C I N C U E N T A- y- N U E V E
Como es de esperarse la noticia circuló por una semana completa en el país. De hecho, Mari me llamó porque leyó la noticia en Massachusetts.
Imagino la cara de Anne Brito al ver su foto con la cara arrugada como si hubiera comido limón.
Eso fue semanas atrás y los rankings seguían haciendo hashtag por pareja del año Venecia Kipling & Aaron Lovecraft, bajo la foto de nosotros besándonos.La Navidad se acercaba, ya no la pasaría con mis mexicanos. Lo bueno que aquí hay árboles naturales.
Había comprado regalos sólo de enviarlos a USA.
Lo que no comprendía desde meses atrás es ¿cómo ha durado la relación de Manuel y Crystal a distancia?
Crystal recién llegó de viaje de visitar a Manuel. Ella viaja y el me dijo que tenía pensado venir a visitarla.Crystal ya no tenía tiempo, siempre trabajaba en el hospital y cuando tenía un tiempito salía con Anne y ya la amistad que teníamos había mermado a la nada.
Es una gran chica y se que serán una linda pareja. Manuel es un hombre especial, ya lo saben: fue como un padre para mi hijo y siempre estuvo cuándo lo necesité. Aveces lo llamo y habla con Ander y durán horas y horas hablando, Chuy ha viajado a México y a Cambridge muy seguido y cada vez que hablamos la pequeña Pamela se despierta y tiene que atenderla.
Es una Navidad sin mis amigos. Tuve la tentación de echarme una escapadita para Massachusetts. Pero no, es la primera Navidad de Ander con su familia de sangre.
Las invitaciones a las fiestas llegaron: los Lovato, no sólo la de Navidad sino la de Noche vieja y la fiesta de año nuevo, mis abuelos con sus socios y por supuesto estará Charlotte y Salvatore. Marta y Cath aceptaron ir a Sauble a Casa Magda Santos con los Santos. Aaron nos invitó a pasarlo con él y lo estoy dudando lo bueno que estarán mis hermanas, mi papá y Shadia. Lo que me choca es la presencia de Anne.En resumen mis primeros días de diciembre fue adornar la casa y eligiendo los regalos.
Mi hijo me acompañó a todo, él se veía feliz, ilusionado y entiendo cuándo era pequeña quise pasar las fiestas en familia pero eso no se me dió.
Aaron había comprado una bici sin rueditas cómo lo quiso Ander y por un momento me asusté porque mi chiquito es muy inquieto y sin ruedas que lo ayude a estabilizar, pues imaginense mi nerviosismo por el tema. Lo que me recuerda el día que Aaron nos llevó a Kelso y hicimos ciclismo, mi pequeño no dejaba de hablar de todo lo que veía.
—Mamá sí papá me va a dar un hermanito ¿tu me darás uno también? —miraba a Cath que entretenida moldeando las galletas de chocolate como de árbol de Navidad, miro y me sonrió pero no sabía cómo responder.
—Algún día, quizás quiera tener más hijos. Tía Maricruz siempre dice que uno no es familia aunque creo que viendo las circunstancias sí lo somos.
—Entonces mi regalo de Navidad es tener un hermanito. —dice el pequeño dándole con el rodillo a la masa que le pasó Cath.— ¡viste...! tengo fuerza. —decía cuando la masa quedaba plana en el mesón.
—Ese regalo no depende de mí sino de Dios y no tengo quién me ayude a darte ese regalo.
—Yo puedo hablar con mi papá y el te ayuda. Papá te quiere mucho.
–Lo sé, pero no es fácil. Un bebé no solo se desea.
—¿Mamá de donde salen los bebé? Porqué Matty estaba en la barriga de Catherine. —me ve esperando una respuesta— yo también estaba en tu barriga, yo ví las fotos pero no entiendo como llegué allí.
—¡Ahh! fácil. Tú papá te pudo allí.
—¡Venecia! —me regañó Cath y la miré con gracia
—Es difícil, tu creces dentro de mí a partir de ser una cosita así, como una semillitas —señalé el diminuto tamaño con mi dedo índice y pulgar— y creciste así como Matty y el resto es lo que vés aquí afuera.
—¿Entonces papá metió a mi hermanito en la barriga de Anne? —esa deducción pasó amargo por mi cuerpo. Asentí posando mi vista en las galletas acomodadas en la bandeja— Y podemos hablar con él para que ponga uno dentro de tí. Yo me encargo —dijo restándole importante con sus manos, parece tener más años de lo que tiene.
—Mejor dime: ¿que quieres que te regale mamá?. —cambiar la conversación sería sensato.
—Ya te lo dije mamá un hermanito.
—Algo que si te pueda dar.
—¿Por qué no me puedes dar un hermanito?
El timbre suena y Cath deja de moldear sus galletas y va abrir la puerta.
—Porqué necesita un papá y yo no lo consigo.
—¿Papá quieres ser el papá de mi hermanito? —volteo lentamente y veo como Aaron rodea a Ander en un abrazo.
—¿Como así? —me mira y luego se irguió y fijó su vista en Ander sin entender.
—Mamá me va a dar un hermanito pero no tiene papá. —le dice juntando sus cejas cosa que lo hace ver idéntico a su padre y el hombre a escuchar lo que su hijo dice también las junta dándome una clara demostración que llevar en tu vientre nueve meses a tu hijo no significa que se parezca a tí al contrario es el clon del padre versión diminuta.
—¿Estas embarazada? —sus cejas se mantenía muy juntas y el ceño fruncido, cruzó sus brazos esperando respuesta, Cath continuó con su labor de darle formas a las galletas y roja por las ganas de reír.
—Yo... ¿No?
—¿No?... ¿No sabes?
—¿No sé qué?
—Si estas embarazada —puso sus manos en garra.— pensé que tú y yo... —nos señaló
—¿De qué hablas?
—¿Te acostaste con él?
—Aaron con el único hombre que he dormido es con tú hijo. —su semblante cambió pero seguía la duda.
—No me hagas ésto ¿estás o no estás embarazada?
—¿Tú qué crees? —ahora soy yo que cruza los brazos.
—No respondas con otra pregunta. Si o no.
—Dime por favor antes de que me saques los cálculos Aaron Prince ¿qué fue lo que dijo tú hijo? —fuí al refrigerador y llené un baso con agua.
—Qué le vas a dar un hermanito pero no tiene papá.
—¿Y?
—Estoy confundido.
—No estoy embarazada. Ander quiere un hermanito de regalo de Navidad. —miro a mi hijo y Aaron también lo mira y él se sonríe. Empecé a tomar mi agua que sabía a impaciencia
—Dí que sí. —le dice Ander— Yo lo cuidaré cómo Daniel a Gaby. Quiero un hermanito pero tienes que poner la semillita dentro de mamá. —escupí el agua que estaba tomando y Cath no se aguantó y comenzó a reír.
—Con mucho gusto meto la semillita dentro de tú mamá. Cuando quieras —me dijo mirándome y qué mirada que prometía mucho.
—¿A qué venías? —le dije casi molesta y alterada por sus palabras de hace un segundo.
—¿Me estas corriendo? Auchhh... invitarlos a cenar.
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IntensaMente
RomansaPor qué no eres como ella.. Aprende a Charlotte.. Esas eran las frases de mi madre, era común en ella. Y Luigi, jamás fue un padre, ni nada cercano a eso. Mi libertad se dió al salir de esa casa. Ya no soy la hija imperfecta de Mónica de Salvatore...