Emerald University - A Shadamy Story

Solo en la oscuridad

No recuerdo a mi madre, murió cuando era pequeño; pero desde que tengo memoria, María estuvo a mi lado. Ella sólo era 5 años mayor que yo y aún así siempre me cuidó y vio por mí. Era buena cocinera, siempre me hacía comidas deliciosas, me ayudaba con mis tareas, me cuidaba si me enfermaba; se podría decir que asumió el papel materno en mi vida a pesar de su corta edad. Gerald siempre estaba ocupado con su trabajo como científico, eso o estaba atendiendo asuntos relacionados con la salud de María.

Ella siempre fue alguien enfermiza pero nunca fue algo grave hasta que cumplió 15 años, comenzó a tener dificultad para respirar y a tener desmayos; inmediatamente la internaron en el hospital.

Al principio dijeron que no había de que preocuparse, que ella estaría bien, o por lo menos eso me dijeron a mí. Regresó a casa con un tratamiento y medicamentos, pero a pesar de eso, ella siempre seguía sonriendo. Por ese entonces me enseñó a cocinar y a valerme por mí mismo, yo pensaba que así podría ayudarle ya que comenzaba a fatigarse con facilidad. Tenía que ser alguien fuerte e independiente por ella.

María pasaba muchas noches durmiendo conmigo, susurrándome en el oído hasta quedarme dormido. Una noche sentí como se sacudía a mitad de la noche y llamé a Gerald horrorizado por lo que pasaba, tenía convulsiones.

Esa vez la internaron indefinidamente. Le hicieron una cirugía y no podía salir del hospital, por lo que frecuentemente me quedaba sólo en casa; aprendí a irme por mí mismo al hospital para verla ya que Gerald no solía llevarme. Siempre estaba ocupado con el trabajo o simplemente me olvidaba.

María pasó 3 años encerrada en el hospital, deteriorándose tras cada cirugía y complicaciones que la llevaron a estar conectada a una máquina que le diera soporte a su corazón, necesitaba un trasplante.

Yo sólo podía sentir impotencia al verla, sus facciones empeoraban con el tiempo y en ocasiones su único deseo era salir más allá del jardín del hospital y ver la ciudad. Aún siendo un niño lo presentía, que ella podría irse y dejarme solo.

Como debes imaginar, todo eso me cambió. Mis notas bajaron, comencé a pelear en clase ante cualquier provocación, e inclusive comencé a faltar. A odiar a todos por lo que le pasaba a mi hermana. A Gerald le importaba poco lo que pasara conmigo, su prioridad era María.

Cuando inicié la secundaria conocí a Mephiles y a Scourge; me agradaron, eran justo como yo. Tres chicos problemáticos cuya educación nos importaba poco. Con problemas y ganas de olvidarlos. Admito que en ese entonces eran mi vía de escape, disfrutaba estar con ellos.

La inminente muerte de María llegó cuando yo aún tenía 13 años y con ella se fueron los últimos atisbos de control que tenía. Gerald se consumió por la tristeza de la muerte de su hija mayor, aunado al de su esposa hace años. Desde entonces comprendí que me había quedado completamente solo.

Debo decir que Mephiles no fue la mejor compañía para un niño que pasa por algo así. Él también tenía sus problemas, lo que nos hizo a ambos un par de chicos rencorosos hacia el mundo que sólo buscaban cualquier situación para olvidarse y divertirse. Scourge... bueno, él sólo era un idiota que nos seguía a todas partes alentando y alabando nuestras estupideces.

Solíamos ser bastante violentos hacia cualquiera que se nos cruzara, esperando cualquier excusa o provocación para empezar una pelea; a robar sin ser vistos en tiendas y centros comerciales, Mephiles siempre fue empujándome a más pero tampoco voy a justificarme con eso. Alrededor de los 14 encontramos formas más útiles de adormecer el dolor y olvidarlo todo, el dinero de aquello que robábamos era útil para eso. Gerald se dio cuenta de esto, supongo que era algo obvio por el estado en el que llegaba a casa e incluso trato de reivindicarme. Llamó a un amigo suyo que me cambió de escuela y estuvo sobre mí un tiempo; este amigo de Gerald tenía un hijo mayor que yo, lo conocía de vista por ser amigo de María. Su nombre... Omega.