T R E I N T A- y- T R E S

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T R E I N T A- y- T R E S

Toda madre desea ver a su hijo caminar por primera vez, es increíble, lo sentí, lo experimente y lo grabé, dando sus primeros pasos, gateando, balbuceando palabras que no entendía, ví como se emocionaba cuando Alessa lo llamaba y el con sus cortos pasos la alcanzaba.
Cuando Manuel le dió su primera pelota y le enseñó a patear, pateaba todo lo que veía, ropa, juguetes, plantas, me metió en problemas con muchos vecinos por patear sus puertas.

Aprendió a tirar besos, a todas las chicas que veía, Nicholas lo enseñó a tirar besos. Según él: es un galán nato.

Las chicas lo adoran y a cada rato me piden permiso para salir con mi hijo.

Los chicos como siempre los vigilo ya que si le bajo la guardia son capaces de enseñarle locuras inapropiadas a mi hijo.

Me dice: Ma' y aveces mamá, pero como dice con facilidad: joder, lo escucha de los bárbaros de sus tíos y lo repite.

Rita se le declaró a Raúl y éste al principio huyó y luego regresó con la cola entre las patas, esos dos se aman.

Maricruz está que se vuelve loca con la boda.

—No debemos tardarnos, Raúl sé quedó con Ander y el le da puros dulces y luego no me duerme —me quejo.

—Tranquila mamá, está con Manuel y el pobre te tiene miedo, y con Rita —habla Maricruz.

—Enserio... vámonos, quiero estar con mi hijo.

—Ok. Tu debes divertirte, eres joven y aprovecha que los chicos adoran a tu hijo.

—Tienes razón... pero mejor otro día.

Salimos del centro comercial y entramos en mi auto.

—Dejé mi celular en la casa y no he llamado por mi hijo, puedes marcarle a Rita. —le pido a Mari.

—Le escribí hace poco y acababa de merendar.

Enciendo el vehículo y fui camino a mi departamento. Deje el carro en el estacionamiento privado y entré al ascensor con ella.

— ¿Nerviosa por la boda?

—Pues... un poco, ya sabes ...es estresante

—No dejas de ver el teléfono, tranquila. Todo saldrá bien.

—Es dentro de unas semanas...

El ascensor paró en mi piso y salimos.
Saco la llave y trato de abrir la puerta.

Un salón llenos de globos con un veinticinco en grande.
Un pequeño asiático con un ramo de rosas, mi papá con su familia, mi familia y mis amigos hasta Marichuy.

— ¡¡…Feliz cumpleaños!! —gritan todos.

Quedé en shock, procesando todo. Mi familia vino de visita.

—¿Como supieron...?

Cerré mis cuentas, todas mis redes sociales y abrí nuevas con mi segundo nombre: Eugene Kipling, así los Lovecraft no sabrían de la existencia de Ander.

—Pues tienes unas hermanas aparte de guapas encantadora —dice Landon y estas se sonrojan a la par.

—Eso es increíble... gracias.

Termino de entrar y Mari cierra la puerta detrás de mí, y mi hijo me echa los brazos:

—Ma'

—Cosito de mamá...  ¿tu sabías y no me dijistes nada?

El sólo asiente.

—Pues como creés que no lo vamos a celebrar.

—De verdad gracias... pensé que mi cumpleaños pasaría por debajo de la mesa este año. No tenía ganas de celebrarlo. Gracias por todo.

Empezaron a repartir pasapalos. Mi hijo come y come.

— ¿A que no crees...? Aaron terminó con miss gobernanta —sí así le dicen a la chica con quien sale Aaron— y ahora anda con una modelo de londres que reside en Toronto.

— Keley...  no molestes a tu hermana —la regaña Shadia.

—¡Es verdad...! ella debería saber. Dime: ¿ya tienes novio?

—No... aún no.

—¿Y que tal aquel? Pelean mucho... y los polos opuestos...

—No... sólo amigos.

Las chicas no se convencieron.

—Voy a llevar al bebé a su cuarto... —me levanto para tomarlo del mueble donde veíamos una película pero Manuel se paró.

—Yo lo llevo. Tranquila.

Agarró a Ander y se fue a la habitación y yo tras de él.
Le abrí la puerta y lo acomodó en su camita.

—Bochinchó mucho... dormirá hasta tarde.

—Eso espero.

Se irguió y quedó frente a mí. Nos vimos un instante

—Quiero comprobar algo... —fue lo que dijo antes de pegar sus labios a los míos, yo también quería comprobar si había química, física o cualquier materia que nos uniera.
El beso siguió hasta que la falta de aire nos separó

—Besas increíble... pero no siento lo que debería sentir. Y una relación con derecho a roce no es lo mío, ya no. Eres increíble y te has ganado mi cariño y el de mi hijo, no dañemos esto...

—Pienso igual ¡...beso increíble! ¿Cierto? —idiota— y sólo era para comprobar, no hay ni química ni física ...pero ¿me das el número de tu excuñada? De verdad esta buena...

—Eres un idiota —le doy un manotazo— mejor vamos afuera no vayas a despertar a mi bebé.

Mi papá se había ido y quedaron mis hermanas y mis amigos.

—El director se ha reunido conmigo y me ha dicho que buscarán otro laboratorio.

—¿Y eso? —pregunto

—No lo sé... me huele a gato encerrado, había personas vestidos de negro con él

—Espero que no haya problemas... —dice Andrés— me han pedido ser profesor. Es un nuevo paso.

—Guao... y eso que eres calladito, ya te veré hablando hasta por los codos.

—Y echándole los perros a las estudiantes —dice Nicholas

—Bueno las malas noticias vuelan primero...

— ¿Y que se siente tener veinticinco? —pregunta una de mis hermanas

—Igual que veinticuatro pero con un año más...

Recuerdo el regalo de Aaron y me trae nostalgia.

—Ya es media noche, deberías descansar... —dice Manuel mientras se para y los demás hacen lo mismo.

Nos despedimos y me quedo con las chicas.

—Me gusta Landon...

—A mi Andrés...

—Chicas tienen doce...

—Vamos para trece, y tienes amigos muy bonitos que están de un...

—¡Epa...!

—Lo siento Nechi...

— ¿Mañana podemos ir al laboratorio?

—Claro... sus padres no se molestan.

—Y así vemos a los chicos… —gritan ellas. Adolescentes

IntensaMenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora