Capítulo 8: Sammy's

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DEVON

Escuché la campana que indicaba que el periodo había comenzado para luego caminar junto con Thomas hasta la clase de ciencias, nuestro cabello todavía se encontraba mojado por culpa de la ducha que nos habíamos dado luego de entrenar.

Nos introdujimos dentro de la clase un segundo antes de que la señorita Collins comenzara a tomar asistencia y nos dirigimos hacia nuestros asientos sintiendo su mirada en la espalda.

Al llegar a mi butaca, me senté para luego tomar de mi mochila mis apuntes, esparcirlos por la mesa y escuchar como la profesora comenzaba a hablar sobre átomos y cosas que todavía no lograba comprender.

Luego de unos minutos, noté que la rubia a mi lado se encontraba en su lugar, demasiado quieta, y decidí dejar de prestar atención a la señorita Collins para dirigir mi mirada hacia mi compañera de mesa.

–Espero que sepas que tú serás el cerebro de esta mesa, porque no se me da para nada bien la ciencia –bromeé para luego observar como Amber se limitaba a reír por lo bajo–. ¿Te encuentras bien?

Puede que no haya sido de mi incumbencia, pero tenía una repentina curiosidad por saber qué le ocurría.

–Si, es solo que... Lo lamento –la miré confundido, no entendía que era lo que lamentaba–, por lo que ha sucedido el viernes, digo.

No podía creer que todavía se encontrara avergonzada por eso, reí como respuesta.

–No te preocupes rubia... ¿Así que nunca te habías emborrachado antes? –pregunté picandola.

Amber ahora me miraba con ojos de sorpresa.

–¿Como sabes eso?

Su inocencia me divertía.

–Me lo has dicho tú, ¿recuerdas?

Amber se encontraba perdida, y parecía estar peleando con su mente para que le proporcionara los recuerdos perdidos en el alcohol.

–No...

–¿Ah no? Si mal no recuerdo, iba seguido de un "no quiere decir que ningún tío me haya visto en ropa interior" o algo así. –jugué a imitar el tono de voz que había usado Amber aquella noche al decir esas palabras.

Observé cómo sus mejillas comenzaban a adquirir un color rojizo, se estaba sonrojando.

–Que horror. –dijo entre dientes mientras tomaba su cabeza con ambas manos.

–No te preocupes, de veras. –la intenté tranquilizar, todavía riendo.


–¿En dónde se encuentra Tania? –pregunté con intriga.

Thomas me había pedido que lo llevara a casa, porque su hermana se había apropiado del auto.

Era miércoles a la noche, y decidimos ir a cenar a Sammy's junto con Thomas y Matthew, nuestro bar favorito de hace unos cuantos años.

Luego de llamar a Thomas y avisarle que se dirigiera hasta mi Jeep, condujimos junto con él hasta el restaurante.

Eran las 7:30pm, y nos encontrábamos a mitad de camino.

–Se ha robado el auto para ir al centro comercial con Amber –contestó con poca gana–. Sabes, ahora que se ha conseguido una amiga, me quedaré sin auto... No me cae muy bien esa rubia ricachona.

Reí ante su repentina molestia.

–Deberías estar feliz por tu hermana. –lo corregí tranquilamente.

El heredero de fuego [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora