Capítulo 60

1.2K 62 20
                                    

/Narra Hipo/

  Vimos como Chimuelo se fue volando con su novia, mientras que nosotros nos ocupabamos de Berk. Todo estaba destruido y tomaría tiempo volver a construirlo todo pero... ¿Era necesario que reconstruyeramos todo aquí? 

  Estaba distraído en mis pensamientos cuando Astrid me tocó en el hombro. Ella, Heather y mi madre estaban con los brazos cruzados y pude deducir que estaban furiosas conmigo. Eso ya me lo esperaba debido a que me fui solo, sin decirles nada y sin poder ayudarles durante todo el tiempo que sufrieron. Traté de buscar ayuda con la vista y cuando vi a mi padre, el solo negó con la cabeza y retrocedió lentamente.

  Luego del rápido pero doloroso castigo por parte de las tres, ellas y todo el mundo quisieron saber como encontré a los Furias Nocturnas, no tuve mas remedio que contarles la historia completa.

Flashback

  Todo empezó cuando Chimuelo y yo nos habíamos ido. Tuve un sueño en donde ellos me llamaban, pero no solo ellos. Pude ver claramente como ellos junto a otros jinetes me guiaban, eran iguales a mi y al mismo tiempo eran distintos. Mis sueños sobre ellos eran como un instinto que me guiaba. Un día Chimuelo y yo encontramos una isla en donde escuchamos rugidos. Buscamos por todas partes hasta que finalmente los encontramos a una familia. Esta familia tenia al menos 20 Furias Nocturnas y eso para nosotros ya era algo. Chimuelo logró calmarlos y "hablar" con ellos. Poco a poco iban confiando en nosotros y acercando aún más.

  Recuerdo que descansamos ahí para luego continuar nuestro viaje ya que me sentía mareado. No había tomado mi mezcla en todo el día y me estaba perdiendo. Intenté buscar los ingredientes cuando un Furia hembra de avanzada edad me vio y me detuvo con su pata. Ella pisaba mi bolsa con su pata derecha delantera y yo me estaba desesperando. No pude aguantarlo más y le grité, estaba enloqueciendo y perdía el control, pero ella no se movía y tampoco se alteraba. Ella solamente me rodeo con su ala y pude sentir calma. Ella no hacia nada, solamente me acompañaba y me arrullaba con un canto. Aunque solo eran sonidos que hacia con su gargante, parecia una canción de cuna. No supe como explicarlo, era simplemente hermoso y milagroso, ya que gracias a ella pude ver un poco mejor lo que causaba mi enfermedad. Me volvía loco o me perdía por el estres y cuando me desesperaba, eso terminaba empeorando mis síntomas. Mi enfermedad no desapareció, solamente se hizo más tolerable y más fácil de controlar. Durante los días siguientes aprendía junto a ella, y los demás Furias que ibamos encontrando, la forma de controlarme sin necesidad de la mezcla.

 Junto con los Furias que encontramos en aquella isla, Chimuelo y yo continuamos con nuestro viaje. Buscamos por todas partes a los Furias Nocturnas y los fuimos encontrando de a poco, hasta que algo inesperado pasó. Primero encontramos alrededor de unos 40 Furias y para mantener el orden, Chimuelo los controlaba con el modo alfa. Cada vez que los encontrabamos, se sumaban y nos seguían. Un día, antes de que me diera cuenta, comenzaron a aparecer uno tras otro, salían de sus escondites por su cuenta solo para reunirse con nosotros. Crias, adolescentes, adultos y hasta ancianos salieron de donde fue sus hogares durante años para encontrarse con el alfa e inclinarse ante él.

Hipo: *Sorprendido* Todos estan aqui. Toda tu especie realmente estaba estaba viva, estaban escondidos. Podriamos ganar la guerra con todos ellos.

Chimuelo: Gggggg

Hipo: ¿Estas diciendo que podríamos perder aún con ellos?

Chimuelo: *Asentir*

Hipo: Creo que tienes razón... En ese caso, es momento de llamar a todos los dragones, a todo el mundo.

Fin del Flashback

Hipo: Lugo de que Chimuelo llamó a todo el mundo, nos encargamos de entrenar a todos los Furias en el poco tiempo que tuvimos y buscar a todos los dragones disponibles. Me detuve en los mercados del norte para comprar algunos materiales y el resto ya lo saben.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia Diferente) P2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora