AMBERToda la semana me la pasé aprendiendo junto con mi padre sobre este nuevo mundo al que estaba a punto de entrar una vez que cumpliera años.
Todos los días luego de clases, me sentaba a escucharlo hablar por horas y entrenaba en el gimnasio de mi casa distintas técnicas de protección.
Estoy segura de que había entrado allí una sola vez desde que nos habíamos mudado, para usar la bicicleta estática. Todo lo que se relacionaba con ejercicio me llevaba a pensar en natación, y era demasiado doloroso recordar que esa parte de mí ya no se encontraba allí.
Para el viernes, ya era una experta en golpear la bolsa de boxeo, y mis reflejos se agudizaban más y más cada vez que mi padre me intentaba derribar. Nunca había pasado tanto tiempo con él, siempre había sido un hombre misterioso y de pocas palabras.
Claramente, no lo conocía tan bien como creía, y todavía me costaba aceptar el hecho de que mi padre ha peleado con criaturas sobrenaturales antes de formar nuestra familia.
También estaría mintiendo si digo que no se me ha cruzado por la cabeza el relacionar todo esto de los cazadores de oscuridad con las cosas inexplicables que le sucedían al morocho.
Luego de ver la mayor parte del partido, me despedí de Cora y mi amiga con la excusa de que tenía mucho que estudiar, para luego retirarme de allí lo más rápido posible.
Eran las 7:45 p.m. cuando llegué a casa, y al atravesar la cocina, me encontré con mis padres con sus tazas de café en la mano.
Parecían haber estado hablando de algo importante, de lo que claramente no querían que me enterara, porque ambos se miraron en silencio el momento en el que atravesé la puerta.
–Hola. –los saludé con una pizca de incomodidad por culpa de la clara tensión en el aire.
–¿Qué haces aquí tan temprano? Creí que te juntarías a comer con Tania luego del partido. –me preguntó mi madre con curiosidad.
Mi plan inicial había sido ir a la fiesta luego del partido, solo que había disfrazado la fiesta con "una comida con Tania" para evitar preguntas.
Pero una vocecita en mi cabeza no había dejado de repetirme que debía seguir entrenando.
–Supuse que si le cancelaba y volvía temprano podría entrenar una vez más antes de irme a dormir. –les expliqué a mis padres.
Mi madre también sabía sobre el mundo oculto en mi familia. Aparentemente, ella convenció a mi padre a "retirarse" luego de una dura pelea contra un infrano.
–Amber, ya has entrenado lo suficiente hoy –me dio la contra él–. Ve a divertirte y despeja un poco la mente, lo necesitas.
La miré a mi madre intentando buscar una aliada, pero todo lo que obtuve de ella fue una mirada expectante y cómplice.
Era una de las pocas veces que ella no interfería ante una situación como aquella, y supuse que mi madre estaba dejando que él se hiciera cargo de mi entrenamiento y preparación. Después de todo, ella no sabía realmente lo que implicaba ser cazadora.
Suspiré rendida luego de unos segundos antes de sacar mi celular del bolsillo de mis pantalones, tendría que llamar a Tania para pedirle la ubicación del lugar.
Lo único que sabía al respecto era que la fiesta sería en el bosque nacional de Portland, pero no tenía idea de dónde quedaba eso.
–De acuerdo, pero entrenaremos mañana a primera hora. –le impuse a mi padre.
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El heredero de fuego [Terminada]
Romance"El universo ha jugado a invertir los roles, y esa rubia de ojos verdes había sido enviada para enseñarme una lección." Cuando Amber se ve obligada a mudarse a Portland, tiene que despedirse de su vida en Nueva York y su escuela de elite para termi...