Y ahora somos tres... [COUNTRYHUMANS!ARGCHI]

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(Momento para recordarles que la historia transcurre en el 2007, y no tiene correlación con mis headcanons.) 

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Guarde mi celular después de publicar la foto. Estaban esperando para que revisaran sus papeles para pasar finalmente a gringolandia. Nicolás estaba un poco incómodo, se removía en la cangurera. De seguro se pondría a llorar, no reconocía nuestras voces al estar hablando en inglés y porque había mucha bulla.

Yo con mi pasaporte era suficiente, solo lo mostraba, daba algunos datos de Nicolás y podía pasar. Beneficios de ser perkin de Usa, bueno si no le pagaran el pasaje la ONU no vendría nunca, 300 lucas el pasaje, con eso pago el arriendo. Arge lo revisaban como si fuera traficante de órganos y lo interrogaban como si hubiera matado a alguien. Bese la frente del Nico, al final le puse un chaleco porque estaba muy fresco por el aire acondicionado, y si se enferma me muero.

Aproveche y llame al chucrut.

—¡Chile! ¿Ya llegaste?

—Acabamos de pasar el control ¿Dónde estás? —Arge se paró a mi lado, acomodándose la chaqueta. Le tomé la mano, él llevaba todas las cosas.

—Afuera en el primer estacionamiento.—Ya sabía dónde estaba eso. Caminamos entre la gente, Nico empezó a sollozar.

—Yap voy, bye.—Había demasiada gente, le empezaba a doler la cabeza.—Arge, tú.—Él me guiará ahora. Odiaba los lugares con mucha gente, se abrumaba, no para echarse a llorar, ni que le diera un ataque de nervios, solo las evitaba a toda costa. Era muy huaso todavía.—Al estacionamiento.--Me dejé arrastrar mientras le daba palmaditas a Nicolás. No quería que llorara, después tenía toda la cara roja y se le salían los moquitos. Aparte que no únicamente tendría a un bebe llorando, sino a dos.

Salimos finalmente, ya era de noche. México aún no había llamado, de seguro se quedó dormido.

—¿Dónde está este?—Nico seguía inquieto. Se movió como un gusano hasta que le agarró la chaqueta Arge.—Ay ¿Qué paso?— Lo tomó en brazos, dejando todo en el suelo. Mire hacia los lados buscando ale. Lo voy a llamar.

—¡Chili!—Reconoció de inmediato la voz de Francia. Mire hacia atrás y ahí estaba. Si estaba Francia, Alemania estaría tan perdido en la luna mirando a Francia que no lo iba wearia, además si no paraba la wea acá a la otra reunión, lo iba a acusar con ella que me estaba hostigando.

—Francia, hola.—Le di un beso en la mejilla como saludo.—Tantas lunas ¿Estas con Ale cierto?

—Oui, él está en el auto. Me dijo que tendríamos una cita los 4 buenos los 5.—Miro a Argi y Nicolás que se estaban dando besitos. A Arge le dije que no le dé besos en la boca, quién sabe dónde se metió en el hocico este weon.—Oh comme c'est mignon(Oh que lindo es) —Se le acercó a Arge, arrebatándole a Nicolás.—¿Nicolás no? —Asentí. Recogí las cosas del suelo. Estaba cansado, entre más pronto comieran, más cerca estaría de enterrarse en la cama. Francia era buena muchacha, pero la verdad no tenía ánimo. Tal vez arge si, durmió como tronco casi todo el viaje. --Vamos hace frío.

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Todo era muy lindo y familiar, Nicolás estaba en un sillita de madera incluso. Pedimos algo no tan pesado, algo de ensalada y sopa como entrada, bueno pedimos me suena a manada, los demás se estaban atragantando con carne. El niño ya se tomó su biberón, pero Arge seguía insistiendo que le diera algo más ¿Qué quería que le diera? No tiene dientes. Una vez me dijo que si le podía licuar un poco de carne para que se la tomara en la mamadera. Aunque si le acercabas algo con el tenedor, abría la boca.

—Oye chile ¿aún no habla?—Hablar no, solo babeaba y decía "a" o "wa" o hacía sonidos de bebe como grititos, o se reía.

—No, aún no.— Le sonreí suavemente, tenía sueño.

Nos quedamos un rato hablando tonteras, los cahuines de la semana y volas para pasado mañana en el trabajo. Yo estaba puro esperando que Nico bostezara, para decir ya chao. Pero el pelotudo que tengo de novio sugirió pedir un caliente para tomar. Lo odio mucho. Bueno aunque un té no le vendría mal, más raja se iba a quedar. Nicolás como de costumbre se aburrió sin sus juguetes, se ponía inquieto y le daba querer por rodar. Arge lo tenía en brazos y parecía mentalizado en tirarle el pelo a Francia. Apoye la cabeza en el brazo de arge.

Unos momentos después estaba con mi tecito en el limbo entre dormido y estar consiente. A Argentina le estuvo pegando todo el rato por debajo de la mesa para que nos fuéramos. Tome rápido mi té. Espere que todos terminaran. Hablaban como loros.

Bueno como decía el dicho, Medidas desesperadas para situaciones desesperadas ¿o era al revés?

Baje mi mano que estaba cerca de su pierna y sin más le agarre la entrepierna. Este dio un salto. Lo miré con todo el odio del mundo.

—Bua eso estuvo muy delicioso, pero creo que deberíamos irnos ya, Nicolás debe tener sueño.— SI CONCHETUMARE, TE LA CHUPO DESPUÉS PERO VÁMONOS.

—Aw ¿tan luego?—SI.

—Además, tenemos que limpiar un poco.—Dije con una sonrisa para ambos.

Al rato llegó el mesero, la cuenta no fue mucho solo 70 dólares. Mentira, con eso compraba la despensa del mes. Supongo que 18 y 18, lo demás como propina. Saqué la billetera, yo administraba la plata de la casa, si Arge quería comprar algo, me tiene que preguntar y hasta arrodillarse. Me acordé que una vez lo hizo en la calle porque quería un helado. Menos mal que cambie la plata antes de salir. Puse el dinero sobre la bandejita, 26 verdes.

—Agh, ja, ja, Nein chili, yo pago todo.—Lo miré a los ojos por primera vez en toda la noche. Me pude ver en sus lentes.

—Ay, no seas así, mitad y mitad.—Sonreí falsamente.

—Pero si yo invité, insisto.—Puso un billete de 100. ¿Esa es tu forma de restregarme que tenias plata? No cedí a mis impulsos de fruncir el ceño, y seguí con la expresión de tranquilidad.

—Me sentiría muy mal, si no po.—Mire a Francia. Buscando apoyo.—No me quiero aprovechar, lo pasamos tan bien.—Di una risa.

—Pero tu com-.—Francia lo interrumpió.

—Pongamos 36 de cada lado, yo le daré la propina al mesero, no hay problema.—Note como lo pellizco.

Tomaré esto como un empate. Tenía que hablar con él, aún tenía que recuperar su orgullo.

Dicho y hecho, pagamos todo y nos largamos de ahí. Me topé con la vista de Ale por el retrovisor un par de veces, pero nada importante. Estuvimos unos minutos por la carretera. Hasta que llegamos a la casona. Se diferenciaba de las mansiones que estaban cerca por su forma colonial, ya saben muros de adobe pintados de blanco con tejas arriba del todo, aunque la reja era más actual. Nos bajamos en la entrada, les dimos las gracias y se fueron. Mi camita, solo pienso en ella.

Abrimos la puerta despacio ya era un poco tarde.

No había nadie en la sala. Tome a Nicolás y las maletas, necesitaba ir a mudarlo. Nuestra pieza tenía baño propio al menos. Subí las escaleras. La mayoría de habitaciones estaban en esta planta, tenía entendido que puerto rico y México ya estaban aquí desde la mañana. Abrí la última puerta del pasillo junto a una ventana en diagonal. Esa era la mía y la de Arge al frente. Todo seguía igual, pero tendría que pasar un poco la escoba. Aunque mucho acá no tenia, mi guarda ropa y mi cama, eso. Fui al baño rápidamente, Nicolás comenzará a llorar y no podría detenerlo con el poto sucio.