Un Mundo Sin Ti [[[2ª TEMPORADA]]] [CASTELLANO]

~CAP 12~RECUERDOS DESBLOQUEADOS

POV ASTRID

–¿Qué quieres? –pregunté amenazante.

–¿Que qué quiero? –se rio– Te quiero a ti, mi dulce flor.

Además de darme arcadas, recordé la flor... la flor que Hipo necesitaba. La flor que obligatoriamente iba a llevar al Confín. No podía quedarme aquí por más tiempo. Y estaba decidida a llevársela a Patapez.

–Pues lo siento mucho. Pero hoy no me tendrás. –dije seria, para luego comenzar a correr lo más rápido que podía.

No dudaba en que Dylan me estaba siguiendo. Por lo tanto, tendría que apañármelas para despistarle antes de despegar con Tormenta o nos seguiría hasta el Confín.

Sin dejar de correr, miré para atrás para comprobar que al menos no me tenía a la vista. Rápidamente, salté y me escondí en la copa de un árbol, apoyándome en una fuerte rama mientras veía cómo Dylan se detenía justo debajo de mí.

Estaba tan concentrada en Dylan, que se me olvidó cerrar la alforja y la flor se cayó justo detrás de él. Obviamente no hizo ningún ruido, pero le llamó la atención ver una flor arrancada detrás de él. Se agachó y la cogió, para luego examinarla.

–Así que esto es lo que estabas buscando... ¿eh? –dijo atento a la flor.

–Mierda... –susurré cerrando los ojos.

Dylan se fue sonriente con la flor en las manos.

–Ha funcionado. –le escuché decir antes de desaparecer en el bosque.

¿Qué? ¿Qué ha funcionado? No entendí a lo que se refería, pero en ese momento el entender o el no entender a Dylan era mi menor preocupación.

Ahora tendría que buscar otra flor, y rápido. Patapez dijo que no pasara de una semana, pero prefiero no correr riesgos. Cuanto antes lleve la flor, antes se recuperará Hipo. Y antes podré hablar con él.

En silencio, bajé del árbol y revisé que no hubiera nadie. Esta vez con más cuidado, busqué la maldita flor que se supone que crecía mucho por aquí. ¿Cómo puede crecer aquí si no la había visto nunca? Es decir, he vivido aquí por cinco años y jamás había visto esta flor crecer aquí. En fin, no lo sabía. Pero no era momento de pensar en eso.

Busqué por bastante tiempo, demasiado. Se me hizo de noche y todavía no había encontrado la planta. Pero algo hizo que me detuviera en seco y me pusiera en modo de alerta. Todos mis sentidos detectaron algo... algo que haría que todo se complicara.

– ¡Está ahí! –exclamó un hombre que me vio, alarmando a su gigante grupo de compañeros y compañeras que ahora venían hacia mí.

–¡Astrid Hofferson! ¡Detente ahora mismo!

–¡Vuelve aquí!

Yo, obviamente, no me quedé quieta y empecé a correr. No... Todavía no había encontrado la flor... No podía regresar al Confín sin ella...