24 - Reencuentro

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-Arlette-

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-Arlette-

La sala estaba fría. Solo se escuchaba el crujido de la leña al quemarse en la chimenea. Únicamente habían tres personas, Bellatrix arrodillada en el suelo y Snape a su lado cruzado de brazos y sin cambiar su semblante y serio rostro.

Ahí estaba el creador de toda esa guerra. Había un gran butacón junto a la chimenea, era de color verde y aterciopelado. Sentado en él estaba Voldemort, el caparazón en el que se encontraba atrapado Tom. En uno de sus brazos estaba recargada Nagini.

Lucius me condujo hasta el centro de la sala y se inclinó frente a Tom para hacerle una reverencia.

—Dichosos sean mis ojos—dijo con su voz siseante. Me miraba con sus pupilas rojas.

De nuevo sabía que intentaba penetrar mi mente, pero no lo conseguiría, no hasta que yo quisiese.

—Ya me has atrapado, estarás contento—dije con valor, no me iba a intimidar.

—¡¿Cómo te atreves a dirigirte a él?!—gritó Bellatrix hecha furia—¡Merece respeto, asquerosa rata!

Fue a levantar la varita para atacarme, pero de pronto sus movimientos fueron interrumpidos. En la estancia resonó un fuerte «¡Crucio!» y Bellatrix cayó al suelo retorciéndose de dolor.

—A-amo—suplicó.

Sonreí.

—Te lo advertí, Bella—dijo tranquilo sin siquiera levantarse. —Qué modales los míos, bienvenida, Arlette.

—Al fin me pillas, eh, te han costado tres intentos y medio—me burlé.

Sabía que no me iba a hacer daño. Todos en la sala se habían quedado anonadados al ver mi tranquilidad.

—¡Marcharos!—les gritó a Lucius y Snape. Bellatrix seguía en el suelo—Menos tú, vamos a tener una charla. Me vas a relatar lo sucedido en mi ausencia.

Lucius y Snape asistieron y seguidamente salieron de la sala. Quedamos los tres solos y Nagini, la cual siseaba de vez en cuando.

—Mi amo, se lo suplico—murmuró la loca.

Estaba quieta observando como se retorcía.

—Solo te ordené una cosa y tú me desobedeciste—dijo sereno. Se levantó del butacón y caminó hasta ella—Soy piadoso con los que lo merecen pero no permitiré que me desobedezcas.

—¡Ella sigue viva, amo!

No entendía nada de lo que estaba pasando pero me estaba divirtiendo mucho ver a mi atacante siendo torturada.

—¡No por mucho tiempo, estúpida! ¡Es tu culpa! Si tengo que matarte lo haré.

Fruncí el ceño al escuchar a Voldemort. ¿De qué hablaba? ¿Acaso había insinuado que iba a morir pronto? ¿Cómo lo sabía?

Almαs Unıdαs · Tom Rıddle [3] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora