Un Mundo Sin Ti [[[2ª TEMPORADA]]] [CASTELLANO]

~CAP 29~INDEFENSO

POV HIPO

Dioses, dioses. Thor, por favor. Oh, no.

Rápidamente aparté sus manos y retrocedí, dándome la vuelta para mirarla aterrorizado.

Esto ya me sucedió DOS veces con la misma mujer, y no creo que a la tercera me salve. No tengo a Astrid, no tengo a nadie que venga a detenerla. Y no estaba seguro de que yo mismo fuera capaz de defenderme en esta ocasión. Camicazi dejó una cicatriz después de cinco años que era difícil de pasar desapercibida.

Lentamente, fue acercándose a mí sin dejar de mirarme. A veces me examinaba por completo y pasaba sus ojos por todo mi cuerpo, haciendo que me incomodara aún más. Ni tiempo me había dado a ponerme la camisa seca, lo que no me ayudaba mucho a calmarme.

─D-detente. ─ordené intentando parecer seguro y firme. Pero ella seguía avanzando y eso me ponía más nervioso─ Para. ─repetí sin poder evitar que mi voz temblara.

─Me lo debes. ¿Recuerdas? ─dijo sonriente. Lo que yo recuerdo es un simple beso.

Al estar retrocediendo a cada paso que ella daba, terminé chocando con la pared, provocando que en ese momento ya tuviera los nervios a flor de piel.

Se detuvo casi pegada a mí y me miró desde abajo, ya que yo era más alto que ella. Estaba seguro de que ella podía sentir totalmente mi agitada respiración.

─Tranquilízate, Haddock. ─dijo sonriendo con los ojos entrecerrados mientras apoyaba sus manos justo debajo de mi cuello─ Nadie puede interrumpirnos. Esa idiota de la rubia vendrá en un largo rato. ─añadió justo antes de comenzar a mordisquear y besarme el cuello.

POV ASTRID

Ya me encontraba en mi habitación. Sola y a gusto. Pero, sobre todo, sin Dylan.

Se había hecho de noche, así que decidí ponerme mi pijama e irme a dormir. Pero al tumbarme en la cama y arroparme, sentí cómo todo mi cuerpo estaba despierto. Sabía que esta noche no podría dormir. No después de haber tomado, probablemente, una de las decisiones más dolorosas de mi vida.

Dejar a Hipo atrás y mirar hacia delante.

De todos modos, jamás volvería a estar con él. Y era consciente de que pensar en él no me estaba haciendo bien. Pero verle todos los días tampoco me estaba ayudando.

Me levanté y me dirigí hasta mi ventana, donde apoyé mis brazos y miré a través de los barrotes que esta tenía. Respiré el fresco aire del exterior, el cual visitaba acompañada de guardias.

Miré la preciosa luna y la luz que emanaba de esta, bañando las casas y algunas personas que paseaban por la aldea.

─... ─mi expresión se tornó a una tremenda seriedad─ ¿A quién pretendo engañar? ─me pregunté a mí misma─ Mj... ─solté una risilla mirando al oscuro cielo─ No puedo sacarte de mi cabeza, Haddock. ─dejé salir un largo suspiro de alivio─ Y sé que jamás podré. ─una sonrisa melancólica se asomó por mis labios.