Un Mundo Sin Ti [[[2ª TEMPORADA]]] [CASTELLANO]

~CAP 2~EL FRUTO DEL PLAN DE UNIÓN.

POV NARRADOR

La laguna estaba tranquila, con una cascada no demasiado grande y con algún que otro pez nadando. El agua era tan cristalina que se podía ver el fondo. El ambiente era acogedor y cálido, con una suave brisa que hacía que sus cabelleras volaran sutilmente.

Pero algo iba mal. Cuando Hipo giró su cabeza para mirar a la rubia, no se la veía con buena cara. Tenía una mirada ensombrecida, pero Hipo podía ver también el sentimiento de culpabilidad marcado en su rostro. Intentó descifrar alguna otra emoción, pero no conseguía sobrepasar ese muro de impasibilidad que Astrid había reforzado por tantos años.

―Hey. ―la llamó, colocando la mano en su hombro y meneándolo suavemente― ¿Qué ocurre?

―No, nada. Es que... Aún me sigo sintiendo algo culpable por encerrarte en Ahozaven... Eso es todo. ―dijo jugando con sus dedos.

―Oye. ―dijo rodando los ojos y la pasó un brazo por los hombros― Ya hemos hablado de esto. ―dijo amistosamente.

―Lo sé, pero aun así no he podido quitarme esa culpa de la cabeza. ―dijo con pesadumbre.

Hipo pensó en maneras de ayudar a Astrid, pero le costaba encontrar una.

―Y... ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor? ―preguntó acomodando su brazo alrededor de su cuello.

Esa era una de las preguntas que Astrid siempre evitaba. La incitaban a pensar en cosas incorrectas y esa no era ella...

―Supongo que... Nada. Ya se me pasará. ―dijo suspirando indiferente.

En más de una ocasión, Astrid tuvo que huir del alcance del castaño por pensamientos más allá de la amistad que asaltaban su mente. Simplemente sentía que no era adecuado que sintiera esa clase de afecto y sensibilidad por su líder. Pero ella sabía esconder sus sentimientos... o al menos por ahora.

En el caso de Hipo, bueno, no era muy diferente. Su situación es incluso peor. A diferencia de Astrid, él no sabe controlar a veces sus acciones y se deja llevar por sus pensamientos. Al darse cuenta de lo que estaba pensando o haciendo, se avergonzaba y sonrojaba, haciendo que huyera inmediatamente. De ahí que todos en Mema sospecharan... Mejor dicho... Supieran que Hipo sentía algo por la vikinga rubia y ruda.

―Bueno... Y... ¿Qué quieres hacer? ―preguntó Hipo rompiendo el silencio lleno de pensamientos y emociones. Astrid lo miró algo satírica e incrédula― Es decir, ya que estamos aquí... Deberíamos recuperar el tiempo perdido. Ya sabes, con tanto trabajo no hemos podido siquiera hablar. ―dijo procurando no dejar fluir sus emociones y pensamientos y conservar su compostura.

―Tienes razón. ―asintió apretando los labios con la mirada al frente.

Hipo la miró y parpadeó brevemente.

― ¿Yyy...? ―la miró exigente.

Astrid se inclinó hacia su cara y sonrió con perversidad.