C U A R E N T A- y- C I N C OMis días en el hospital habían terminado. Justicia divina, lo llamé yo. Sí me quejé por los periodistas la última vez que estuve aquí imaginense esta vez por haber descubierto un fraude de un grupo élite con poderío y que está mezclado con influencias que están en eminencia y sobre todo sumarle que el hombre que está en la cima con una de las empresas familiares que abarca la construcción y el diseño a todo nivel. Innovador, moderno. Se encuentra en un hospital en Boston. Eso llama mucho la atención.
Eso no fue poco para mejorar mi hermoso día post-salidadelhospital. caminaba como mujer recién cesáreada así dijo Marichuy, pero por lo menos caminaba sola. La sorpresa me lleve al entrar a mi departamento y no porque me esperarán con los brazos abiertos y un gran cártel de bienvenida, no, mi casa, mi adorada casa estaba hecha un culo, los chicos lo habían medio “acomodado”, pero desde la sala, mis muebles, los sofá, mis fotos, la cocina había rastro de alguien haber pagado la rabia con mis objetos. Fui a mi cuarto y estaba la cama en su lugar, imagino que los chicos lo acomodaron un poco, mi ropa estaba un poco revuelta así como casi todo, mi álbum de fotos estaba en la cama, estaba bien, no está roto o dañado, imaginé que el cuarto de mi hijo y el de invitados estaba igual.
Suspiré y respire hondo para luego soltar una vez más el aire.—¿No pensarás quedarte aquí? —Chuy me ve con obviedad— vas a quedarte en mi casa, te preparé la habitación que era de Mari —asiento agradecida. Me acerco a mi álbum de fotos y esta se abre mostrando una donde salgo enseñando mi enorme barriga de casi ocho meses, paso el dedo por la imágen con nostalgia.— tu papá antes de irse contrató una compañía para que arreglaran el desastre, ellos vienen mañana. —asiento. A mi derecha tengo al hombre que no me dejó sola en el hospital.
—Sólo son unos días. La próxima semana estarás mejor y así podrás ver a Ander.
Ander... mi chiquito. No sacó nada de mí.
—Si. Tengo que arreglar unos proyectos antes de irme y el asunto de la universidad y eso de las becas... creo que rechazare la entrevista. —volteo y miro a Chuy que está en la puerta de la habitación
—Si es lo que quieres...
—Cuando estaba secuestrada Marcus me dió a entender que había uno más grande que él. Ya saben; de uno grande manda otro grande y sobre ese grande hay otro más grande. Quiero ser discreta e irme. —ella me regaló una sonrisa y Aaron también.
—Vamos... la comida está lista. —salimos y fuimos al departamento del frente que le pertenecía a ella. Aaron hizo ademán para despedirse pero Chuy lo convenció a quedarse.
Un rico guiso de pollo con arroz y ensalada acompañado con un delicioso jugo de mango.
—Está delicioso —la cortejea Aaron
—Como todo lo que hace. —le guiño un ojo a ella que le resta importancia tirando una mano al aire.
El almuerzo estaba exquisito, esto es comer. Aaron se quedó en la cocina hablando con Chuy y me fuí a la sala a atender la llamada de uno de los chicos.
—¿Podemos salir? Estoy aburrida de estar encerrada.
Le digo a Manuel. Pero está trabajando. Le escribí a los otros y están en sus faenas
—Deberías quedarte encerrada. El sábado podemos salir todos.
—Pero de aquí al sábado hay mucho trecho. Quiero salir. Necesito socializar.
—Lo siento preciosa. Para otra oportunidad —colgué con las ganas de ir afuera a hacer cualquier cosa.
Me volteo con mi berrinche interno y me encuentro con Aaron viéndome con una ceja levantada.
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IntensaMente
RomancePor qué no eres como ella.. Aprende a Charlotte.. Esas eran las frases de mi madre, era común en ella. Y Luigi, jamás fue un padre, ni nada cercano a eso. Mi libertad se dió al salir de esa casa. Ya no soy la hija imperfecta de Mónica de Salvatore...