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Su mente daba vueltas, buscaba respuestas, trataba de recordar, pero su estúpida mente cerrada no le daba más que obscuros recuerdos.

Bebió otro trago más, estaba frente su computadora, viendo a la nada, pellizco su nariz, suspiro y solo escuchar entrar a Roy, quién lo miro preocupado, pero solo se sentó frente a su escritorio esperando a que su amigo volviera a la realidad.

—Milagro, hasta que te das cuenta que ya estoy aquí.— dijo en broma Roy quien traía consigo unas carpetas negras.

—Perdona hermano, es que, hay algo que no me deja dormir.—

—Es lo que confirma tu cara pálida, que sucede?— pregunto mientras veía el contenido de las carpetas.

—Hace días, Matías hablo conmigo, y que las demandas que e tenido con Joaquín siguen tan intensas como al principio, pero lo que nunca habían mencionado con los abogados de el, es que, Joaquín aborto, entiendes eso?—

Su frustración era exagerada, pero empeoró cuando vio el rostro de Roy.

—Entiendo, te dijeron que Joaquín aborto, pero nunca te dijeron que día, o cuál fue el motivo.— susurro inquieto.

—Exacto, aunque... No sé si fue por la vez que peleamos o no se, no se que más pensar.— vio el rostro de su socio quien no le prestaba atención. —Wey quieres decirme que pasa?—

—Perdon, pero creo que el rollo de Eduardo se salió de las manos, y... Desde que el se fue hemos tenido problemas con los inversionistas Chinos, ya que el fue quien también firmó los contratos, y otra cosa, está demandando a la empresa, cuando lo despediste, no hubo motivo razonable. Por lo tanto tienes que dar la cara como dueño y presidente.—

Genial, Eduardo, no le había visto la cara desde la última vez que lo encontró con Talía, aunque fueron buenos amigos, y aunque supo que el fue quien le quitó a la mujer que su amigo quería, no tenía las agallas ni ganas de verle la cara, su empresa estaba bajando de posición, y aunque odiaba aceptarlo, Eduardo era un buen partido dentro de su equipo.

—Jodeme.—

—O hacen las pases o todo se va a la mierda, lo segundo sería una perdida irreparable, nos demandan por incumplimiento de contrato, se le tendría que pagar a los trabajadores y se vería perdido todo el dinero invertido en los traductores y todo lo que hemos hecho hasta ahorita. Así que solo tienes una opción.—

Tener que hacer las pases con Eduardo, golpearía su orgullo, o era eso, o se arriesgaba a perder millones de dólares.

Parecía que distraer su mente en algo, era buena idea, después de que Juanita y su madre le ayudarán a guardar todo lo de su hija, se propuso a salir adelante, quizá con el tiempo el dolor se sentiría menos.

Renata tenía un vientre demasiado grande, parecía una bolita, le habían dicho el sexo del bebé, todo indicaba que era una niña, pues Diego brinco de emoción cuando se enteró, no lo vio, pero todo lo escucho desde su habitación.

Llegó hasta donde su hermana estaba recostada, tocó levemente la puerta y ella le sonrió, invitándolo a pasar.

—Como estás gruñona?— susurro bajo, evitando ver hacia su vientre por qué de una u otra manera si dolía.

—Muy bien, aunque la bebé se mueve mucho más y me duele.—

Renata lo miro fijamente, sabía y entendía como se sentía su hermano menor, lo que sucedió semanas antes ya no quería recordarlo, por qué, lo que importaba era que Joaquín comenzaba a seguir su vida.

Un Ángel Llora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora