T R E I N T A

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T R E I N T A

Hace una semana fue mi último estudio en el laboratorio. Los muchachos están más que felices. El proyecto fue aprobado y el banco dió el crédito que pidió Maricruz.

Estamos trabajando en el laboratorio de la universidad mientras terminan de habilitar el nuevo laboratorio privado de Mari.

Está en una relación con Peter. Y va en viento en popa.
Rita con Raúl y Manuel de flor en flor.
Los otros muchachos han sacado su maximo en la pasantía.
Andrés, el más callado, sólo sonrie cuando le preguntamos algo. Nicholas  que se une a las andanzas de Manuel y Landon que es el chico que vive dentro de una computadora.
Las chicas son más unidas y alborotadas con decir que ya han arreglado la habitación del bebé y la han decorado. 
Rita es la que se nos une a Mari y a mí mayormente, Claire, Alessa, Samantha y Dory.
Un equipo de puras neuronas y manos.

Maricruz me inscribió en un curso, me ha obligado a asistir a talleres para embarazadas y prepararme para el parto.

—Ya sabes que entramos en el mes... debes cuidarte mucho.

—Si.  Deberíamos ponerle un control cerca, que cuando entre en trabajo de parto nos avise... —como si fuese a nacer el hijo del presidente.

— ¡...Están locos! yo no soy un perro para que me coloquen un rastreador. Además quien me les dijo a ustedes que yo los quiero cerca... —suelto mi respuesta a su grandiosa idea.

—Queremos estar en tu parto... —dice Nicholas

—No...

—¿Y que nombre le pondrás?

—¡No lo sé...! —digo pensando.

—Manuel es muy bonito y de hombres guapos... ¡te imaginás!  —levanta las manos en exclamación— Manuelito...

—¡No...!  ¡qué horror...! ninguno de sus nombres...

Se ríen. Le gusta molestarme.

—Mejor me voy hasta que me vuelvan loca y terminé pariendo aquí.

Salgo, me toca irme sola. No está muy lejos. Marí salió con Peter, y las chicas tenían cosas que hacer. Sólo quedaron los chicos con unos arreglos eléctricos. Ese fue el castigo que le dió el director a ellos por sus estupideces.

Me río al recordar lo último que hicieron. Le colocaron unos electrodos a una silla, y la persona que se sentara sentiría una carga eléctrica, todos habían caído. Y llegó el director del programa y ellos olvidaron desconectar la energía de la silla y elecotructaron el trasero del director.

Y así y muchas más.
Son malos.
Parecen monos con hojillas, son peligrosos y más si están juntos.

Estoy en planta baja. Y llama Mari.

—¿Todavía estás en el laboratorio?

—Acabo de salir del ascensor...  ¿por?

—Deje mi laptop y tengo el informe de la semana allí.  ¿Podrías traermelo a casa?

—Claro...  ¿solo eso?

—Si... y date prisa porqué hay tiempo de lluvia, los relámpagos están adornando el cielo. No te vayas a quedar allí con los desquiciados de los chicos... y tengas que esperar a que amaine la lluvia.

—Ni loca me quedo con esos locos... —cierro los ojos pensando en la escena tan irritante de soportar por más tiempo a esos hombres—  busco tu laptop y me voy. —concluyo.

Presione el botón del ascensor y esperé a que se abriera la puerta.
Unos señores salieron y yo entré.
Apreté el número de mi piso y este empezó a ascender.
Desde la mañana estaba tronando. Desde que llegué a esta ciudad no habia llovido tan fuerte.
Tarareo hasta que se abre las puertas y entro al laboratorio, introduzco mi carnet y la puerta se abre.
Todo está silencioso. 
¿Que se hicieron los zopencos?
Camino hacia la mesa de Maricruz y lejos veo su laptop.
Camino tarareando hasta que cuatros seres con cachos y cara desfiguradas saltan de atrás de las mesas con un ¡¡Boo!!

IntensaMenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora