Aviso:
Este extra está escrito en un mundo diferente, digamos que en otra dimensión si Arlette y Tom hubieran sido una pareja normal, espero que lo disfrutéis.
-Tom-
Ataba lentamente los botones de mi camisa blanca mientras me observaba en el espejo. Mis ojos iban a conjunto con el gris del traje que Arlette había decidido para mí.
Era nuestro aniversario, hacíamos trece años de casados y habíamos decidido ir a celebrarlo los dos solos, por los viejos tiempos.
—¡Tobby!—escuché a mi esposa gritar con todas sus fuerzas—¡Comparte los juguetes con tu hermana! ¡A tu padre tenías que salir!
Reí por lo bajo al escucharla.
Nuestro pequeño tenía cinco años y le hacía la vida imposible a nuestra otra hija, la cual era dos años mayor. Convencimos a nuestra vecina de enfrente de que los cuidara en su casa toda la noche, para poder estar los dos solos.
Una vez terminé de arreglarme bajé al salón de la casa y me sorprendí al ver el percance. Los juguetes estaban esparcidos por todo el suelo y los dos niños estaban tirándose del pelo mientras que Arlette intentaba separarlos procurando no arruinar su vestido rojo. Cada día me parecía más preciosa.
—¡Aremi, no me muerdas!—grito ella una vez más dirigiéndose a nuestra hija.
Solté una carcajada al verlos y cuando me escucharon se detuvieron por completo al verme ahí parado. Mi esposa me mató con la mirada al verme de brazos cruzados sin hacer nada por ellos, así que decidí intervenir.
—Tobby, ven con papá un segundo—me acerqué a él y le cogí en brazos caminando hacia la cocina.
Arlette me miró con agradecimiento.
Coloqué a mi hijo sentado sobre la encimera de la cocina y me separé.
—Quiero jugar—dijo poniendo morritos, frunciendo el ceño y cruzando sus brazos.
—Escucha, tengo algo para ti, pero es un secreto—susurré para que solo él me escuchara. Saqué de mi bolsillo derecho del pantalón una caja con una rana de chocolate, entonces antes de dársela le señalé con el dedo—debes prometerme portarte bien con tu hermana.
Tan pronto como la vio le brillaron los ojos y comenzó a patalear de alegría. Entonces se la di y lo volví a coger en brazos en busca de mi otra hija.
No tenía favoritismos entre ellos, pero a ella ya le di una caja por la mañana a cambio de lo mismo, a veces llegaban a ser insoportables como sus padres, debía admitir.
—Bien, espero no recibir ninguna llamada de la señora Figg—dijo Arlette acomodándose dos mechones detrás de la oreja —ha accedido a cuidaros sin nada a cambio, que ya es mucho de su parte.
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Almαs Unıdαs · Tom Rıddle [3] ✔
Fanfic[3] ||Si no habéis leído Almas Conectadas y Almas Encontradas no os recomiendo leer esta sinopsis, estáis advertidos.|| Arlette descubrió toda la verdad que ocultaba su pasado. Tras perder a Dumbledore, Harry y ella, junto a sus mejores amigos, deci...