Un Ángel Llora

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Pablo y Nikolas se reunieron en secreto para poder hablar tranquilamente sin sus superiores. Tenían la misma mentalidad y la misma meta; El bien de sus clientes y el bien de la pequeña. Después de todo lo sucedido, tenían que llegar a un acuerdo, el caso no podía empeorar, por qué de ser así, la niña pasaría dentro de una casa hogar sin acceso a visitas.

Por muy egoísta que sonara, preferían trabajar entre ellos dos, por qué se suponía que para eso eran los abogados, ver por lo bien y no empeorar las cosas, pero Diego y Matías ya no se preocupaban por el caso, por qué los problemas, ya estaban siendo personales, ver quién de los dos hacia lo mejor y cuál buffet era digno de representar a los grandes imperios de México.

Su madre hablaba con el, temas no importantes, solo hablaba del viaje que iba hacer a Las Vegas dentro de poco, iría a celebrar su matrimonio por el civil con Boby, le restó importancia, pues esa palabra era lo que menos quería escuchar.

-¿Y la fundación de Ford no te a llamado?- pregunto su madre al ver qué no le prestaba la mínima atención.

-No y espero siga así. No quiero involucrarme con ellos, a mí nadie me va a humillar tampoco me voy a humillar, después de todo, ellos eran los que necesitaban de mi dinero.-

Bebió de su café y siguió viendo su computadora.

-Y Talía que te dice sobre "mi adorable nieto".- sonó sarcástica mientras mordía su panque.

Emilio la miro al escuchar el tono en el que hablo. -Nada lo mismo, anda que no se aguanta.-

-Que mal por ella, digo un embarazo es muy pesado y cansado. ¿Cuánto tiempo tiene?-

-Casi los cuatro meses. Creo...-

Niurka lo vio y a sus adentros solo le gritaba que tan pendejo era su hijo, bueno, eso no lo dudaba, por qué sabía manejarlo a su antojo.

-Y como van los problemas con Joaquín.-

-Dime sin rodeos que quieres saber madre, me desespera que solo hables dudosa.- hablo con la irritación que sentía desde la tarde anterior.

-Respetame Emilio, solo te estoy preguntando por qué me preocupas, eres mi hijo, me importas, quiero saber cómo van los problemas con el pendejo que tenías por esposo.- Niurka con la mirada fría supo hacer callar a su hijo.

No le contesto y volvió la vista al computador.

-Vendran hacer una supervisión a la empresa, el juez lo solicitó.- hablo Emilio.

-Por mi no hay problema, por qué las acciones de Joaquín están intactas, jamás las hemos tocado, por eso es que se las voy a comprar.-

Emilio tenso su quijada, su madre lo vio fijamente sin parpadear, su cara se ponía pálida y trago duro.

-¿Que paso?-

-Tengo que irme.- tomo sus cosas y salió de la casa de su madre.

Niurka solo reía sarcástica, nadie la hacía idiota y cuando Emilio apenas iba, ella venía de regreso. Quién se estaba hundiendo solo a mitad del mar era Emilio por aborazado.

Llegaron corriendo al jardín de niños, por suerte la campana no había sonado aún.

-Genial papi, todo lo hicimos muy rápido, siento que me cansé.- dijo Samantha y acomodo su mochila.