29: Noticia importante

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Las clases finalizaban en una semana y cada vez diferentes emociones albergaban a la joven pareja que hace unos días retomaron con su relación luego de descubrir que estar separados solo los lastimaba.

La felicidad la encontraban cuando sus cuerpos se volvían uno solo al estar abrazados. Sus corazones latían al compás y eso les gustaba.

Después de ese terrible episodio sus ánimos bajaron en demasía, Joel apenas prestaba atención suficiente a los maestros hasta que Erick apareció con una hermosa sonrisa para iluminar todo el lugar.

Para fortuna del Omega la herida no fue profunda, no dañó ningún órgano salvo que sí desgarró un poquito de piel que pudo cicatrizar a la perfección con ayuda de su Alfa, bueno, las lamidas que otorgaba.

Sin duda alguna nada podría salir peor justo ahora, cada día el amor florece en ellos y los miedos comienzan a disiparse luego de contarlos y llegar juntos a soluciones futuras.

—Te ves muy bonito —manifiesta Joel, cortando en trozos disparejos la verdura que su novio le encargó y de esa forma ayudaba con la comida.

Erick gira con las mejillas ardiendo en vergüenza, soltando una pequeña risita y esbozando una sonrisa en su dirección.

El Alfa cree que puede enamorarse una y otra vez del bello Omega que está frente a él.

—No digas esas cosas —masculla intentando regañar a su pareja—. Mejor dedícate a picar o al menos a intentarlo.

Con los labios fruncidos se pone de pie luego de dejar cuidadosamente el cuchillo sobre la tabla. Dando cortos pasos se posiciona al costado de Erick, mirando su perfil y cómo arruga su nariz al estar concentrado preparando el almuerzo para los dos.

Es sábado y acordaron en ir a casa del Alfa porque el Omega necesitaba hablar de un tema muy importante con él.

—¿Cómo está Chris? ¿Sigue evadiendo a Richard?

Erick suelta un suspiro, relajando sus hombros al sentir las manos de su Alfa en ellos, masajeando suave para quitar toda la tensión acumulada.

Hasta el presente Cristopher continúa ignorando a su pareja destinada, incluso terminó con su prometida porque ya no sale de casa. Toda su vida creyó que una bella Omega esperaría por él, pero cuando descubrió que era un hombre y peor aún, otro Alfa, su mundo se vino abajo.

—Intento ayudar —susurra triste, moviendo la cabeza hacia atrás para apoyarse en Joel—, pero ninguno de los dos quiere escucharme.

—No está en tu jurisdicción hacerlo, cariño.

—Es que me duele ver así a mi hermano.

Joel todavía recuerda la vez que encontró a Erick con el ceño fruncido mientras movía sus deditos de una forma extraña, la punta de su lengua pasaba reiteradas veces por su labio y vagos suspiros de frustración se escapaban.

Cuando Richard, el Alfa de su hermano, intentó comunicarse con ellos era inútil, ninguno entendía el lenguaje de señas, por tanto, no podían mantener una conversación fluida. Sin embargo, el Omega cada tarde se ponía a practicar y persuadía a Christopher para que le acompañe, pero solamente recibía un portazo en la cara.

—Son adultos, tomarán la mejor decisión para ambos aun cuando saben cuál es su destino —murmura Joel, rodeando el cuerpo de su pequeño Omega y recargando su mentón encima de su cabeza—. Tú eres quien más se esfuerza, pero esa relación no es tuya ni mía, es de ellos.

Joel vuelve a su labor de picar los vegetales para que sean puestos en el guiso que prepara Erick. Disfruta pasar tiempo en la cocina siempre y cuando sea en compañía de su Omega. Además, no hay adultos en casa y eso hace que el ambiente sea más relajado y grato para sus lobitos.

Omega celoso || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora