Capítulo 55

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/Narra Astrid/

  Al final, Grimmel y Drago nos habían atrapado a Patán y a mi, y ahora estabamos buscando a los Furias Nocturnas que estaban en la isla por temor a que le hicieran daño a nuestros dragones. Con solo ver la pequeña aleta llena de sangre en el suelo, pude imaginar lo mucho que debían estar sufriendo y lo asustados que debían estar.

  Caminamos por un tiempo hasta que decidí finalmente enfrentarme a ellos. Detuve mis pasos y los encare. No iba a permitir que los Furias sufrieran a manos de Grimmel por mi culpa. Desde que Hipo nos enseño lo bueno de los dragones ahora no puedo vivir sin ellos y menos lastimarlos, ahora los veo como de los nuestros.

Grimmel: ¿Qué crees que haces?

Astrid: Si hay una mínima posibilidad de que los Furias sigan con vida, entonces no los traicionare. No pienso ayudarte a encontrar a esos Furias Nocturnas.

Patán: Ni yo.

Astrid: *Sorprendida* ¿Patan?

Patán: Ya te lo dije, te voy a apoyar.

Grimmel: Está bien. Si eso es lo que quieren no se los vamos a negar. Morirán aquí y ahora.

/Narra el autor/

  Grimmel y Drago estaban a punto de asesinar a Astrid y a Patán cuando una bola de plasma impactó con mucha fuerza generando una gran explosión. Drago y Grimmel salieron volando por el impacto, al igual que algunos cazadores. Los jinetes aprovecharon la oportunidad para liberarse y noquear a los cazadores que quedaban. Cuando terminaron, fueron a liberar a sus dragones. Una vez que Tormenta estuvo libre, vio al cielo y eso hizo que su jinete tambien fijara su vista a ese lugar. Una vez que lo hizo, allí vio a un dragón blanco, era la Furia que ella había liberado. Astrid se distrajo solo un segundo para saludarla a la distancia, pero esa distracción por poco le costó la vida. Un cazador iba a aprovechar para atacarla pero fue detenido ya que un Furia Nocturna saltó sobre él. El dragón de escamas oscuras le dio un fuerte y largo rugido de furia y este se desmayó en el suelo. Los jinetes vieron esto y corrieron hacia el dragon para agradecerle. De a poco, los demas Furias Nocturnas salieron de su escondite para acercarse a los jinetes. Ambos jovenes notaron que estos tenian heridas leves como algunos rasguños y se aliviaron hasta que vieron a una de las cinco crias inconciente sobre el lomo de su madre. Estaba herido y muy debil, Astrid lo revisó y notó que le faltaba una aleta y que estaba perdiendo sangre. Ella agarró unas vendas de su bolso y vendo la cola de la cria. Sin perder más tiempo, los jinetes y los dragones volaron lo más rápido y lejos de aquel lugar.

  Cuando Astrid y Patán llegaron a la isla de los Marginados, corrieron hacia Gothi para que les ayudara con la cria y así lo hizo. El pequeño dragón estaba estable pero tardaría en reponerse. Astrid busco a los demas y notó que todos los lideres estaban hablando con Alvin para organizar el contraataque contra los cazadores. Ella entro con dos Furias machos a su lado y eso le dio una presentación intimidante. Ella con enojo contó como le había ido en su misión y lo que había ocurrido, esto solo alimentó la llama de la ira de todos.

Heather: Eso es horrible.

Astrid: Esto se debe terminar hoy y ahora.

Heather: Valka esta llamando a todos los jinetes escondidos para atacar. Dijo que nos veriamos en Berk pero no creo...

Astrid: *Interrumpiendo* Es una buena estrategia. Berk es un punto vital en el mapa, y ademas ahi fue donde todo empezó. Si les quitamos ese lugar, el ataque se concentrara ahí, sin mencionar que recibirán el mismo golpe bajo que nosotros. *Con enojo* Se les sera arrebatado el lugar que tanto les costó conquistar, y antes de que se den cuenta los atraeremos hacia nosotros y los eliminaremos sin piedad. Ya nos han hecho suficiente daño, ahora se los devolveremos.

  Todos los jefes de los distintos clanes gritaron y alentaron la idea de la joven. Cuando la reunión terminó, los jóvenes jinetes se reunieron para formar una estrategia de respaldo cuando la vieron. La dragona de color blanco se acercó con desconfianza hacia ellos, hizo una leve reverencia y se fue volando. 

Heather: Creo que quiso decir "Ya estamos a mano"

Viggo: De seguro se sentía en dueda y por eso te ayudó. Se nota que sigue desconfiando de los humanos y aún asi fue a ayudarte. 

Astrid: Ojalá podamos contar nuevamente con su ayuda para esta pelea.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia Diferente) P2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora