Un Mundo Sin Ti [[[2ª TEMPORADA]]] [CASTELLANO]

~CAP 35~CINCUENTA Y SEIS DÍAS

POV ASTRID

   Dejé a los tres a cargo de Hipo, mientras que yo iba a la habitación de Dylan; quería hablar conmigo.

   La reacción que tuvo Hipo cuando le conté lo que Dylan me hizo no fue diferente a como me la imaginé. Y eso era lo que me temía: ahora quiere tomar venganza y es tan cabezota que no entiende que ahora no es el momento.

   Sin embargo, sé que Hipo es inteligente y, que por muchas ganas que tenga de vengarse, no lo hará sin un plan.

   Una vez llegué a su habitación, entré y me dijo que me sentara en una silla delante de él. Se sentó también en una silla y, con calma, empezó a hablar.

   —Vaya, vaya. No entraba en mis planes que entraran el estúpido de tu hermano, su noviecita, y el fracasado de tu tío —la verdadera rabia emanaba de mis ojos, mientras lo recordaba a él mismo la otra noche, cómo hería a Hipo—. De no haber sido así ahora el flacucho estaría ardiendo en un barco, mientras tú y tus amigos le enviáis flechas incendiadas a su cadáver —se inclinó hacia mí con una sonrisa, apoyando sus codos en sus rodillas—. Dime, Astrid. ¿Cómo está? —iba a responderle, claro, desquitando toda mi furia. Pero me interrumpió— Ah, ah... ¿Qué? ¿Todavía sigues queriendo que vaya a visitarle? Vaya, me haces dudar: no sé quién de los dos tiene más ganas de cargárselo, tú o yo.

   —Dylan, yo solo te pido que lo dejes en paz —dije manteniendo la calma con todas mis fuerzas—. Además, si lo matas, serás encarcelado por órdenes de Ashley, seguramente; es su prometido. De modo que no te interesa seguir atacándolo.

   —¿Estás segura de eso? —se dejó caer hacia atrás en el asiento, conservando su odiosa sonrisa orgullosa— ¿Qué pensarías si te dijera que alguien me lo está permitiendo a cambio de unas monedas de nada?

   Fruncí aún más las cejas, sin poder contenerme mucho más. Dioses, dadme paciencia y autocontrol.

   —Además, me he enterado hace unos minutos que esa misma persona ha sido atacada por alguien en su propia habitación... No creo que lo que estés pensando se aleje mucho de la verdad.

   Tenía razón: estaba pensando precisamente en Ashley.

   ¿Quién si no iba a cobrar por permitir que torturen a su prometido?

   —Entonces, ¿lo quieres así? ¿Amenazarme por el resto de mi vida para que te haga caso? —pregunté con tono irónico, pero sabía perfectamente que él era capaz de hacerlo.

   Se inclinó hacia mí y me dio un leve empujón con el dedo índice— Así es exactamente como lo quiero.

   —¡Ja! –reí— ¿Crees que te va a salir bien la jugada?

   —Mmm... —se hizo el pensativo— Sí. Yo creo que sí —vi de nuevo aquella sonrisa que tanto me desquiciaba... Esa sonrisa que ponía cada vez que hundía la cabeza de Hipo en el agua...