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Uy no podía ser más escandaloso por la xuxa, hace media hora que llegó y anda weando con la caga de estufa ¿Cómo va a ser tan pavo como para no saber poner la caga de gas?

—Arge deja ahí yo lo pongo después. —Le hablé tranquilo para no empezar a pelear, no le iba a gustar que le saque en cara que no puede hacerlo. Terminé de aliñar la ensalada y la puse en el centro de su pequeña mesita. Bueno era la mesita de té en realidad, nos sentábamos en el suelo, en la alfombra. Tenían una mesa, pero era el medio show sacarla, mover el sillón, la tele. De hecho muchas veces almorzábamos en la pieza, acostados viendo las noticias de mierdas.

Serví la cazuela, dejándole el pedazo más grande del zapallo para él. Me serví dos rodajas de choclo porque me lo merezco.

—¡Ya!—No se demoró na' en venir. Se sentó al tiro y atacó la sopa. Prendí la tele antes de sentarme a su lado. No le había dicho, pero compró manjarate como postre.

"Ola de "portonazos" en el sector de las Condes"

Las noticias más motivantes que uno pudiera tener... Menos mal ellos ni tenían auto, usaban su vieja moto que estaba en una pieza llena de weas que no sabían donde poner.

A lo mejor más tarde salían a dar una vuelta. Cuándo recién empezaron a salir lo lleve hasta la playa en un momento de euforia, ese día fue bonito. Los dos bañándose en medio de la noche, tan cagados de la risa que nos les importó que ni siquiera tuvieran una toalla o que tuvieron plata para pasar la noche en alguna parte. Y que al final, llegarán a una comisaría gritando "Nos robamos esa moto" para solo dormir en el calabozo.

Sonreí. Las tonteras que hacía por él.

Lo miré. A veces se ponía nostálgico de la nada y le daban ganas llorar, no tenía idea del porqué, como si le dijeran que esto no se volvería a repetir.

Ya, que me voy a la luna y se me enfría la wea.

No basta decir que luego nos repetimos el plato y nos terminamos comiendo la olla entera, pensé que quedaría para mañana.

—Ah~ gracias mi amor.—Me dio un beso en la mejilla antes de comenzar a recoger la mesa.—¿Vamos a salir o quieres tomar la siesta, bebo?

—Salgamos a los juegos que parece que es último día.—Los típicos juegos mecánicos que se ponían cada cierto tiempo en algún peladero o cuando sacaban los gitanos de alguno terreno. Tenía ganas de subirse a la tagada y comerse una manzana confitada.


—Ay mira esa facha.—Me piropeó, pero solo me cambié la camiseta no más, y él se puso mi cortavientos azul que le quedaba grande más encima.

—Ya romeo vamos.—Tomé las llaves y lo agarré del brazo para sacarlo rápido de la casa. Caminamos un rato, no sacaban nada con gastar más plata en taxi, si pa subirse a un juego les costaba luca entre los dos. El típico sonido se me empezó a hacerse presente mientras más nos acercaban y el olor caracterizó a químico quemado que desprendían algunos juegos. No era fantasilandia tampoco, pero si estaba con Arge se sentía igual, como si estuvieran en Disneyland.

Tome su mano antes de entrar. No me daba vergüenza que nos vieran, más cuando se encontraba en una, casi, permanente burbuja en la que solo existían ellos dos. Bueno, cualquier cosa Arge es un pobre extranjero vecino que si no se le vigilaba se perdía. 

—Uh ya ¿A cuál nos subimos primero?—Busque con la mirada la fila más corta o el juego que estuviese parando. El tagata estaba lleno, pero el que no lo estaba era el martillo, tenía otro nombre, pero no se acordaba la era. La wea era que podía girar 360° y dejarnos colgados. A todos les daba la pera, pa subirse. Aunque ese dejarían pa' al último.

—Che, el barco pirata no estaba mal.—Mire donde me indicaba. Si, para empezar no estaría mal, le gustaba porque le daban weas en la wata KSKSKS. Lo miré un segundo a los ojos y salí corriendo para hacer la fila mientras él se iba para comprar los boletos. Al frente mío había dos niños con su papá, los pendejos se estaban midiendo para ver si ponían entrar. A veces le daban ganas de tener un cabro chico, sabiendo que significa eso. Sería lindo tener una wawita en brazos y regalonearlo todo el rato, ya que ALGUIEN no le gustaba que lo abrazaran, sino que él abrazara.

Pero en algún momento le va a llegar su bendición y ojalá fuera niña, le pondría Tamara y sería la más chora de la pobla. Le tiraría piedras a los pacos y a los drogadictos angustiados que se ponían a molestar a las niñas que venían saliendo del liceo, porque no se la podían con alguien de su edad.

Meti las manos en mis bolsillos.

Ojalá, si él de arriba se lo permite, claro.

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Bye~









Y ahora somos tres... [COUNTRYHUMANS!ARGCHI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora