Orión Black

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Orión Black es un completo idiota.

— ¿En qué piensas tanto? — Dominique Weasley, siempre tan obstinadamente metiche.

— En nada.

— No me jodas. Tienes esa cara que pones cuando comes grageas sabor vomito. — tan perceptiva.

Orión Black, eso ocurre. Orgulloso, testarudo, siempre viviendo como si fuera su ultimo día en el mundo. Pero a la vez, actuando como si fuera a vivir para siempre. Jodidos genes Black ¿Qué les pasa a esos hombres? ¿Con qué se alimentan?

— Déjala en paz Nique, esa es su cara de todos los días. No sería una Malfoy si no aparentara oler mierda las 24 horas del día. — Se burla Régulus Black pasando la página de su ejemplar de "Pociones revitalizantes o brebajes ilegales" mientras mira de reojo a una de sus mejores amigas.

— Recordaré mencionarle eso a mi madre en vacaciones de navidad, no creo que esté muy feliz — responde Sirah tratando de relajar su ceño fruncido mientras su mejor amigo finge cara de terror.

Claro que Regulus, el hijo menor de Sirius Black, es completamente lo contrario a su hermano, son dos caras distintas de la misma moneda. Pero Orión Black, ese idiota, creído, pervertido y obstinado no hace más que caminar sacando pecho como si creyera que nadie más tuviera derecho a respirar el mismo aire que él. Capitán del equipo de quidditch de su casa, un Gryffindor desde los dedos de sus pies hasta el último perfecto cabello negro de su cabeza. Cree que debe seguir el legado de su padre y sus tíos, también cree que debe romper el récord del hombre que más faldas ha levantado en Hogwarts. Siempre seguido de su grupito de revoltosos e igualmente estúpidos secuaces, nada menos que Maxon Malfoy, Teddy Lupin y Michael Wood.

Se hicieron inseparables desde el momento en que pisaron Hogwarts en su primer año. Claro que ya eran inseparables desde antes, pero quedar en Gryffindor fue como una inyección de adrenalina y estupiditis para ese cuarteto de orangutanes con cabello perfecto. Se creen una clase de Dioses cuyo deber es provocar caos por donde pasan.

— No entiendo que hacen ellos aquí — cuestiona Dominique, frunciendo el ceño, más por sorpresa que por disgusto, mientras dirigía su mirada hacia donde veía su mejor amiga.

— Esto es la biblioteca Nique. No hay mucho que deducir. — le responde Regulus sin dejar su lectura y sin cambiar su expresión de calma.

— El simple hecho de que sea la biblioteca, es lo que lo hace increíble. — divaga Dominique, mientras Sirah suspira y trata de volver a concentrase en su lectura. — Probablemente se perdieron.

Perdidos

Piensa Sirah, parecen todo menos perdidos. Aunque no puede condenarlos a todos por igual, Wood es incluso tierno, Lupin es increíblemente alto y tan desgarbado como su padre, la voz de la razón en ese grupo, quien trata de mantenerlos al margen evitando que los expulsen cada vez que meten la pata. Maxon Malfoy, su hermano mayor, cuyo cabello castaño estaba demasiado largo para el gusto de su madre y sus ojos grises eran idénticos a los de su padre, estaba determinado a hacer que Lucius Malfoy se retorciera en su tumba.

Un Malfoy en Gryffindor

Amigo de un Lupin

Su sangre purísima mezclada con la sangre sucia de la mejor amiga de Harry Potter

De reojo, Sirah observa como caminan entre los estantes, fingiendo que buscan algo mientras ríen de cualquier estupidez que haya dicho Black.

Orión Black. Si lo pudiera describir con una canción escogería "it's my life de Bon Jovi". Siempre viviendo al límite, sin temer a las consecuencias de sus actos, sin temer pisotear a quien sea que se interponga en su camino. Solo mueve un poco su largo cabello negro, parpadea con esas pestañas ilegalmente largas y pone esa sonrisa marca Black que definitivamente heredo de su padre y ya tiene a todos ganados. A todos, excepto a Sirah.

Una fiel copia de Sirius Black, excepto por sus ojos azules. Del color exacto de las flores Pensamiento que Hermione tiene plantadas en el jardín de la casa. Pero ahí, su único defecto, justo en la parte superior de su ojo izquierdo hay una mancha café. Heterocromia, lo llaman. No tiene arreglo.

Sirah no lo odia. Simplemente le fastidia, detesta que las personas se crean superiores a otros sin tener motivos. Siempre ha creído que ser hijo de alguien no te da derecho a nada, las cosas las ganas por tu valía, lo que fácil viene fácil se va, dice siempre su madre. Detesta que Orión trate siempre de fastidiarla, siendo la mejor amiga de su hermano dos años menor, siendo también, su prima política y siendo una serpiente. Lo cual parece ser un pecado mortal para él. Después de sus 9 años no han logrado entablar una conversación decente sin que el chico diga alguna estupidez y lo arruine todo.

Pero, sobre todo, Sirah detesta que pueda ser tan poderoso incluso sin practicar, sin estudiar, sin esfuerzo. No lo envidia, es simplemente una desconfianza que no hace más que crecer.

No pudo divagar más pues sintió como su mejor amigo le sacudía el brazo

— Vamos, ya mi hermano te ha visto — Dice mientras le da en la cabeza a Dominique con un pergamino enrollado para tratar de despertar a la pelirroja que babeaba sobre su brazo. — No quiero que Madam Pince nos prohíba la entrada a la biblioteca cuando comiencen a discutir — otra vez, le escucho murmurar, un movimiento de su varita y todos los pergaminos y las envolturas de chocolate que ilegalmente metieron a la biblioteca, ya estaban en sus mochilas. Y Sirah junto a su mejor amigo arrastraban a una confundida y adormilada Dominique hacia la salida.

— ¡Eh, Malfoy! — se escuchó, literalmente en toda la biblioteca.

No, no, por favor. Sirah miraba la salida con añoranza, solo unos metros más.

Sintió como le tomaban el brazo derecho y la obligaban a voltearse, delicadamente.

— ¡¿Qué pasa contigo, Black?! — trató de no alzar la voz, aunque juraba que podía sentir la mirada penetrante de Madam Pince en su nuca. Logró ver por encima del hombro de Orión como su hermano mayor se acercaba con las manos en los bolsillos y un poco más atrás lo seguían los demás. — Suéltame.

— ¿Por qué siempre tan a la defensiva? — pregunto con una media sonrisa y sus ojos brillantes, podía leerlos como a un libro abierto, pura burla.

— ¿Por qué siempre tan entrometido?

— Si me permiten opinar — escuchó a Regulus a su lado, pero no aparto su vista del tonto que tenía al frente. — Podemos seguir con este cuestionario en el pasillo — juró que pudo sentir como Dominique rodaba los ojos a su lado mientras soltaba un bostezo, estas escenas eran comunes desde siempre.

— Deja a mi hermana en paz Orión — Maxon trató de parecer enojado, pero su tono burlón solo hizo que la sonrisa del pelinegro se ensanchara más. Sin embargo, Orión le soltó el brazo y cuando Sirah estaba a punto de darse la vuelta para salir por fin, sintió como la lanzaban contra una espalda, igual que un costal de papas.

— BLACK, BAJAME ¡YA! — vocifero furiosa, no le gustaba llamar la atención, no le gustaba perder la compostura, no sabía si le gustaba que Black provocara todo ese desastre en ella.

— No hasta que aceptes salir conmigo, Malfoy. — comenzó a caminar hacia la salida mientras Sirah golpeaba su espalda y trataba de evitar que su cabeza chocara con el trasero del pelinegro. Merlín, que trasero. Juró que iba a tener pesadillas con la risa de los idiotas orangutanes con peluca.

— ¡Señor Black y señorita Malfoy! A la oficia de la directora ¡Ahora! — Sirah solo tuvo que levantar la vista un poco para ver la expresión furiosa de Madam Pince y deseó que a se abriera un hueco en el piso de la biblioteca para que se tragara a Orión Black.

Si, definitivamente Orión Black es un completo idiota.



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Hola a todos! Me costó mucho convencerme a mi misma de comenzar a escribir esto, pero estoy feliz de que por fin esta hecho. Comenzaré introduciendo un poco a los 2 personajes principales.

Se que esta primera parte es larga y tediosa, pero es necesaria para comprender el resto de la historia. Algunas partes se enfocarán en distintos personajes y no solo en los protagonistas. Al final esto abarcará a toda la tercera generación y como me imagino que puede haber sido su vida en Hogwarts.

Espero que les guste leer esto, tanto como a mi me gusta escribirlo.
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Sirah Malfoy ||  Tercera Generación || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora