06: Omega asustado

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El resto de la semana Joel se lo pasó aburrido, incluso esa palabra no llega a describir cómo estaba, ignorando a Zabdiel deliberadamente, prestando poca atención en las clases, mirando el celular a cada momento por si Erick se atrevía a enviar siquiera un emoji como mensaje. Pero nada de eso ocurrió. No habían llamadas, mensajes de voz, nada. Era como si la tierra se tragara a Erick.

No volvió a ir al hogar de los Colón, temiendo por su propio bienestar. Su pobre lobo por las noches aullaba dentro de él, rascando con sus uñas deseoso de tomar el control e ir a buscar al Omega. Era una escena muy penosa para él porque jamás se sintió de esa forma, su madre trataba de animarlo, hasta su hermanita colaboraba invitándole a jugar con sus muñecas. Pero era como si le preguntaran a un muerto si su corazón aun latía, si podía sentir la sangre viajando por sus venas o siquiera si sentía algo.

Y por más que durante ese corto tiempo estuvieron alejados, no pudo aclarar sus pensamientos. Sigue tan confundido como en un inicio o quizá mucho más que antes. Todo parece confabular en contra suya. Creyó que su soledad le haría entrar en razón, pero ni siquiera avanzó un paso, sigue estancando en la línea de partida, hasta se podría decir que terminó retrocediendo un poco.

La mañana del lunes despertó sin ánimos, como un alma en pena, demorando más tiempo de lo usual bajo el chorro de agua, ajeno a lo que pasaba a su alrededor. Ni siquiera recuerda haber desayunado o escuchado las voces de sus padres y revoltosa hermana. Sus pasos eran torpes, todo el camino a la escuela se la pasó cabizbajo, pateando las piedras que encontraba, incluso estuvo por ser arrollado por un carro al estar perdido dentro de sí.

Pero todo cambió cuando encontró a Erick sentando donde siempre, con un lápiz morado entre sus finos dedos, manteniendo su pierna derecha sobre la izquierda en un cruce tan propio del Omega, tocando suavemente su mejilla y dando leves golpecitos, percatándose de que estaba usando una bonita falda, junto a la camisa de la escuela, y no sus pantalones de siempre.

Los pocos alumnos que estaban dentro murmuraban sobre la vestimenta de Erick con cierto desagrado. Hasta el mismo Omega se dio cuenta de eso, pero prefiere ignorarlos antes que ponerse a discutir con Betas, Alfas y Omegas estúpidos, que tienen una nuez en lugar de cerebro. Sin embargo, deja de ver el cuaderno y sus ojos terminan chocando con los de su Alfa, quien da grandes zancadas hasta llegar a su lugar.

—Alfa —susurra emocionado por verlo nuevamente, se coloca de pie arreglando con sus manos la falda que se puso esa mañana.

—Omega —contesta de la misma forma Joel, tomando por sorpresa a Erick cuando rodea su delgado y pequeño cuerpo con sus brazos, olfateando su cabello porque huele delicioso—, ¿dónde estuviste? Me tenías preocupado.

El chico de cabellos negros está estático, sorprendido por el inmenso gesto que está teniendo su Alfa con él, sin perder el tiempo abraza al más alto escondiendo su rostro en el pecho cubierto por la camisa del uniforme.

—Alfa —ronronea, aspirando el aroma del otro, chocolate puro, su favorito.

Un fuerte carraspeo los hace separarse, es el maestro que los mira de una forma extraña por estar montando todo ese número. Pero no hay reproche en su mirada.

—Joven Joel, le voy a pedir que vaya a su sitio. La clase está por iniciar.

El aludido asiente con vergüenza, aunque también está feliz por ver a su amigo nuevamente. Quiere preguntarle dónde estuvo, si su celo lo pasó bien, porqué lo ignoró. Sin embargo, sabe que tendrá que esperar hasta la hora de receso o la salida.

Cuando el timbre sonó cogió la casaca que estaba dentro de su mochila y se la colocó, se disponía a ir por Erick, pero antes fue interceptado por Zabdiel.

—¿Por qué me estás ignorado, amigo?

—Estaba ocupado, ayudando a mamá con unas cosas y también Carolina me tuvo jugando con sus muñecas como si no hubiera un mañana —responde simple, poniéndose de pie, pero cuando mira al asiento que está en la parte de adelante lo encuentra vacío.

—¿Te parece si vamos al parque saliendo de clases?

Niega.

—No puedo, luego hablamos.

Al salir por el pasillo encuentra que hay un tumulto de alumnos, impidiendo el paso haciendo quién sabe qué, hasta que su olfato reconoce el aroma a rosas frescas, aunque ahora está combinado con miedo. Con ayuda de sus codos y sin importar los golpes que da logra hacerse espacio, cambiando su expresión a una de enojo.

Erick se encuentra apoyado contra los casilleros, prácticamente siendo aprisionado por un Alfa que no conoce. Puede percibir el pánico de su amigo, lo ve temblar cuando tocan por debajo de su falda.

Los brazos del Omega están estáticos a cada lado de su cuerpo tembloroso, sus ojos están cerrados con fuerza por la tremenda humillación que está pasando. ¿Por qué ese Alfa está invadiendo una zona tan íntima de él? No le ha dado su consentimiento, no debería hacerle nada. Su toque no es nada comparado a Joel, a su Alfa. Ni siquiera se inmuta de que el rizado está mirando la sucia escena con molestia.

Hasta que logra escuchar aquel ruido que indica que el Omega está en peligro, aquel chillido que solo ellos tienen.

Y eso es lo que aumenta su furia.

Los ojos de Joel cambian a un rojo intenso, la aparición de sus colmillos provoca dos huecos superficiales en su labio inferior, sus manos se vuelven dos puños. Dando zancadas llega hasta el desconocido, tomándolo por el cuello de la camisa y tirándolo al suelo, su respiración está acelerada al igual que su pulso, mira con rabia al Alfa que se estaba pasando de listo con Erick.


***

WENAS, VOY A LLORAR POR EL ERICK Y A PUTEAR AL RESTO.

¿QUÉ OPINAN DE LAS PERSONAS QUE SE MOLESTAN AL VER A MUJERES CON FALDAS CORTAS?

¿QUÉ CREEN QUE SUCEDA EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO?

ENCUENTREN MÁS AQUÍ, EN ESTA HISTORIA.

BESOS DULCES♥

Omega celoso || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora