S E S E N T A

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S E S E N T A

—Deberías decirle que se vaya, está arruinando la cena, además no es parte de esta familia.

Había aceptado ir a la casa de los señores Lovecraft, pensé: estarán papá y mis hermanas incluso Crystal.
Quería que Ander tuviera su fiesta en familia como debió ser siempre.
Estaba nerviosa. Ansiosa y feliz, me coloqué un vestido plateado que tenía su propio brillo y unos zapatos iguales altos, a Ander lo vistió Aaron y fue un traje negro completo con un saco rojo. Estaban guapos; lo que me desagradó no fue la actitud mezquina de la familia sino las indirectas bien directas de Anne y por último su dramatismo: empezó a llorar diciendo que arruiné su familia -una que nunca firmó- y que me fuera y bla bla bla, lo bueno que a toda esta circunstancia mi hijo se reía y mis hermanas lo acompañaba y creo que eso la cabreó más, en fin ella aprovechó de actuar cuando Aaron fue al despacho a recibir una llamada de Ethan.
Vi que mi papá fue a la cocina con Christine y más atrás me fui yo. 

—Es mi hija. —se excusó

—Arreglalo, tú no la conoces, no la conocemos es una Kipling y de seguro salió a su familia. No quiero que por su culpa le pase algo a Anne.

—Hablaré con ella.

Escuchaba como papá no defendió mi posición. Tiene razón sólo soy una aparecida.
Decido intervenir y dejar todo claro.

—Disculpe la molestia me iré. —miro a papá— no hace falta que hables conmigo escuché lo que debía escuchar, ya Ander y yo nos vamos. —dí la vuelta y me detuvo Christine.

—Ander se puede quedar es parte de la familia, tú no, él es un Lovecraft a él lo dejas —asentí, tiene razón. No voy a dejar que mi hijo pierda una oportunidad con su familia.

—Entiendo, por favor llevenlo mañana temprano. —salí de la cocina decidida a irme, escuchaba como Arthur me llamaba pero no me detuve, tome mi abrigo y comprobé que traía la llave del auto, me acerqué a Ander para hablar con él, todos estaban entretenidos, las gemelas en su celular, Shadia hablando con Anne y Kim, Ander jugando con un auto de control remoto— Chiquito —lo llamé— Mamá tiene que irse —el se acercó y frunció su ceño— Tú te quedarás aquí y mañana nos vemos ¿vale?. —el seguía con el ceño fruncido, miraba a su alrededor en busca de una respuesta a su pregunta interna, se encontró con la mirada de Arthur y Christine en nosotros, tomé provecho y me levanté y fuí hacia la puerta.

—Yo quiero irme contigo mamá —habló por fin mi chiquito, negué con la cabeza— sí, no quiero estar aquí sí no es contigo —tenía un nudo en la garganta.

— ¿Que sucede? —preguntó un Aaron confundido recién llegando al living.

—Mamá se quiere ir papá, y me quiere dejar aquí.

— ¿Por qué? Venecia. —ahora es Aaron que frunce su ceño y me mira impaciente.

—Pregúntale a Arthur y a tú madre, yo me voy y pasa tiempo con tu hijo y por favor llévalo mañana temprano.

Ya había abierto la puerta para marcharme pero el llanto de mi hijo me detuvo.

—Llévame contigo mamá, no me dejes solito.

Mi corazón se estrujó.

—No te quedas sólo querido te quedas con nosotros, somos tu familia. —le habló Christine.

—No quiero estar aquí —se soltó de la mano de Aaron y vino hacia mí— quiero contigo mamá. —sus ojitos brotaba gotas de lágrimas gigantesca que salpican en mi corazón.

—Lo siento Aaron, se que es tu primera Navidad con tu hijo pero no puedo dejarlo así, lo siento —lo tomé de su manito temblorosa y me fuí. Aaron no dijo nada. Ander con la mirada se disculpaba con su papá.
Monté a mí hijo en el auto y le puse su cinturón, hice lo mismo y me fuí a mi casa.

IntensaMenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora