—No puedo creer que haya cumplido con tus caprichos.
Masculla Joel luego de cambiar a su forma animal, siendo un lobo de pelaje castaño causando gracia a Erick por sus orejas que tienen un par de rizos en las puntas, haciéndolo más único. Camina hacia su Omega, olfateando su suave aroma que está a su alrededor, sintiéndose un niño que descubre un dulce por primera vez y no quiere compartirlo.
—No te pongas así, Alfa.
Acerca su patita a la de Joel, poniéndola encima como si estuviese entrelazando sus dedos en caso estén en su forma humana. Su hocico queda a centímetros del otro, apenas hay una diferencia de altura y tamaño en ellos porque siguen teniendo la misma edad y siguen en desarrollo, se atreve a sacar su lengua sin vergüenza alguna y darle una lamida.
Dándole ese beso que no puede cuando son humanos.
—Erick.
El Omega se aleja, sacudiendo su cabeza al compás del viento, comenzando a correr fuera de su alcance. El Alfa gruñe mientras termina de ordenar la ropa regada sobre la manta, poniendo ambas mochilas juntas y la canasta a un costado; tal como lo haría una madre con su cachorro travieso. Una vez listo, corre detrás del lobo, alcanzando al pequeño animal en breves minutos.
Erick al verlo se lanza sobre él, jugando como si fuese un cachorrito. Pero es que cuando está con su Alfa, se siente como un pequeño, como si volviera a tener cinco años y quiere conseguir mimos a como dé lugar. Golpea sin ser brusco su hocico con su patita, muerde la oreja del contrario y obtiene un gruñido en respuesta.
—Deja de hacer eso.
Pide Joel, parándose sobre sus patas y tumbándolo al césped. Erick comienza a rodar, soltando bajos aullidos por estar feliz, quedando tendido sobre su lomo y mostrando su pancita al Alfa, quién comienza a olfatear con más determinación y a dar lamidas sin detenerse a pensar en su repentino comportamiento.
—No sigas.
Suplica el ojiverde.
—¿Te estoy incomodando? Lo siento.
El lobito vuelve a girar, se acerca al lobo de pelaje castaño y lame su hocico, parándose sobre sus patas traseras y dándole un efusivo abrazo al otro lobo para tranquilizarlo. Un abrazo que dura unos segundos en el tiempo, pero para la eternidad en ellos. Volviendo a quedar en su posición de antes.
—Claro que no, Alfa.
Joel lo mira expectante, sin entender su respuesta, lleva su pata hacia la de Erick sin ejercer mucha presión, como el más bajo lo hizo antes. Pasa su hocico por el cuello del Omega, dejando cortas lamidas, aspirando su dulce aroma que le encanta.
—¿Entonces hice algo mal, cierto?
Continúa lamiendo, hasta que se aleja con las orejas gachas como si acabara de ser regañado, quedando sentando sobre sus patas traseras y bajando un poco la cabeza.
—Perdón, Omega.
Erick no comprende de qué se está disculpando si en ningún momento hizo algo mal. El ojiverde no está acostumbrado a ver a Joel tan sumiso ante él, sabiendo cómo es la jerarquía y las leyes impuestas por personas superiores a ellos. Simplemente no se acostumbra.
—Alfa, no quiero que se ponga triste.
Joel termina apoyando la panza sobre el frío césped, cruzando sus patas delanteras debajo de su mandíbula, alzando solamente la mirada. El pequeño Omega camina a pasos cortos hacia él, imitando su posición luego de haber mordido juguetonamente su oreja y dado una lamida a su hocico.
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Omega celoso || Joerick
FanfictionErick es un Omega el cual desde que tuvo su primer celo y fue ayudado por su amigo, quedó tontamente enamorado de él. Joel es un Alfa, uno muy diferente al resto, confundido como cualquier muchacho de su edad al no saber qué hacer frente a sus creci...