1 - Poción Multijugos

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-Arlette-

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-Arlette-

Lo había decidido. Les conté a mis padres y a Uriel lo que estaba sucediendo, así que decidí que lo mejor para ellos era viajar lo más lejos posible. Uriel quería luchar, pero no se lo permití, no estaba en condiciones de hacerlo. Hermione también intentó salvar a sus padres borrándoles la memoria. Y los tíos de Harry también se marcharon.

Por lo que pasé varias noches en su casa, ya que me daba miedo quedarme sola, sobre todo por las noches. La muerte de Dumbledore se repetía en bucle y cada vez era peor. Sentía un terrible miedo recorrer todo mi cuerpo.

Tampoco tenía noticias sobre Draco, que era lo que más me preocupaba. Me dijo que encontraría la manera de comunicarse conmigo, pero iba a ser casi imposible. Y tenía miedo por él porque Tom estaba enfadado con Lucius y lo pagaba con Draco. ¿Y si lo había matado? ¿Y si lo había torturado? Preguntas así me abordaban cada segundo.

Decidí dejar de pensar en eso.

Ayudé a Harry a recoger sus cosas, incluso me enseñó cada parte de la casa de los Durley, incluyendo la pequeña lacena bajo las escaleras donde dormía antes de descubrir que era un mago. Eran tiempos oscuros, por lo que todos estábamos un tanto sentimentales.

—No la recordaba tan pequeña—dijo Harry volviendo a cerrar la puertecita de la lacena.—Es curioso que siempre haya odiado vivir aquí y ahora todos los recuerdos felices, aunque fueran pocos, vuelvan a mi memoria.

Sonreí.

—Eso es bonito—comenté.

—Mira—dijo señalando el felpudo de la entrada—¿Recuerdas el ataque de los dementores? Pues Dudley vomitó encima de él cuando llegamos.

Una carcajada salió de mi garganta al imaginarme al primo gordo de Harry vomitando sobre aquel felpudo. Era un tonto malcriado, pero en ciertas ocasiones daba gracia verlo. Sobre todo cuando Harry le plantaba cara.

De pronto se oyó un ruido ensordecedor fuera de la casa. Caminé hasta la ventana y miré para ver qué sucedía. Entonces, comenzaron a aparecer figuras por el jardín. El que más destacaba era Hagrid, el cual llevaba un casco y gafas de motorista y se encontraba sentado en una inmensa motocicleta con sidecar. A su lado había más gente bajando de sus escobas. Y lo más sorprendente era que incluso habían traído Thestrals.

Harry y yo salimos corriendo hasta ellos. Hermione me abrazó inmediatamente, al igual que Ron.

—¿Todo bien, chicos?—preguntó Hagrid—¿Listos para marcharos?

—Ya lo creo—respondió Harry sonriente.

Recorrí con la mirada a todos los que se habían presentado.

—¡Habéis venido... todos!—comenté riendo.

—Ha habido un cambio de planes—gruñó Ojoloco—Pongámonos a cubierto mejor.

Almαs Unıdαs · Tom Rıddle [3] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora