Trece

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Aprender a controlarme no vale la pena si cada vez caigo en los deseos de una bestia que me consumirá hasta la locura. Empujé a la gente frente a mí y vi mi oportunidad de escapar. Soy un engendro de La Naturaleza, castigada por un crimen que no recuerdo, inocente de moral, pero corrupta de mente. Me veo a mi misma corriendo por el bosque, huyendo de la gente que me cree un monstruo. Un día voy a matar a alguien, inocente o no; no porque lo quiera, sino porque hay una llama dentro de mí que un día va a quemarme y no sabré controlarla. Corro, corro, corro. Y luego caigo. Pobre de mí, tiemblo por más calmada que quiero estar. Soy una tempestad que ocurrirá tarde o temprano. Nadie me ve, subo a un árbol, mezclándome con las frondosas ramas para que no me atrapen. Estoy maldita. Mis ojos, capaces de ver en la penumbra, ven una sombra moverse a lo lejos. ¿Qué esperaba yo con creer que sería una mujer normal? Comencé a llorar. Maldita de cuerpo... corrupta en alma... manchada de sangre...



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Nota de la autora:

Yo les dije que el capítulo iba a ser corto.

Y bueno, Cebritas, hasta aquí termina la primera parte de esta historia, espero la estén disfrutando y que les esté gustando.

Como dije, esta historia ya está terminada, mas no publicada. Así que ko recan que esté fue el final, final.

Recuerden que si tienen una queja (xd) pueden hablarme por instagram como  @Zecora33 ahí contesto sus comentarios, hablamos un poquito y comparto memes en mis historias oh yeah.

También pueden hablar por acá, siempre procuro ver sus comentarios y sentir brillitos cuando veo que les gusta.

No se les olvide pasar por circulocolibri para leer Evolet si aún no lo han hecho.

Y creo que lo dejo por acá, que la nota es más larga que el capítulo ahora ja, ja.

¡Nos leemos!

Dulce BrujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora