Claire

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CAPÍTULO 12

Narra Claire

Hoy es martes, quedan tres días para el baile y no tengo ni pareja ni vestido. Sinceramente, ¿acaso importa?   

El día de hoy de hace seis años intentaron violarme, el baile es el menor de mis problemas. Normalmente mis padres vienen á pasar conmigo el día, pero este año no pueden debido a su trabajo.   

Sé que tengo que superarlo, pero no puedo. No he estado con un chico desde los 10 años, no confío en los hombres.   

Me alisto para ir a clases, no puedo faltar por esto, tendría que dar explicaciones. Hoy tengo teatro y luego he quedado con Luke para hablar del proyecto.   

Desayuno con todos y soy consciente de que estoy un poco distante, pero no quiero que sepan qué me pasa y no quiero ponerme a llorar.   

Voy al teatro, hoy nos toca ensayo de vestuario. Estamos preparando Romeo y Julieta, tendremos una actuación en enero. Y, veréis que suerte tengo, esto es muy gracioso, soy Julieta. Sí, una chica que odia el amor es Julieta, por lo menos todavía no hemos ensayado la parte del beso.   

Subo al escenario ataviada con el vestido de Julieta. Nos toca ensayar la escena del balcón. Me posiciono en lo alto del decorado y cojo el libreto para repasar mis líneas.  

–Oh, Julieta, amada mía. ¿Tanto pavor te causo que un libreto tienes que seguir para saber qué decirme? –Dice un chico alto, Guapo y castaño. La verdad es que no me puedo quejar de mi Romeo.  

–Oh, Romeo, tú bien sabes que no es eso. –Digo siguiéndole el juego de la invención de versos– Solo quería saber en qué momento te ibas.  

– ¿Para evitar que me vaya? –dice él con voz de declamar.   

–Pues claro que no, para hacer el baile de la victoria y ponerme a dar saltos de alegría porque un tío tan moñas ya no me da el coñazo. –Digo un poco borde, por si no ha quedado claro, hoy no estoy de humor. Él resopla.  

–Que desagradable puedes ser a veces. –Dice y hace una pausa en la que parece pensarse algo. Estaba a punto de hablar cuando Vinni, nuestro director, entró y nos mandó representar la segunda escena del segundo acto, cuando están en el balcón y se juran amor eterno.  

– ¿Y qué quisiera yo sino que no lo fueras? Aunque recelo que mis caricias habían de matarte. ¡Adiós, adiós! Triste es la ausencia y tan dulce la despedida, que no sé cómo arrancarme de los hierros de esta ventana. – Dice Julieta.   

– ¡Qué el sueño descanse en tus dulces ojos y la paz en tu alma! ¡Ojalá fuera yo el sueño, ojalá fuera yo la paz en que se duerme tu belleza! De aquí voy a la celda donde mora mi piadoso confesor, para pedirle ayuda y consejo en este trance. – Responde Romeo acabando la escena.  

Vinni nos indica que bajemos.  

Molto benne, chicos. Se nota que os sabéis las líneas, pero necesito ver la desesperación porque se separan, el amor de ellos. Sois muy buenos actores, pero, Claire, eres Julieta, demuéstrame que amas a Romeo, es más, convéncete a ti misma de ello. Romeo, estás jurando tu amor como el que le dice a su madre que va a recoger su habitación más tarde. Nadie se lo cree. –Dice nuestro director. Lo bueno de él es que es muy directo y siempre te va a decir la verdad, tanto de lo que haces bien como de lo que haces mal. – ¿Vosotros os conocéis mucho?   

–La verdad es que no habíamos hablado hasta este año. – Respondo a la pregunta de Vinni.   

–Ahí está el problema, propongo que pasen más tiempo juntos, que se conozcan, son Romeo y Julieta, ¡Por Dios!   

Tras la charla motivadora de nuestro director nos metió a ambos en uno de los camerinos mientras el resto ensaya, tarea de hoy: Congeniar.  

–Bueno... Y ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?– me pregunta Dylan, alias Romeo.   

–Yo... Mira hoy no tengo un buen día y seguramente conteste muy borde, pero no es porque esté enfadada contigo ni nada, es solo que es una fecha difícil.  

–Tranquila, lo entiendo. ¿Quieres que hablemos de un tema en concreto?   

–Tenemos que avanzar con esto, háblame de ti, ya mañana, que estaré mejor, te cuento mi vida.  

–Yo, bueno, pues soy un chico normal al que le gusta mucho el teatro, sobre todo porque los personajes expresan sus sentimientos tan bien... Mi familia dice que esto es una pérdida de tiempo, estoy aquí por mi abuela, mi padre no me habla y mi hermanita es demasiado pequeña para entender lo que pasa en casa.  

– ¿Y tú madre? –Cuando hablo no soy consciente de lo que he dicho e intento arreglarlo – No, perdona, no me quiero entrometer.  

–Tranquila, – ríe – no pasa nada. Me gusta tu curiosidad por todo. –Yo me sonrojo levemente ante su comentario.  –Mi mamá murió cuando dio a luz a mi hermana, hace seis años. Desde entonces mi padre se volvió retraído y me echaba la culpa a mí porque mi hermana era demasiado bonita como para culparla de la muerte de mi madre. Ella me apoyaba en todo lo del teatro, pero cuando murió, mi padre me prohibió actuar.  

–Lo siento mucho, yo no sabía, pero sé lo que se siente. –Le digo. Suena el timbre que anuncia el descanso. Me despido de Dylan y voy a la sala de audiovisuales, donde he quedado con Luke.  

Es una sala circular con tecnología de última generación, mesas de sonido, televisores y ordenadores. Me acerco hacia donde está Luke, inclinado hacia una pantalla, y me siento a su lado.  

–Hola Lagarta   

–Hoy no estoy de humor, orco de Mordor. -Le respondo fastidiada.  

–Uyuy, la gatita saca las garras.   

–Me piro, no voy a estar aquí aguantando tus tonterías, ya veremos cómo sacas un diez en el proyecto tu solito. –Digo a la vez que me levanto, pero él me coge la muñeca y hace que me vuelva a sentar. Hay un silencio incómodo en el que nadie dice nada, al rato Luke rompe el silencio.  

–Lo siento, ¿vale? He intentado llevarme bien contigo, ya te he pedido perdón mil veces aunque sigo sin saber qué hice para que te enfadaras conmigo.  

–Casi suspendo el curso pasado por tu culpa. Llevaba una media de nueve y en el examen final, por tu culpa, me suspendieron. Menos mal que al hacer la media me salvé y me dejaron pasar de curso.  

–Pero sigo sin saber qué hice para que suspendieras. Recuerdo nuestras peleas tontas del año pasado sobre si era mejor el cine o el teatro y también recuerdo lo bien que nos lo pasamos en la guerra de bromas, teníamos nuestras diferencias pero nos divertimos. ¿Qué ha pasado con esa chica?   

–Perdió la seguridad en sí misma hace mucho tiempo y la intentó recuperar cuando estaba contigo, pero no puede confiar en los hombres porque todos son iguales, todos la quieren hacer daño. – Le respondo. Se escurre una lágrima por mi mejilla y la seco rápidamente con mi mano. Esta conversación me está rompiendo por dentro.  

–Eso no es verdad. –Miro a Luke, él me está mirando con los ojos brillantes y una expresión decidida. –Voy a hacer que vuelvas a confiar en mí. Te prometo que, lo que quiera que te hiciera el año pasado, fue sin querer, nunca fue mi intención hacerte daño. –Se acerca a mí e intenta darme un abrazo. Yo le aparto.   

–No me toques –digo y me echo a llorar. Tenía que explotar en un momento pero, ¿enserio? ¿Delante de él?    

– ¿Claire?-me dice preocupado.  

–Calla, solo... Me tengo que ir, ya hablaremos del proyecto más tarde. –Digo y salgo del aula de audiovisuales corriendo hacia mi habitación.   

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