C I N C U E N T A- y- C U A T R O

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C I N C U E N T A- y- C U A T R O

Ellos regresaron a su lugar, yo a mi rutina, diferente, las semanas transcurrían y mi “amistad”  seguía con Aaron, le dejé claro las cosas, sólo eso, todo apuntaba hacia mi como la culpable de la ruptura de una relación, mis salidas con Eliezer y Christopher eran constante, Cath se nos unía al grupo, era diferente todo. Mi hijo se la pasaba con su padre y luego conmigo, aveces coincidimos en ir juntos para complacer a Ander, Ariel nos dió una noticia y esa es su embarazo, para algunos su vida empieza a florecer. Cath de siete meses y medio igual que Mari, Alessa de cuatro meses y medio y lo que me recuerda que Ann tiene casi cuatro, y Ariel tres. La familia crece y llena de felicidad.

Mi redes sociales fueron activadas otra vez y pude subir mis fotos para que todos fueran testigos de mi alegría.

Mi trabajo estaba culminado y la casa de Christopher estaba finalizada, dentro de pocas horas haría una pequeña reunión para celebrar.

Gracias a Landon que creó una página web pude exponer mis trabajos finalizados y no sólo en USA sino aquí en Canadá me ha llovido solicitudes para mis diseños y ser cabecera de obras.
Estamos finalizando el mes de agosto y a minutos de la casa en Sauble Beach en un hotel deje mis cosas.
No podía llegar a “Casa Magda Santos” (así fue el nombre escogido por Christopher) con las manos vacías, es una ciudad costera, hay muchos establecimiento pero muy diferentes a los rascacielos de Toronto, sus atardeceres son hermosos es como no estar en la ciudad con el bullicio de los autos, con menos luz artificial se puede apreciar las estrellas en su esplendor, que se extiende desde cada extremo y no tiene fin.
Dejo mi auto en el estacionamiento de un local: Sauble's Marketplace, las puertas automáticas se abren ante mi persona y el frío del lugar me arropa, un vestido floreado de un color pastel hasta los pies y escotado en mis hombros y unas sandalias de correas negras es mi conjunto para esta apertura, me quito mis lentes de sol y me los coloco como cintillo, él no me dijo que llevara nada así que opté por unos Doritos y una salsa de maíz, algunos refrescos y ya.
Me pasee por la estancia y me quedé en el área de productos personales, tomé la crema corporal de coco y un acondicionador de aceite de oliva, fui a tomar el champú pero por reflejo mire al otro lado del pasillo y vi a un hombre alto, rubio aunque su cabello ahora estaba un miel oscuro por su corte bajo y con esos ojos grises, no me fijé de la marca del champú sólo lo tome y fuí a pagar. <<Sólo es producto de mi imaginación>> me dije, fui algunas terapias de psicólogos y según experto no me afectó como a otras mujeres, habían varios cajeros y pague rápido, no llegué muy bien al estacionamiento y active el auto y monté las cosas en el asiento de atrás, entré y respiré agitada, hice ejercicios de respiración. Saqué mi teléfono y marqué al número de Jacob Kipling. No esperé a que hablara cuando solté todo:

—¿Por qué no me dijiste que Stephen Walcott no está preso?.

Sólo la respiración escuchaba a través del teléfono.

—¿Por qué? ¡Dime! —insistí

Es difícil. Sólo duró dos años y su familia tiene mucha influencia, por bien comportamiento y un exámen de un  problema mental y fue libre.

—¿Así de fácil? Y ¿Mi justicia qué?

Lo lamento hija no quisimos darte malas noticias y él se iría lejos de aquí y se distanciaria de tí y tengo entendido que estuvo internado en una clínica psiquiátrica en Halifax.

—Ya no importa. —las lágrimas quieren salir pero me niego a derramar más por algo tan vil como él— Nos vemos después, saludos a la abuela.

Antes de arrancarlo vi, se subió a una camioneta con algunas bolsas, quizás el tenga un problema pero me hizo daño.
Arranqué y fuí a la casa.
Había varios autos afuera. Christopher invitó a papá y por supuesto Shadia vino, el resto es el personal de obra y familiares.
El portón tiene el gran “Casa Magda Santos” es un diseño original, su color es rosa viejo con los pilares marrones que lucían el tejado, y un gran cobertizo que da la bienvenida.
Me miré en el retrovisor interior y me enjugue el resto de agua que había bañado mi cara, no me había maquillado, estaba natural y lo agradecía porqué o sino tendría un problema con eso ahora.
Bajé lo que traje para el compartir y me fui directo a la cocina, todos se encontraban en el jardín trasero, miré por la ventana de la cocina los invitados de Chris, respiraba agitada por lo de hace un momento y cerré los ojos esperando a que se me pasara.

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