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Entonces ahí estamos, son las 4 de la mañana. Nicolás tiene chanchitos luego de tomar su leche, y no para de llorar, Arge estaba boca arriba en el limbo del sueño y estar despierto. No importa que tantas palmaditas le dé en la espalda, no quiere eructar.
—Ya po Nico.
—Nico dale, y te dejamos dormir con nosotros.
Me duele la cabeza en este punto.
—Toma te toca a ti.—Arge se sentó para tomarlo y dar palmadas e inclinándolo un poco. Sabía que íbamos a estar aquí un rato más así que prendí la tele, al menos tenemos cable aquí, si no estaríamos viendo el final de transmisión, que da más miedo que todas las películas de terror juntas. Puse cualquier cosa, bajándole el volumen para no saturar más el ambiente, y volvernos locos.
—¿No se hizo?
—No... ¿Y si le doy el chupete?—Lo saque de la cuna, y se lo entregué esperando que mágicamente se callara, pero lo rechazo como la primera vez que Arge me pidió pololeo. Me di media vuelta para dormir, estuve todo el día atento a él, cambie 5 pañales y le di 4 mamaderas, podrán decir que no es mucho, pero cuidar que un ser tan pequeño sintiendo que apenas lo dejes de mirar se muere, cansa. Buenas noches.
Apenas cerré los ojos dejé de sentir su llanto y me dormí como cerdo. Soñé que estaba comiéndome un chupe de jaibas con el Imperio alemán y RDA por alguna razón.
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—¡Inténtalo una vez más!
—¡No puedo!... Él me bloqueo.
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Abrí los ojos como a las ocho y tanto, me di la vuelta encontrándome con Arge con mi chanchito encima del pecho durmiendo. No tenia idea a que hora se había dormido, pero asumo que no hace mucho, porque entre medio de nosotros estaba el biberón vacío. Que bonitos. Me levanté con cuidado para tomar mi celular y no despertarlos a los dos, porque sabía que me iban a mandar a la chucha si los despierto. Lo prendí, y bueno la cantidad de mensajes de siempre, pero nada que me valga mis puestos, o algo de seguridad internacional, estaba prácticamente desocupado, de aquí a dos meses.
Voy a necesitar un trabajo aparte. Ahora tengo que tener a 2 con el estómago lleno. Les voy a hacer el desayuno mejor. Me puse en pie, quitándole del pecho a Nicolás para acostarlo en su cuna, y casi automáticamente Argentina se puso boca abajo empezando a roncar como un animal. Pobrecito mi amor, le voy a hacer porotos de almuerzo como recompensa de quedarse despierto toda la noche.
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—¡¿Se le acabó?!
Moví el tarro vacío de leche, le duro dos días, no le quedaba ni para raspar. Mire al Nico, que me miraba mientras Arge le daba lo que sería su tercera leche. No tenia idea que comían tanto.
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—Arge, pero como...—Apenas entre a la pieza, vi a Argentina lleno de talco, y el Nico recién bañado.
—No quiere que le cambia ropa.
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Le di un beso en la guatita antes de cerrarle su pijamita, pero en vez de recibir una risita, o por último un llanto me llego un manotazo en el ojo con toda las ganas del mundo.
—¡NICOLÁS!
Este niño tiene toda pinta de querer matarme.
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—Chile... Mira.—Mire al sillón, donde el Nico intentaba morderle el pecho. Me reí. Si tú te lo acercabas el pecho y el dedo, le daba por mamar, en parte me daba penita, ya que por instinto buscaba teta, y yo no le podía ofrecer más que un pedazo de plástico.
—Arge...
—¿Ah?
—Déjalo.
—¿Qué?
—Dale teta.
—¡NO!
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—¡Déjate de comerle la comida a tu hijo!—Me llego un poleron a la cabeza. Mientras dejaba de comerme la leche en polvo. Es muy rica, perdón.
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Ya había pasado un mes exacto desde que Nicolás había nacido, siendo sincero, la verdad no había sido tan malo como lo había esperado, bueno si restamos que dormir más de 3 horas es privilegio y que estoy haciendo malabares para llegar a fin de mes. No se nos había enfermado, comía normalmente, no le daban casi nunca malestares, aunque de repente se le devolvía la leche porque era desesperado para comer, pero se resolvía con darle un poquito, quitársela unos segundos y así hasta que se termina. Y lo mejor es que oficialmente, tiene el apellido de Arge, no pregunte como le hicimos porque en sí dos hombres no pueden poner su apellido, pero como nuestros apellidos son los más comunes del mundo se pudo.
—Ay Nicolás, quédate tranquilo.— Estaba batallando en ponerle la ropita Nicolás andaba muy intranquilo desde la mañana. Tal vez será porque alguien, que tiene la cara celeste y blanca, lo enseño hace poquito a hacer gorgoritos y agitarse como pez fuera de agua, haciendo imposible cambiarle de ropa. Hoy día llegaban sus tíos y tías, y le quería poner un conjunto que le compre hace poco. Argentina fue a comprar cosas en el super, de la plata que tenia guardada en un cajón que ni yo me acordaba que tenia. Tenia esa mala manía de guardar plata en cualquier parte y después se me olvida, a lo mejor hacía más de 300 lukas por ahí.
Estaba nervioso, hace mucho que no los veía, con cada uno me llevo peor que el anterior. Si hiciéramos una lista seria:
Whipala
Magallanes
Rapa nui
Mapuche
Horrible. No me interesa verlos a ninguno de ellos, menos llevarme, cada uno por su lado, yo en el centro, dos en el sur, uno en el norte, y uno en medio del mar, este país es bien largo, hay espacio para que no nos veamos. Cada uno hace su vida, y nos juntamos para ocasiones extraordinarias y esta era una de ella, además que no quería pelear con el Nicolás al frente y a Arge ponerlo en medio de un problema que no le incumbía.
Al menos teníamos algo en común, que nos encantaba la carne y todo lo que contribuyen a un asado. Y si todos estamos comiendo evitamos roces porque no se habla con la boca llena.
En eso llego Argentina y preparamos todo para un almuerzo, sacamos la mesa, movimos el sillón, y pusimos monitos para evitar empezar a pelear al ver las noticias.
Tengo un nudo en la wata, ay.
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Y ahora somos tres... [COUNTRYHUMANS!ARGCHI]
FanfictionVecinos con dos años de pololeo, un departamento donde apenas caben ellos dos y muchas cuentas que pagar. No todo era perfecto, pero se las arreglaban. Sin embargo, una inesperada visita de la cigüeña los pondría a prueba ¿Cómo se les complicará la...