Los días, las semanas y un par de meses ya pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Erick se siente en las nubes cada vez que Joel se acerca a él con algún detalle bonito, desde las flores más preciosas hasta una simple manualidad, aun cuando estas tienen formas raras, le gustan, porque su Alfa se esmera en tratarlo como si fuese un rey.
Todavía puede recordar la vez en que su celo llegó, fue cuando las vacaciones terminaron y por suerte les dieron una semana libre, tiempo previo al ingreso por problemas que tenían los maestros. Sin duda alguna fueron los tres mejores días de su vida al ser ayudado por su Alfa, aunque en esta ocasión cedió todo el poder a su Omega y se desconectó de la realidad para disfrutar al máximo.
En su hogar solamente estaba Rosita y su hermano, sus padres habían viajado por temas del trabajo como acostumbran. Así que prácticamente echó a Christopher y le dio pequeñas vacaciones a su nana para poder estar a solas con Joel. Aun cuando su parte animal salió a flote y se encontraba más vulnerable que de costumbre, el Alfa no intentó nada que no quisiera sabiendo que en el último día entró en etapa de calor.
Su relación con Zabdiel mejoró un poco, no son grandes amigos como en un inicio, pero al menos ahora ya no quiere estrellar su cabeza contra el pavimento por estar cerca de su pareja.
El fin de curso cada vez está más cerca, dejará de despertarse temprano y hacer aburridas tareas. Lo único que le contentaba era que Joel estaba con él, mimándolo como si fuera un cachorrito, besando su boquita y abrazando su pequeño cuerpo mientras conversan de cosas triviales en la hora de receso.
Aunque esa mañana fue una tortura para Erick, desde la noche anterior estuvo sintiéndose mal, su cabeza dolía fuertemente y su estómago no se encontraba en las mejores condiciones.
—¿Quieres que le diga a mamá que haga un acta para que no asistas? —pregunta Chris, arrugando la nariz por el dulce olor de su hermanito, su Alfa se siente incómodo.
Erick se remueve en la cama, sudando frío y negando, apretando las sábanas entre sus temblorosas manos.
—N-No puedo faltar... mierda, creo que estoy en celo.
El mayor lleva su mano a la frente del pequeño, sintiendo lo caliente que se encontraba. Ahoga un grito cuando Erick casi muerde su brazo, saltando del susto y cayendo al suelo.
—Necesito... los supresores —jadea bajito, cruzando sus piernas e intentando contraer su entrada porque ya estaba comenzando a lubricar—, p-por favor.
El muchacho asiente, saliendo a gran velocidad de la recámara. Mientras tanto, Erick camina con dificultad hacia el armario, buscando con desesperación el suéter de Joel, una vez que lo encuentra comienza a olfatear y ronronear bajito mientras se aporrea contra la prenda.
Vuelve a la cama, tomando una almohada y sentándose encima, moviendo sus caderas de adelante hacia atrás mientras pega la ropa a su nariz, gimiendo y luchando para que su Omega no tome el control de su cuerpo, su lobito rasca con sus patitas el interior, pero lo ignora.
Christopher llega con lo que pidió, y una cosa extra en la mano izquierda. Acuesta a su hermano en contra de su voluntad y lo obliga a tragar la pastilla, aunque casi lo mata en el intento. Erick se vuelve a sentar, tosiendo exageradamente, según el Alfa, y bebiendo con prisa el agua.
Poco a poco comienza a calmarse, el calor que sentía en un inicio se comienza a reducir por ahora, su leve erección está disminuyendo y su entrada ya no lubrica como en un inicio.
—¡Casi muero por tu culpa! —chilla, golpeando a su hermano.
—Para ser un Omega, pegas fuerte —masculla el otro, sobando su brazo con una mueca.
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Omega celoso || Joerick
FanfictionErick es un Omega el cual desde que tuvo su primer celo y fue ayudado por su amigo, quedó tontamente enamorado de él. Joel es un Alfa, uno muy diferente al resto, confundido como cualquier muchacho de su edad al no saber qué hacer frente a sus creci...