DEVONLuego de escuchar como Amber intentaba amenazarme, me levanté de la cama y me preparé para continuar con el juego que ella había comenzado.
Abrí la puerta del baño con cuidado para procurar que la rubia no me escuchara, y una vez dentro, comencé a quitarme la ropa.
Antes de entrar, la escuché cantar por lo bajo e intenté no reír al respecto para que no me descubriera.
Una vez que me deshice de todas mis prendas, intenté correr la cortina con cuidado para hacerme paso en la ducha.
Amber se encontraba totalmente sumergida dentro del chorro, y no se percató de mi presencia hasta que abrió los ojos.
La observé entrar en pánico por el susto que le había provocado, y reí al ver como intentaba pegarme en el pecho.
–¡Deja de asustarme de esa manera! –chilló por arriba de la lluvia.
Era la segunda vez que me encontraba en una ducha con ella, y luego de echarle un buen vistazo a su cuerpo mojado, recuerdos de aquella primera noche volvieron a mi mente.
Embobado con su figura, me acerqué a la rubia ahora de espaldas y pegué nuestros cuerpos con cuidado, para correr su cabello a un costado y comenzar a jugar con su cuello.
–Devon, no tenemos tiempo. –me advirtió ella por lo bajo.
–Tenemos tiempo de sobra. –le susurré al oído.
Podía notar como Amber intentaba resistirse ante mis caricias, y antes de poder ganar la batalla, volteó para mirarme con seriedad.
–Tú tendrás tiempo de sobra, pero yo todavía tengo que secarme el cabello y maquillarme. –protestó ella antes de volver a sumergirse en el agua.
La observé correr la cortina para tomar una toalla y dejarme solo dentro de la ducha.
Bufé como un idiota al reconocer que me había rechazado, y procedí a usar el shampoo de la rubia.
Mientras me terminaba de enjuagar el cuerpo, escuché como la puerta se abría y cuando salí de la ducha, me encontré con Amber pintándose los ojos con dificultad.
Su cabello ahora se encontraba seco y supuse que había usado el secador mientras yo terminaba de ducharme.
No entendía muy bien porque se ponía todas esas cosas en la cara, sí lucía más linda con el rostro natural.
Pero una de las cosas que había aprendido con mi madre era nunca ser tan idiota como para discutir con una mujer sobre eso, así que la dejé trabajar mientras envolvía una toalla a mi cintura.
–¿Qué hora es? –pregunté con tranquilidad mientras me acercaba hacia ella.
–Las 7:38 p.m. –contestó mientras prendía su celular y luego volvía a su tarea.
–En unos minutos debemos salir.
Hablé mientras me dirigía hacia la habitación, dejándola sola en el baño.
Tomé mi maleta y la abrí arriba de la cama, no tenía ni la más puta idea de lo que ponerme. Mi madre habla agregado a último minuto un par de cosas que si fuera por mi, ni siquiera hubiera pensado en traer, y no sabía bien lo que tenía dentro.
Me puse a revolver y aproveché para colgar el maldito traje que me había enviado mi padre en el perchero.
Me encontraba únicamente en bóxers y calcetines cuando Amber volvió a aparecer, la rubia me miraba con una sonrisa divertida mientras yo continuaba buscando unos pantalones.
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El heredero de fuego [Terminada]
Romans"El universo ha jugado a invertir los roles, y esa rubia de ojos verdes había sido enviada para enseñarme una lección." Cuando Amber se ve obligada a mudarse a Portland, tiene que despedirse de su vida en Nueva York y su escuela de elite para termi...