Capítulo 11: El don

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AMBER

Abrí los ojos con dificultad para notar que Tania todavía dormía en el colchón a un lado de mi cama. Luego de que la habitación dejára de dar vueltas, me levanté silenciosamente de mi cama para dirigirme hasta el baño y encontrarme con unas grandes ojeras. Un sutil delineado todavía presente en mis ojos me recordó que la noche anterior había hecho el esfuerzo por quitarme el maquillaje antes de irme a dormir, pero claramente no había hecho un buen trabajo.

Decidí tomar un rápido baño para intentar disminuir el mareo, y quitarme el olor a tierra y cigarrillo que mi pelo había adquirido.

Aquel aroma me hizo recordar los sucesos de la noche anterior, Devon me había besado y, aunque no me he besado con muchos tíos en mi vida, estaba segura que aquel había sido el mejor beso que me han dado en toda mi vida.

Recuerdo sentir la electricidad entre nosotros, habíamos conectado, como si ambos supiéramos exactamente como besar al otro.

De repente, me encontré frente al espejo, sintiendo mis propios labios con mis yemas de los dedos. Un ruido proveniente de mi habitación me había despabilado, haciéndome volver a caer en la tierra.

Me veía ridícula, como una niña que acababa de dar su primer beso.

Me asomé por el marco de la puerta para notar a Tania ahora despierta, con el móvil en la mano mientras protestaba.

–¿Qué haces despierta tan temprano? –me preguntó con voz matutina.

–¡Son las 11:00! –exclamé desde el otro lado de la habitación.

–¡Exacto! –protestó, haciéndome reír.

–Me daré un baño rápido, pero puedes entrar si lo necesitas. –le expliqué mientras me dirigía hacia la ducha y encendía el agua caliente.

Luego de quitarme el pijama, corrobore con la mano que el agua se encontrara a temperatura, pero por desgracia estaba demasiado caliente, haciendo que me quemara la piel.

–Mierda. –exclamé por lo bajo mientras escuchaba detrás mío como Tania entraba al baño.

–¿Qué sucede? –preguntó con tranquilidad.

–Nada, me he quemado.

Ajusté el grifo que dejaba salir el agua fría, la ducha ahora se encontraba a una perfecta temperatura.

Noté como el vapor comenzaba a inundar mis alrededores, el agua ahora no llegaba a quemar mi piel, pero calentaba cada rincón de mi cuerpo, haciéndome recordar un evento de la noche anterior que no lograba comprender.

–Tania, ¿sigues ahí? –pregunté por arriba del ruido de lluvia.

–Si. –contestó ella con la boca llena para luego escupir lo que supuse que era pasta dental.

–Ayer, antes de que sucediera... Tú sabes que. –comencé.

De repente, el pronunciar aquellas primeras palabras me avergonzó, así que decidí ambientarla sin decirlas.

–¿Antes de que tú y Devon se besaran? –me molestó.

–Si, antes de eso, un tío rubio intentó... –pensé como explicar lo que había sucedido sin exagerar las cosas–... no lo sé, me ha pedido que bailara con él, pero luego comenzó a decirme que quería quitarme el vestido y... puede que le haya escupido en la cara como respuesta –comenté–. Creo que se llamaba Jake, o James.

–Jackson –me corrigió–. Menudo idiota si me preguntas.

Reí ante su comentario, para luego continuar mi relato.

El heredero de fuego [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora