5 - Mundungus Fletcher

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-Arlette-

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-Arlette-

Las noches se hicieron frías en aquella casa. Hacía dos años estaba llena de vida, de sonrisas, pero sobre todo de gente. Cada rincón me hacía pensar en Sirius. Sentía el pánico recorrer mis venas cada vez que miraba por la ventana, allí se hallaban dos o tres mortífagos diferentes haciendo rondas de vigilancia. Por suerte ellos no podían vernos, por lo que procurábamos no salir del límite protector. Sin embargo, cada día uno de nosotros salía para coger el periódico del mundo mágico y estar alerta.

Esa misma mañana, Harry había desaparecido y Hermione se había empeñado en buscarlo, pero ni a Ron ni a mí nos pareció muy relevante ya que él querría estar solo, sobre todo en la casa de su padrino.

—Muero de hambre—se quejó el pelirrojo sentándose a mi lado.

Me encontraba en la cocina, leyendo el profeta.

—Siempre mueres de hambre, Ron.

Río por lo bajo.

—Arlette—me llamó—¿Te puedo hacer una pregunta?

Asentí doblando el periódico y centrando toda mi atención en él.

—Verás... cuando termine todo esto, he estado pensando y...—se escucharon los gritos de Hermione y Harry desde arriba, pero no les tomamos importancia ya que hablaban sobre Bathilda Bagshot—Bueno, eso. ¿Crees que sería buena idea pedirle a Hermione salir conmigo después de todo... el tema de los Horrocruxes?

Entonces, la que sonrió fui yo.

—Claro, de hecho, deberías de hacerlo antes. No sabemos cuánto durará la búsqueda ni qué riesgos tendremos. Nos enfrentamos a algo muy grande.

—Pero, ¿Y si no acepta?

Con el periódico todavía en mis manos le di un golpecito en la cabeza.

—Llevo seis años observando cómo peleáis, las miradas que os hacéis y los últimos meses los abracitos y las risitas. Claro que es mutuo, tonto.

Fue a decir algo más, pero de nuevo los gritos de Hermione nos interrumpieron:

—¡Arlette! ¡Ron! ¡Corred, venid aquí!

Resoplé por lo bajo, y junto al pelirrojo subimos la escalera a regañadientes, ya que estaba demasiado cansada y hambrienta.

—¿Qué sucede?—preguntó Ron malhumorado—Si se trata otra vez de esas arañas gigantes, quiero desayunar antes de...

Pero sus palabras fueron detenidas cuando nuestra mejor amiga nos señaló el letrero que había en una de las puertas.

Prohibido pasar sin el permiso expreso de Regulus Arcturus Black.

Quedé rápidamente sorprendida al leerlo. Sabía que era importante, muy importante. Mi mente lo conectó enseguida.

Almαs Unıdαs · Tom Rıddle [3] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora