—¡Y entonces todo se volvió azul! ¡Fue muy divertido! ¡Uno de los mejores días de mi corta vida!
Erick alza sus brazos y comienza a reír como si hubiese contando un grandioso chiste, aunque realmente está narrando la vez que decidió ayudar a su hermano mayor, un Alfa, a pintar su cabello de color azul porque se aburrió del castaño con mechas rubias que solía tener desde que cumplió dieciséis años, lastimosamente un poco de tinte acabó ingresando en sus ojos, volviendo su vista de aquel tono, dejando una anécdota muy divertida para contar a sus cachorros.
Zabdiel vuelve a reír, aunque sea la tercera vez que escucha lo mismo, pero la emoción con la que cuenta el pequeño le genera una dicha fascinante. Contrario a Joel, quien se quedó dormido sobre la mesa donde se supone debería estar su bandeja con alimentos. Aunque el rubio sienta algo de asco al verlo así en ese estado, Erick mira con ternura como los gruesos labios de su Alfa se mueven ligeramente en balbuceos bajos e incoherentes, con la mejilla aplastada y un delgado hilo de saliva que está saliendo de su boca.
—¿Cómo puedes estar enamorado de esa cosa?
Zabdiel se estremece como si estuviese viendo algo muy horrible, aunque sea solo por fastidiar al ojiverde.
—Es guapo, el Alfa más guapo que haya visto y es mi Alfa —se señala con un dedo para dejar en claro su opinión, arrugando la nariz porque no le gusta que hablen mal de su Joel.
Su manito se dirige al cabello que cae sobre la frente de Joel, acariciando y enredando sus dedos porque le encantan los rizos del muchacho, porque le recuerdan a los resortes o fideos enroscados. Mejor dicho, todo de él le encanta, no hay algo que no lo haga. Incluso sabiendo que Joel tiene errores como cualquier otro, Erick está completamente enamorado hasta la médula y nadie va a cambiar eso.
—Yo no veo una marca en tu cuello —murmura Zabdiel, mirándolo con una sonrisa burlona, sin intenciones de hacer sentir mal al otro, pero diciendo lo obvio.
—No necesito una para que pueda asegurar lo mucho que me gusta, y sé que yo a él también le gusto, aunque no diga nada —sorprende al rubio cuando contesta con enojo poco conocido en un Omega, poniéndose de pie y moviendo el hombro de Joel para despertarlo, ocasionando que el rizado golpee su frente en la mesa por la repentina acción del ojiverde, continúa hablando—. Y sin tan amigo suyo y mío dices ser, no te debería importar un comino lo que pase con nosotros, es decisión de Joel y mía, no del resto.
El Alfa arruga la nariz cuando comienza a estirar sus brazos y crujir su espalda al moverse luego de haber estado dormido en una posición muy incómoda, el olor que desprende el Omega es de enfado, de molestia. Causándole un leve dolor en la cabeza, haciendo que sus sienes punzaran.
—Erick, no es eso...
—No importa cómo sea, lo mejor es que no te metas en mis asuntos —corta tajantemente la conversación, saliendo despavorido de la cafetería, haciendo que todos volteen a verlo por el desagradable olor que su cuerpo expulsa. A ningún Omega o Alfa le gusta oler el enfado. Los únicos que no se inmutan son los Betas, apenas perciben el olor del pequeño.
Joel mira confundido a su mejor amigo, quien se muestra ajeno al olor, su única respuesta es encogerse de hombros porque no entiende la agria respuesta de Erick. Su intención no era hacerlo enojar, al contrario, no quiere que sufra cuando descubra que el chico que tanto quiere no corresponde a sus sentimientos. Realmente sería muy humillante para él, solo quiere protegerlo.
—¿Qué fue todo eso? —pregunta medio adormecido Joel, sobando su ojo derecho y bostezando.
—¿Te gusta Erick?
Joel comienza a toser fuertemente, atragantándose con su propia saliva, sus ojos parecen querer salirse de sus órbitas y el color de su piel está pálida como una blanca hoja de papel. Su lobo levanta las orejas, agitando la cola de lado a lado.
—Solo tienes que decir sí o no, no puedes jugar con él, así como tampoco hacerle creer que lo quieres y darle falsas esperanzas. Está mal.
—No te incumbe —responde simple, poniéndose de pie y caminando en busca de su amigo.
Mientras va por el pasillo, empieza a cuestionarse. ¿Siente algo por el Omega? Su instinto animal dice que sí, lo quiere proteger a toda costa, marcar al pequeño y preñarlo, tener toda una vida con Erick. Pero su lado racional, su lado humano, no siente lo mismo, no lo ve más que como un amigo. Y eso le jode la cabeza porque, aunque la sociedad haya avanzado, siempre ganan los instintos primitivos y tiene miedo, mucho miedo porque siente confusión al no tener en claro nada. Miedo a lastimar a Erick.
¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?
Se siente muy confundido.
Llega con rapidez al baño, ingresando al primer cubículo que encuentra y comenzando a caminar de lado a lado, tira de sus cabellos porque la situación es muy abrumadora para él. Quiere tener una respuesta precisa, concisa sobre sus sentimientos, sobre lo que quiere y siente ante el pequeño Omega que su Alfa tanto reclama pero que Joel se rehúsa a permitir.
¿Qué pensarían los demás Alfas jóvenes al verlo tan perdido por un simple Omega? Aunque el problema empieza ahí.
Erick no es un simple Omega.
¿Qué se supone que debe hacer?
***
WENAAAS, BEBÉS. CADA VEZ MÁS EMOCIONADA CON ESTA HISTORIA TAN BONITA Y DIVERTIDA PARA MÍ. SI ESPERABAN ENCONTRARSE CON UN OMEGA SUMISO O UN ALFA ULTRA POSESIVO, LES INVITO A LARGARSE :3 ERICK A VECES VA A NECESITAR AYUDA, ES PARTE DE SU NATURALEZA, PERO LE GUSTA MOSTRARSE FUERTE, ASÍ QUE YA SABEN.
AMO SUS COMENTARIOS, ME GUSTARÍA VERLOS EN LOS PÁRRAFOS, PERO DESCUIDEN, CON SABER QUE LES GUSTA LA HISTORIA ESTOY ENCANTADA.
PERO TAMBIÉN LES AVISO QUE ESTO SERÁ UNA MEZCLA ENTRE EL OMEGAVERSE CLÁSICO Y EL ACTUAL, POR DECIRLO ASÍ. O ESO CREO, NO SÉ, SIMPLEMENTE ESCRIBO.
BEIBIISS, JOEL NO ES CIEGO NI TONTO O LOCO, SIMPLEMENTE ESTÁ CONFUNDIDO COMO CUALQUIER PERSONA CUANDO NO SABE QUÉ HACER ANTE UN ENAMORAMIENTO.
BESOS DULCES♥.
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Omega celoso || Joerick
FanfictionErick es un Omega el cual desde que tuvo su primer celo y fue ayudado por su amigo, quedó tontamente enamorado de él. Joel es un Alfa, uno muy diferente al resto, confundido como cualquier muchacho de su edad al no saber qué hacer frente a sus creci...