Almαs Unıdαs · Tom Rıddle [3] ✔

36 - Final

-Arlette-

Todo el mundo dio un paso al frente y gritaron, pero justo en ese momento Harry saltó de los brazos de Hagrid y le lanzó una maldición a Nagini, acto seguido salió corriendo. Tom al verle gritó con fuerza y desapareció, seguramente iría detrás de Harry.

No me lo pensé dos veces y comencé a correr en su dirección, pero un brazo me lo impidió.

—¡Déjame ir, Draco!—le grité intentando soltarme.

Él me apretaba el brazo empujándome hacia él.

—Ven conmigo, Arlette, con nosotros estarás a salvo—dijo suplicante.

Negué con la cabeza y me solté.

—Sabes que no puedo.

—Te quiero—susurró apartando la cabeza para que no viera sus lágrimas caer—Siempre lo has sabido, ya no tengo más palabras para decírtelo, por favor, no vayas, no quiero despedirme de ti.

Mis pulmones se quedaron sin aire al escucharle.

—Cuida de tu familia...

Negó con la cabeza.

—Me niego, no quiero que te vayas—volvió a repetir.

—Sabes que te quiero, Draco, pero estaréis mejor así, tenemos que detener a Voldemort—dije tomando su mano.

—Sé que no voy a volver a verte—murmuró.

La mano de Narcisa se colocó en el hombro de su hijo y me miró asintiendo con la cabeza. Le sonreí con amabilidad porque ella curó mis heridas y se preocupó por mí en la Mansión.

—Gracias, Arlette, por cuidar de mi hijo cuando yo no pude—me dijo.

El suelo vibró, toda una explosión retumbó en el interior del castillo. No tenía tiempo.

—Manténganse a salvo—le rogué a Narcisa.

Miré a Draco por última vez y solté su mano. Esa mirada quedó grabada en mi piel, quemó, pero no podía, tenía que ir con Harry.

Corrí lo más rápido que pude evitando algunos carroñeros que se cruzaban por el camino. Subí las escaleras de mármol que llevaban al Gran Comedor y me apoyé sobre la pared logrando evitar un escombro que había sido lanzado en mi dirección, entonces no pude evitar escuchar la conversación que estaban teniendo Harry y Tom.

—No hay más Horrocruxes, solo quedamos tú y yo—escuché como decía mi mejor amigo—Ninguno de los dos podrá vivir mientras el otro siga con vida, y uno de los dos está a punto de despedirse para siempre...

—¿Uno de los dos?—se burló Tom. Otra explosión se escuchó—¿Y no crees que ése serás tú, el niño que sobrevivió por accidente y porque Dumbledore movía hilos?

Fruncí el ceño. Quería ayudar a mi mejor amigo, pero sabía que si aparecía en aquel momento las cosas se iban a complicar todavía más.

—¿Llamas accidente a que mi madre muriera para salvarme?—replicó Harry. Me asomé por el lado de la pared y los observé. Mantenían las distancias pero caminaban en círculo, sin dejar de observarse el uno al otro—¿Llamas accidente a que yo decidiera luchar en aquel cementerio? ¿Llamas accidente a que esta noche no me haya defendido y aun siga con vida, y esté aquí para volver a pelear?