T R E I N T A- y- C U A T R O

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T R E I N T A- y- C U A T R O



Uno, dos y... tres

Un ramo de flores vuela por los aires y cae en las desesperada manos de Rita.
Los gritos, la felicidad, las flores, los aplausos, la familia.
Todo se resume a pura felicidad.






—¡No puedo creer que haya pasado un año desde que te casaste...!

Le doy play al vídeo y quedo hablando con Mari que ya no es mi vecina. Se casó con Peter y ahora mi vecina es Marichuy.

No es tan mal, Chuy es como la abuelita de Ander.
Es un amor.

—Si... y vamos a celebrar mi primer aniversario. Estoy feliz como una lombriz... —dice canturreando— además... me prometió un viaje.

Asentí feliz por ella. Se lo merece

—El feliz es Raúl que se va a casar y ésta Rita ni se diga.

—Mamá tengo hambre... —se acerca mi hijo.

Me levanto del sofá y  busco su merienda, Mari me sigue a la cocina.

—Y ya lo pensaste... o sea, de que Ander forme parte de la escuela de ciencias de la universidad, el área de lingüística. No será el único niño, están los hijos de los otros científicos. Será provechoso para el niño y para ti, es como estar en un maternal y será un niño prodigio.

—¡No lo sé Mari...! lo dejaré por un año y luego si él no le gusta no lo obligare, el tiene que matar sus etapas como los niños normales.

Busco sus galletitas y se la pasó con un jugo pequeño. El nos sigue y se sienta en la mesa mientras nosotras en el sillón.

—Pero si el es como su padre será impresionante —me susurra mientras lo ve como come.

Recuerdo el síndrome del sabio.

—Bueno... el tiempo lo dirá, tenemos competencia, la empresa donde se fueron Samantha, Dory y Claire está surgiendo y nos está opacando, de hecho nos ha quitado clientes. —continua ella

—Has creado los mejores equipos médicos. Te elegirán a ti.

Dejar que a mi hijo lo doctrinen científicos es algo provechoso como a la vez no.
Para mi, me dará tiempo libre para trabajar y el podrá ir a un colegio pagado. Le enseñarán cosas increíbles que cualquier niño de tres o cuatro años le es difícil de aprender.
Mi hijo sabe alemán un poco de lo que le he enseñado y cada vez que Ariel lo llama con Ethan, le hablan en el idioma y éste habla con ellos, el francés es un poco difícil de enseñarle aunque pronuncia algunas palabras y el italiano si lo habla mejor que el francés. Sólo lo básico y dominable.

Recuerdo cuando vino Ariel con Morey y Ethan.
Mi hijo se puso feliz, y no dejaba de hablar alemán.
Tiene sus ventajas aprender de más, sólo espero que sea humilde y de grande esa grandeza no se le suba.

—Lo sé, tenemos empresas que nos invierte con los ojos cerrados, si ellos surgen me alegro por ellos, espero no quedarme abajo.

—La universidad ha dado una gran suma para la restauración de sus edificios, lo que no me cuadra es que eligieron diseñadores que no son de la universidad y buscaron a otros.

Surge el tema que desde hace un año ha taladrado la mente de todos en la universidad y que calla los directivos.

—Ellos tendrán sus razones.

—Viste que tanta pelea entre Alessa y Nicholas no es normal.

Los he visto con arranques y luego hablan en susurros.

—Si... me he dado cuenta, los ví muy cerquita un día cuando entré al laboratorio en busca de algo que se me olvidó.

—Te imaginas encontrarlo en plan de... —le hago seña con las manos de que estuviera teniendo sexo.

—¡No se que haría.! —confiesa.

—Yo me burlaria y le diría que no es un hotel sino un laboratorio para experimentar con equipos médicos no con sexo.

Dije antes de reír con Mari.

—¿Que es seso mamá? —quedé fría.

—Mari  ¿Que es sexo?...

—¡Ah...! es... —el timbre suena y nos levantamos al mismo tiempo y fuimos a abrir.

El timbre nos salvó de una espantosa explicación. Podré ser arquitecta y haber estudiado pero en momentos como estos que son seguidos quedo paralizada.

Aún recuerdo cuando lo corregí cuando dijo una palabrota.

La culpa de los tíos.

En la puerta estaba Manuel con Andrés. ¡Excelente!

Pasaron y fueron a donde está mi hijo.

—¿Que le vas a decir? —me pregunta Mari

—¡No se...! espero que se le olvide.

Nos acercamos a los chicos y ellos nos ven interesantes.

—Chicas ¿que es seso? —no entendieron lo que le dijo mi hijo

—Sexo... —pelo los ojos en busca de ayuda— es...

—Es una terminación que se le da para identificar a una persona, ejemplo Sexo masculino somos nosotros los hombres como tú y yo  —habla Manuel con mi hijo y este le ve muy atento—y sexo femenino como tú mamá y tus tías... O sea, mujer y hombre... Es difícil pero lo entenderás...

—¡Ahh! seso...

Manuel sólo asiente aguantando la risa junto a Andrés y yo roja sin saber que responder.

Nota: tener cuidado de lo que se diga delante de un menor, ellos saben mucho y interpretan conversaciones.

Son muy interesantes...

—Chicos ¿quieren galletas?

Cambiar la conversación siempre es buena táctica.

IntensaMenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora