S E S E N T A- y- U N O

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S E S E N T A- y- U N O

Desperté rodeada por unos fuertes brazos, el olor a perfume masculino me sacudió.
Abrí los ojos y Aaron yacía dormido con medio cuerpo bajo el mío.
Estaba desnuda y el también. El recuerdo de la noche anterior me hizo sonreír. Me mimó, me dió atención y lo adoré.
Empecé a pasar mi dedo por su frente y nariz, se veía tan relajado y tan Ander cuando está dormido.
Hasta su forma de respirar y esa cosa que hace de juntar sus cejas o de mover su nariz.
Fue despertando y me apretó más a él.

—Aaron... me aplastas.

—Tú me despiertas en Navidad. Es un castigo.

—Debemos ir a que Ander...

—Deja que se despierte sólo. —me levanto de la cama como Dios me trajo al mundo atrayendo su vista— podemos jugar un ratito mientras duerme —trata de levantarse pero lo empujo.

—No... Voy a ducharme y preparar el desayuno.  Es la primera Navidad de tu hijo con nosotros juntos.

—Ok. —se levanta y yo lo veo fijamente— ¿qué? —pregunta con picardía— dijiste bañarnos y preparar el desayuno.

—Dije: ducharme y preparar el desayuno. —entré al baño y más atrás él.

—Podemos ahorrar agua y luego hacemos el desayuno. —me abrazó pegandome a su cuerpo completamente despierto.

—Aaron... ¿y si despierta Ander?

—Sólo nos bañaremos y nada más, sí es que cambias de opinión no me opongo, lo juro.

—Sólo nos bañaremos —lo señalé con mi cepillo de dientes.

Hicimos el desayuno y juntos subimos a la habitación de Ander.

—¿Por qué duerme demasiado?

—Algo tenía que sacar de mí ¿no?

Entramos a la habitación y Aaron se tiró a la cama de mi hijo y empezó a moverle el cabello, hablarle al oído y hasta hacerle cosquillas. Luchó para que el niño abriera los ojos.
Cayó en cuanto del día en que estábamos y bajo de la cama corriendo hasta llegar al árbol de Navidad.
Bajamos a paso lento de las escaleras abrazados. Vimos al pequeño desesperado porque llegáramos a donde está para abrir los regalos.

—Este es mi regalo —le pasa Aaron una caja a Ander. Éste lo abre olímpicamente y descubre un casco verde con rodilleras y otros protectores de bicicleta.

—¿Ésto es de una bici? —lo miro por primera vez con ojos redondos de tanto que los abrió. Aaron asintió y luego Ander lo abrazó

—Y este es mi regalo —le pasé el mío y como hizo con el anterior lo abrió

—Una cámara para nuestro álbum —nos abrazamos y lo deje entre mis brazos por mucho tiempo.

—Mamá suéltame... —negué— mamá déjame salir... auxilio papá... —Aaron con un cosquilleo hizo que soltara a Ander.

—Tramposos... —me quejo.— viene nuestros regalos —Ander  le pasa un regalo a Aaron y éste lo abre al instante.
Es un reloj, le hice que le diera la vuelta y vió nuestra iniciales plasmada la ele 'L' cruzada con la ka 'K'. Se quitó el que se había puesto y se colocó el que le dimos. Le pasé otro regalo y lo abrió: una foto de los tres haciendo ciclismo en Kelso.
Me pasó su regalo y también lo abrí y es un brazalete de piedras brillantes. Me ayudó a colocarmelo y le di un beso en los labios de agradecimiento a lo que mi hijo se tapó los ojos.

—¿Quieres desayunar? —el asintió— Muy bien, Papi te llevará a cepillarte los dientes y luego bajan.

Pasamos unas navidades increíbles. El veintiocho de diciembre le hice una pequeña broma, ya saben el día de los inocentes.
Pero creo que me pasé con la broma, le hice creer que me iría a Massachusetts, le mostré mi maleta y el molesto la abrió y de ella salió serpientes sintéticas como resoltes de la maleta, su grito fue épico en la historia. Lo siguiente fue verme y salir de allí botando humo como dragón.
Salí tras de él pero corrió y cuando lo alcancé en la puerta se detuvo brusco.

—¿Estás loca?

—Sólo fue una broma... feliz día de los inocentes. —me acerqué y el retrocedió aún agitado por el susto.

—Pensé que me dejabas... me iba a volver loco. Juro que te iba a encarcelar y no dejarte ir. Me prometiste entregar el año junto en familia.

—Sólo fue una broma —me acerco y lo beso en los labios— una pequeña broma... no prometo que no volverá a pasar porqué disfruto hacerlo.

—Disfrutas matarme de un susto. Eres cruel —me río casi en sus labios— Te salvas porque te amo.
Nos separamos y por las escaleras baja mi hijo con las serpientes de juguete riéndose.

—¿Él lo sabía? —yo niego y mi hijo por instinto sale corriendo a la sala de juego, entro a la cocina y Marta niega.

—Te pasaste con la broma Venecia. Ése muchacho casi le da algo.

—Y eso no es todo —me carcajeo— Todo quedó grabado... Eliezer me consiguió esas cámaras que se colocan en los cuartos de los niños para vigilarlos, pues ahora tengo todo captado.

Hace una semana nació el hijo de Alessa y Nicholas. Ella me dijo que instaló ese dispositivo en el cuarto de su bebé y se me prendió el bombillo.

—¿Y de paso lo grabaste? —entra en la cocina un asiático caminando como león luciendo su fuerza.

—¿Qué? ¿grabar? ¿Yo dije algo? Creo que voy a continuar con los diseños —lo esquive y salí pero el hombre me tomó.

—No... me debes una Venecia Kipling. —juntó nuestros labios— una...

Pensé que sólo exageraba pero un consejo no molesten al asiático y sí le echan una broma, creanlo la venganza de el no tiene gracia y no son chiste. El muy hijo de su mamá mientas dormía se levantó y no sólo eso puso una araña mona encima de mi pecho.
No era una tarántula de goma ni de juguete ni falsa, nada, era natural y estaba viva; se movía por mi pecho con sus patas velludas, me quería morir y no no salió un grito de mi garganta, no salía nada sólo lágrimas y más lágrimas, me privé del susto hasta que el muy idiota con su mano esperó que la araña se acomodara en su palma, jadee llorando y alejó su mano donde tenía la araña y se acercó a besarme pero reaccioné rápido y lo cachetee.

—Te odió me pusiste una tarántula encima... ¿estás loco? Me quieres matar de un susto. —le grité

Me miraba muy sereno con sus intensos ojos.

—¿Te iba a matar del susto? ¿Cómo tú me ibas a matar a mí?.

—Era una broma, estúpido… —volví a gritar.

—Y este es una broma cariño. —se acercó cariciandose la mejilla y luego tomó mis cachetes a la fuerza y me besó— Te perdono que me hayas abofeteado porqué te hice llorar pero la próxima te doy unas nalgadas.

—¿La próxima? —le pregunto confusa.

—Amor soy muy idiota y se que cagaré las cosas muy seguido y las bofetadas quizás aparecerán así como las nalgadas.

—Te odio por esto y no se cuándo lo superare.

—Creo que nunca porqué todo está filmado. —me volvió a besar

—Te odio.

Salió de la habitación y me dejó sacudiendome la bata que tenía y donde el colocó la araña.

—Idiota...

Llegó el día de entregar el año y lo pasamos juntos en familia.
El no salió de casa sólo para desearle feliz año a su familia con Ander y luego regresó.
Todo estaba bien, marchando bien de viento en popa.
Pero se acercó el malestar y las contracciones de Anne y Aaron tuvo que ir a atenderla, ella no tiene familia cerca y sólo los Lovecraft son su familia.
Imagino que debe sentirse sola. Pero es una mujer muy dramática y chillona.
Pero estar en su situación es muy delicado y peligroso sólo le deseo lo mejor.

IntensaMenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora