AMBERLuego de comentarle a mi madre que me quedaría en lo de Tania hasta tarde haciendo una "maratón de películas", me dirigí a mi habitación para colocarme una blusa manga larga y una pollera escocesa ajustada, con unas zapatillas negras en los pies.
Tomé mi maquillaje y lo coloqué en mi cartera para utilizarlo una vez dentro del auto, en caso de que me cruzara con mi madre en mi salida.
Arriba de mi ropa de fiesta, me coloqué un largo tapado gris que cubría mi atuendo a la perfección.
Por fortuna, mi madre no se encontraba merodeando por la casa cuando caminé hacia la entrada, y luego de despedirme con un corto grito, atravesé la puerta y me introduje dentro del vehículo.
Luego de 20 minutos andando, ya me encontraba estacionada en la puerta de la casa de los mellizos, la música se escuchaba atrapada entre las paredes de la casa, y unas luces de colores se reflejaban en el ventanal de la sala principal.
Me apliqué el delineador en el segundo ojo mientras me miraba en el pequeño espejo del auto, para luego dirigir mi mirada hacia el otro lado de la calle.
La única luz en casa de Devon era la pequeña lamparilla de afuera que colgaba al lado de la puerta. Luego miré a la ventana de su habitación, que estaba oscura, y supuse que el morocho ya se encontraba en la fiesta.
Me quité el abrigo y lo deposité en el asiento del pasajero para luego salir del vehículo y comenzar a caminar.
Entré por la puerta principal para hacerme paso entre la gente, intentando encontrar a mi amiga.
Reconocí a Jack al pasar frente a un grupo de jóvenes, este ahora me analizaba de arriba a abajo sin descaro para luego encontrar mi mirada y lanzarme un beso.
Conteniendo las ganas de vomitar, continúe mi camino hasta encontrar a Tania sentada en un sillón junto con Matthew, parecían estar hablando bien entretenidos, porque no notaron que ahora me encontraba de pie frente a ellos.
Tosí nerviosa para que se percataran de mi existencia. No quería interrumpirlos, pero no estaba segura que otra cosa hacer allí sola.
–¡Amber! –se emocionó mi amiga–. Ven, siéntate.
Su tono de voz delataba las copas que llevaba encima, Tania me ofreció un espacio a su lado con energía.
–Hola Amber, le estaba contando a Tania de nuestro pequeño secreto de la semana pasada en el evento de tu padre. –me explicó Matthew, quien también parecía un poco atontado por culpa del alcohol.
Exageré una mueca de sorpresa.
–¡Matthew! Se suponía que era un secreto –bromee–, Tania, recuérdame no volver a confiar en este hombre.
Mi amiga ahora se reía con fuerza, y observé como Matthew se le quedaba mirando sin disimular la adoración en sus ojos.
¿Acaso estaba sucediendo algo entre ellos?
Al notar que claramente los había interrumpido, decidí dejarlos solos.
–Iré a servirme algo para tomar. –les avisé para luego levantarme.
Me dirigí hacia la cocina, y al atravesar la puerta de cristal, me encontré con una sorpresa.
El único allí dentro era Devon, que se encontraba al lado de la ventana fumando.
Parecía estar de un humor particular.
Nos encontramos con la mirada mientras yo me dirigía con paso firme hacia la mesa en dónde estaba el barril de cerveza.
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El heredero de fuego [Terminada]
Romance"El universo ha jugado a invertir los roles, y esa rubia de ojos verdes había sido enviada para enseñarme una lección." Cuando Amber se ve obligada a mudarse a Portland, tiene que despedirse de su vida en Nueva York y su escuela de elite para termi...