Al llegar, Erick es el primero en bajar del auto, tirando con fuerza la puerta y avanzando muy rápido. Mantiene una expresión neutra en su rostro, gruñendo a cada persona que se interpone en su camino sin que tengan la culpa de nada.
La única respuesta que obtuvo por parte de su Alfa fue un mísero beso en la mejilla, después de ello, Joel se dispuso a conducir hasta el lugar designando en completo silencio.
Sabe que no debe alterarse, que probablemente está exagerando las cosas y quizás, quiere retener de esa manera a su pareja. Pero, de una u forma, la idea de tener cachorros es lo que más le encanta y espera cumplir ese deseo.
Luego de poner la alarma al auto salió corriendo en dirección de su Omega, encontrándolo muy lejos de él, pero aun así no se detuvo hasta estar cerca y poder sujetar con extrema delicadeza su brazo, incluso si Erick quisiera podría soltarse sin mucho esfuerzo.
—No te enojes —pide en voz baja, sin despejar su vista de los ojos que lo miran con recelo.
—¿Por qué debería hacerlo? —inquiere con sarcasmo—. Prácticamente diste a entender que no quieres cachorros conmigo.
La respuesta tan agria del muchacho no le agrada, incluso su lobito se siente regañado por haberse quedado en silencio y no decir siquiera un sí o un lo hablaremos luego. Pero no lo hizo, y seguramente el Omega interpretó mal.
—Claro que quiero tener cachorros y más si es contigo —confiesa, pasando su mano por la cintura del chico hasta ejercer una leve presión y acercarlo a su cuerpo—. Pero todavía no hemos formalizado y...
—¡Eso no interesa! Yo te quiero, tú me quieres. ¿Qué más necesitas?
Joel resopla un poco molesto por su actitud tosca, pero mantiene la calma.
—Si interesa, Er. A mí me interesa porque de esa manera sé que tú eres mío y yo soy tuyo —responde con calma, volviendo a rodear su delgado cuerpo.
—Pero ya soy tuyo —susurra.
El Alfa asiente, deja un tierno beso en su frente y continúa hablando.
—Lo sé, cariño. Simplemente quiero hacer las cosas de la manera correcta, a tu madre parezco no agradarle mucho y necesito su aprobación para poder formar nuestra familia.
—¿Lo juras?
—Lo juro, amor.
El Omega murmura por lo bajo, besando cortamente su boca para después sujetar su mano y entrelazar sus dedos. Mirando con furia a cada persona que se atrevía a mirar al Alfa, mostrando sus colmillos y gruñendo. Sin embargo, el otro se encontraba divertido al verlo celoso y tan territorial como siempre, ya se acostumbró.
La primera en acercarse a la pareja fue Carolina, corriendo hacia ellos y saltando a los brazos de su hermano, riendo hasta las cosquillas provocadas por Erick, quién hacia caras graciosas y por ratos molestaba a su Alfa.
Todos miraban la escena con una amplia sonrisa, sabiendo que aquellos muchachos serán excelentes padres en un futuro lejano o tal vez cercano. Al contrario de Annie, que se mostraba inquieta y un poco celosa, hasta que su esposo lo notó y ronroneo en su dirección, haciendo que su aroma calme a la mujer.
—Es mi bebé —susurra melancólica al notar que corre detrás de la niña, jugando con su otro hijo y Joel.
—Y lo seguirá siendo, pero también necesita crear su propia vida, su familia.
—¿Y si deja de quererme?
—Jamás podrá hacerlo.
El tiempo transcurre de manera rápida, los verdes campos se encuentran aglomerados de Alfas, Betas y Omegas. Muchos aromas y olores se mezclaban en el aire, causando fastidio en unos y felicidad en otros.
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Omega celoso || Joerick
FanfictionErick es un Omega el cual desde que tuvo su primer celo y fue ayudado por su amigo, quedó tontamente enamorado de él. Joel es un Alfa, uno muy diferente al resto, confundido como cualquier muchacho de su edad al no saber qué hacer frente a sus creci...