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Otro día sin un sol, otra noche sin ninguna estrella, otro día gris, junto a una ilusión rota.

Emilio jugaba con Sam en la sala mientras Joaquín limpiaba los muebles. Su labio ardía, y como no, después del golpe de Emilio, su labio se partió, y se le mostró morado.

La pequeña rizada no era tonta, y sentía la tensión entre su papi y su papá.

—Papi que es el amor?— pregunto cuando Emilio se dejaba hacer un peinado de muchos chonguitos de la pequeña que jugaba que tenía una estética.

El mayor se mostró tensó, jamás imagino que su pequeña le llegará a preguntar eso, pero lo que más le sorprendió, es que no tuvo respuesta suficiente para la pregunta.

—Es cuando dos personas que aman mucho y...—

—Y tienen bebés y son felices siempre, así como en los cuentos?— chillo la pequeña, mostrándole su espejo a su papá para que vea que gran peinado le hizo.

Joaquín río sin chiste cuando escucho la respuesta de Emilio.

—Claro amor, así... Valla que gran peinado señorita, cuánto le debo?—

—un millón de besos y mucho tiempo juntos..— río la pequeña corriendo a los brazos de su papá. —Tu amas a papi?—

Su pequeña lo hizo de nuevo, ¿Que iba a responder a la inteligencia de Sam?

—Claro amor..— dijo cuando dejó un beso en su frente.

La pequeña amaba cuando su papá la mimaba y daba besos, y cuando se dejaba hacer esos chonguitos chuecos que ella veía en las revistas que su papi tenía para hacerle peinados nuevos.

El timbre sonó, anunciando la llegada de la mala vibra.

—Mami, que gusto que hayas venido, espero tu si sepas hacer la comida que más me gusta, por qué parece que en esta casa no les gusta atenderme como me gusta..— hablo Emilio en tono fuerte para que Joaquín lo escuchará.

La mamá gallina que era Niurka, jamás dejaba que Joaquín le hiciera la comida favorita de Emilio, y siempre ponía en duda su capacidad para cocinar o para llevar las tareas de la casa, tachandolo de inútil.

—Pero que porqueria es está Joaquín, se nota que no conoces los gustos de mi hijo, Emilio jamás se comería eso lleno de grasa, y ve esto, café? Por dios Emilio nunca a tomado café, el puros tées, seguro el café es tuyo, por eso siempre tomas esas pastillas para los nervios y para dormir... Y mira como tienes a la niña, deberías ponerle atención, está subiendo de peso, eso es malo..— y miles de cosas más llegaba a reprocharle en la cara al esposo de su hijo.

—Para tu información Niurka, está es mi casa, aquí hago y deshago lo que se me de en gana y deja de joderme,.si te parece lo que hay si no lárgate..— dijo apretando los puños tomando con fuerza la mesa.

Pero la suerte, Joaquín jamás la tenía, por qué Emilio escucho todo, estallando todo su coraje, como pudo le entrego a Sam hacia a su abuela, diciéndoles que deberían ir a comprar cosas para la comida.

Joaquín lo retaba con la mirada, esperando el primer golpe del día, una vez escucho el portazo, Emilio se regresó hacia el, tirando de su brazo, soltandole el primer golpe en la mejilla, para después con su puño golpear su estómago.

Los gritos de desesperación se hicieron presentes, rasguños en el rostro de Emilio comenzaban a sangrar.

—Ya déjame por el amor de dios.— grito Joaquín cuando Emilio dio una patada a su pierna.

Un Ángel Llora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora