15 - La Historia

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-Arlette-

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-Arlette-

Caminábamos de vuelta a la tienda, Ron sostenía la espada y Harry me ayudaba a caminar ya que el tobillo me seguía doliendo, pero sobre todo era por la espalda. Siempre terminaba con algo roto, al igual que mi mejor amigo.

Ron no paraba de decir que tenía miedo de la reacción de Hermione, y no intentaba darle consuelo ya que todos sabíamos cómo iba a reaccionar. Y lo confirmamos cuando llegamos a la barrera protectora de la tienda, Harry comenzó a llamar a Hermione.

—¡Hermione! ¡Hermione!

—Si gritas la enfurecerás más—le dije apretando su hombro para que me soltara al fin—ya sabes que sigue resentida porque le cogiste su varita.

Rodó los ojos.

—¡Hermione! ¡Sal de una vez!

Lo corroboraba, mi amigo era imbécil.

La tela que cubría la tienda se fue abriendo lentamente hasta que apareció Hermione rodeada por una manta, sus ojos estaban hinchados al igual que sus mejillas. Cuando se acercó a nosotros nos miró a cada uno, inspeccionándonos. Primero a Harry, que estaba pálido como el mármol, con los labios morados y con algunos cortes en el rostro. Luego pasó la mirada hacia mí, me encontraba engarrotada por el dolor en la espalda y cojeaba al caminar. Finalmente miró al pelirrojo y se quedó petrificada. Ron vestía ropajes de invierno, con grandes ojeras y entre sus manos estaban la espada y el guardapelo, al fin destruido.

—Hola—dijo Ron algo aterrorizado. Sonreía con amabilidad pero se le notaba el miedo en los ojos.

Hermione dio un par de zancadas con fuerza y se acercó al pelirrojo. Su mirada estaba cargada de furia y rencor. Le arrebató la mochila que llevaba y comenzó a darle golpes al compás de sus palabras.

—¡Eres un idiota, Ronald Weasley!—gritó mientras seguía dándole golpes—Te presentas aquí después de semanas, ¿¡Y dices hola!? ¿Dónde está mi varita, Harry?

Se acercó al azabache sin calmar su furia pero él retrocedió.

—No lo sé.

—Hermione, cálmate, estoy segura que tiene una buena explicación—intenté apaciguar la situación.

—¡No! ¡Quiero mi varita!

Ron dio un paso y se atrevió a preguntar:

—¿Por qué tiene él tu varita?

—¿¡Qué más da por qué tiene mi varita!?—preguntó Hermione todavía a gritos. Pero se calmó cuando vio los objetos que llevaba Ron en sus manos—¿Qué es eso?

Resoplé cansada de todo el numerito y cogí el guardapelo.

—Está destruido, Hermione, al fin lo está—dije alzándolo para que observara el guardapelo roto.

Almαs Unıdαs · Tom Rıddle [3] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora