando.

- ¿Por qué? – interroga levantando una ceja, yo suspiro.

- Conociéndolo, dirá que esta fue una experiencia traumática para mí e intentará sanarme.

Él ríe, me indigna su gesto.

- ¿Qué es tan gracioso?

- Ay, _____. A juzgar por el hecho de que le diste tu consentimiento para tocarte, por cómo vestías cuando te rescatamos y por la actitud favorable hacia tus raptores que tomaste, puedo decir que estás en una relación sentimental con Choi, ¿o me equivoco? – Me quedo callada. - ¿Ves por qué no debes evitar hablar con Joshua? -

- ¿Qué pretendes decir?

- _____, voy a plantearte una situación. Una linda, pero ingenua chica, se enamora de su atractivo secuestrador, ¿cómo se le llama a eso?

- ¿Me llamaste ingenua?

- Responde.

- ¿La singular historia de Choi Seungcheol y Yoon _____?

- Qué graciosa. A eso, mi estimada, se le llama Síndrome de Estocolmo. El único aquí que puede asegurar que lo padeces es Joshua, pero yo noto que presentas algunos síntomas.

- ¿Y es malo? – pregunto nerviosa.

- No me corresponde decir eso, de hecho, tampoco me correspondía hablarte del síndrome – comenta y yo hago un puchero. - ¿Tienes idea de dónde puede estar tu cuñado? -

- Supongo que sigue en la oficina de Jeonghan – respondo y luego retomo el puchero.

- Voy a... - quiso decir, pero se ve interrumpido por su celular.

Hago un ademán con la cabeza para indicarle que puede contestar.

- Sí, está conmigo... De acuerdo – cuelga. – Lo invocamos – me dice con una sonrisa traviesa.

- ¿A quién? – en eso escucho cómo se abre la puerta.

- Joshua Hong – responde y yo miro hacia la puerta, ahí está Joshua y detrás de él, Jeonghan.

- _____, ya no sigas huyendo – espeta mi hermano.

- Tengo Síndrome de Estocolmo – suelto con indiferencia.

- ¡Woozi! – reclaman nuestros mayores.

- Tarde o temprano iba a saberlo – se defiende y levanta sus hombros.

Mejor de lo que esperaba (S.Coups/Seungcheol y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora