C I N C U E N T A- y- S E I S
—¿Podemos hablar por favor?
El ya sabía que le preguntaría. Su cara lo decía todo. Cathy sólo dijo que iría a ver más cosas mientras nosotros hablábamos.
Nos sentamos en unos de los muebles de la tienda en que estaba Cath comprando.
Miraba alrededor buscando en que poner la vista mientras hablaba.—¿De que quieres hablar Bella?
—Vi que besaste a Ann —el me miraba algo apenado y en un momento juro que me pareció apesadumbrado pero escondió ese sentimiento.— y claro la cachetada; no se que me sorprendió si lo uno o lo otro.
Sonrió un momento, movia sus manos y luego soltó:
—¿Por qué debería hablar eso contigo?.
—Eres un gran hombre y es sorprendente saber que besaste a una mujer que no te quiere. Y además se ve que se conocen de tiempo, hablo que son viejos conocidos o ¿me equivoco?. —levanté una ceja instando a que conteste
—¿Celosa? Flaca. Tu siempre serás la mujer de mi vida —sonrío por su normal descaro— de verdad, tuve o llegué a pensar que teníamos algo, hace meses. Pero estaba un factor, factor achinado. Y yo solo quedé a un lado y solo fue un pequeño pasatiempo, un mi peor es nada. Se acabó y ya. —juntó las manos frotándolas en señal de que se “terminó”
—¿La quieres aún? O sea, me sorprende que después de embarazada te atraiga sabiendo que es de otro hombre, hablo de que no hay desilución.
Lo miro que reflexiona en mis palabras y la que aún no cae soy yo. Esquiva mi mirada y allí me doy cuenta.
>> Algo me hace pensar que no todo acaba allí.
—Ella tiene cinco meses de embarazo y tomaba la píldora, yo no usaba condón. Y creo que ella también estaba con él. La llegué ver en una de las fiestas de caridad y estaba acompañada de Aaron. Lo nuestro no tenía etiqueta, no le daba razón de mis aventuras y ni ella a mí pero surgió los sentimientos ¡carajo! eso no se pueden esconder y traté de esconderlo pero ellos formalizaron y lo nuestro se extinguió. Pero la vi y mi mente empezó a rebobinar.
—¿Crees que...?
—¡No!. Yo no sé qué pensar. Sólo esta circunstancia es...
—Entiendo. Pero aún no imagino cómo puede gustarte una víbora como ella. —se sonríe mirándome con obviedad— ok, es guapa lo sé, pero no todo es lo de afuera, ok. Ha puesto a mi contra a muchas personas.
—Tiene su forma de ser.
—¿Su forma? Ha puesto a la familia de Aaron en su contra. Y le ha dicho a Aaron que sí no hace lo que dice no dejará que tenga contacto con su hijo. —niego aún incrédula— ¿cómo la conociste?.
—Un club. Ella es publicista y es la mejor, le dió publicidad a la empresa Happy Baby en varias ocasiones y pues tuve relación profesional con ella y además hubo química y...
—Entendí, tuvieron sexo. —ruedo los ojos— sabe envolver a la gente a su antojo imagino que le va bien en su trabajo. —dije con desdén— bueno, si te doy un consejo y allá tú si lo aceptas pero hay millones de mujeres y menos brujas que esa arpía.
—Conmigo no fue así, era linda, inocente y ardiente, combinación perfecta. —se reía al recordar esos momentos, por un instante me dió coraje de que le diera alas y luego se las cortara.
—Inventó que le dolía el vientre luego de discutir y todos pensaron que casi le causé un aborto. Estuve embarazada y sé cuales son las consecuencias de un embarazo de riesgo y ella está perfecta.
Tenía sus codos flexionados en las rodillas y las manos acunando su cara. Frustrado
—No soy un hombre que depende de una mujer para ser feliz, suelo estar con una y luego con otra. Ok —se irguió—, pero estoy cansado, quiero una compañera de por vida que me haga sonreír y ponga mi mundo de cabeza, quiero enamorarme de una verdadera mujer con grandes virtudes que no sean sólo la belleza, quiero a la idónea. —terminó suspirando.
—No te desesperes en cualquier momento llegará, si te apuras puedes escoger mal.
—No hablo de sexo ¿sabes?, Es otra cosa y no se qué. Verla embarazada me ilucionó, se que no es mío, digo: ¿que gana con decir que es hijo de él? Además sí fuera al revés no le faltaría nada, tengo dinero, soy uno de los directores de la empresa y tengo grán parte de las acciones de ésta, no lo preguntaste pero es ilógico pensar eso.
—Sacó a Aaron de su casa. Y es la gran casa. —abro exageradamente mis ojos— Sólo te digo que hagas tu vida pero yo puedo algüir que ella tiene algo y no sólo lo falso de su personalidad y identidad, actúa con alguien de una forma y con otras de otra forma. ¿Has visto como trata a las personas humildes? Es especial a su manera.
—Concuerdo. ¿Eso es todo? —mueve sus cejas arriba y abajo— Aún sigo soltero por si te interesa.
Sonrió negando. Es un caso pérdido. Nos levantamos y nos despedimos con un beso.
>>Y sí te digo que Aaron es un cretino roba chicas, bobalicón que debería estar una vez por todas contigo y no ha hecho nada.
—¡Auchhh...! sí, es un cretino y un gran bobo ese es su encanto. Y de estar conmigo. ¿Quien dice que no está conmigo?
—¿Están juntos? —se sorprendió
—Juntos pero no revueltos, sólo amigos fortaleciendo nuestros valores perdidos. Aún hay amor y queremos ver cómo hacer que funcione. No eres el único que piensa que un hombre necesita su costilla.
—La diferencia que Aaron tiene dos costilla en la cual elegir.
—Pues si no te has dado cuenta, ya escogió. Lo hizo cuando le dejó la casa que por mucho tiempo y esfuerzo reconstruyó a una mujer que se ha levantado contra él.
—Y aún así le pedí volver y ella me dijo que no. Que buscaría la manera de arreglar su relación. —su voz se apagó y quitó su vista de mí.
Peligro.
—¿Como? Esa relación no tiene futuro. No la ama. —entre cierro los ojos imaginándola planeando algo.
—Ya la conocés. Soldado avisado no muere en guerra.
Nos despedimos otra vez con un adiós y un beso, la pobre Cath daba vueltas por el lugar en busca en que entretenerse para dejarnos hablar.
—Cathy ¿Encontraste lo que buscabas? ¿Vistes los biberones con lucecitas?
—Juro que siento contracciones.
—No es el tiempo. —la miro con atención mientras pasa sus manos por su barrigota.
—Es normal solo necesito caminar y respirar y esperar que desaparezca.
—Debes tener cuidado y ya no puedes andar sola. Podrías parir en cualquier momento. Te voy a contar como llegó Ander y gracias a quién
ESTÁS LEYENDO
IntensaMente
RomancePor qué no eres como ella.. Aprende a Charlotte.. Esas eran las frases de mi madre, era común en ella. Y Luigi, jamás fue un padre, ni nada cercano a eso. Mi libertad se dió al salir de esa casa. Ya no soy la hija imperfecta de Mónica de Salvatore...