C I N C U E N T A- y- U N O
—Sí Venecia, queremos saber ¿te enamoraste? —esa voz no es femenina y el único hombre es Aaron, me volteo y su cara inexpresiva me enfrenta.— estoy ansioso por saber.
Mis ojos se agrandaron y todo quedó en silencio esperando mi respuesta.
—La verdad es que...
Un llanto me calla y enseguida corremos a donde están los niños. Mi nerviosismo ante la respuesta que iba a dar fue sustituido por el susto de que algo sucediera.
La puerta de la sala de juegos estaba abierta y lo primero que vi fue a Ander en el suelo llorando y al frente de él a Daniel en garras y detrás de éste una Gabi asustada.
—¿Qué sucedió aquí? —pregunto mientras levanto a mi hijo y todos esperamos una respuesta. Éste se aferra a mi abrazado.
—Él me ha empujado —llora señalando a Dani.
—¿Por qué haz hecho eso? —lo regaña América.
—El besó a mi hermana —se cruza de brazos el niño.
Mi hijo llora desconsolado.
—¿Y es malo eso? Sólo fue un beso mamá —sigue llorando.
—Papá me dice que cuide de mi hermana de niños que besan a niñas —lo reta con unos ojos azules intenso como los de su mamá.
—Sólo fue un beso, ella es mi amiga. ¿cierto Gabi? —mi hijo que sigue abrazando mis piernas busca con su cabeza el contacto visual de la niña y ésta está roja como un tomate. Ternura eso es lo que impregna.
Ella asiente y todos quedamos callados sin saber cómo reaccionar.—Pídele perdón Daniel a Ander por empujarlo. —éste está renuente— hazlo, son amigos y los amigos se dan cariño ¿cierto? —nos pregunta y todos los adultos asentimos.
—Perdón Ander por empujarte es sólo que estaba cuidando a mi hermana. —juega con sus manos.
—¿Puedo cuidarla contigo? Yo también tendré una hermana ¿cierto papá? —Aaron asiente nervioso aún en la puerta.— Gabi ¿te molestó mi besito? —ella niega sonrojada con una sonrisa.
Se acerca a él y le regresa el beso frente de todos en la mejilla ahora roja de mi hijo.>> ¿Quieres ser mi novia? —le preguntó y todos nos vimos las caras. Es hora de intervenir.
—Chicos vamos a merendar en el comedor, han jugado todo el día y tienen que descansar. —Cath tomó la mano de Daniel que miraba confuso y se lo llevó y luego llamó a Gabi que antes de irse trato de hablar:
—Pero el chinito me ha preguntado... —la halo Cathy
—Le he dicho que no soy chino, soy coreano. —me dijo irritado mi hijo viéndome la cara.
—Los niños no entienden... —le recuerdo.
—¿A quien saldría Ander de tímido? —se burló América por el atrevimiento de preguntarle a Gabi si quería ser su novia.
—Obvio que Aaron.
—A Venecia.
Dijimos los dos al mismo tiempo.
—Creo que es momento que antes de que Ander salga a merendar hable con su papá. —le miro la cara a Aaron— ¿cierto papá? Necesitas hablar con tu hijo. Una conversación padre e hijo. Pensé que la tendríamos más adelante pero estos niños de ahora. —afirmo lo dicho negando con la cabeza mi incredulidad. Y sale América y yo con la intensión de seguirla. Él me detiene.
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IntensaMente
RomancePor qué no eres como ella.. Aprende a Charlotte.. Esas eran las frases de mi madre, era común en ella. Y Luigi, jamás fue un padre, ni nada cercano a eso. Mi libertad se dió al salir de esa casa. Ya no soy la hija imperfecta de Mónica de Salvatore...