Capítulo 17

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Mariana y Lauri la escucharon con atención el viernes cuando Mel les dijo lo que esperaba que sucediera el fin de semana de la fiesta de los colores

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Mariana y Lauri la escucharon con atención el viernes cuando Mel les dijo lo que esperaba que sucediera el fin de semana de la fiesta de los colores.

—¿Vamos a quedarnos en el hotel entonces? —inquirió Lauri—. ¿Durante toda la noche?

—Sí... es decir, reservé dos habitaciones, una para nosotras tres y otra para Ferrán y su hija. Aprovecharemos el fin de semana para pasarla juntas, ¿no les parece? ¡Será genial! —añadió.

Mariana la miró con sorpresa y luego observó a Lauri.

—Definitivamente el amor ha hecho maravillas en ti —dijo Lauri.

—No es amor, solo somos amigos... Quiero ayudarlo en este momento, Mariana, tú que eres madre podrás entender lo mal que se siente —dijo buscando la ayuda de su amiga.

—¿Por qué lo odia la niña? —preguntó la mujer.

—No lo sé, no he preguntado detalles...

—Pero todo puede salir mal, ¿no lo crees? —irrumpió la mujer.

—Si uno de tus hijos se enfadara tanto contigo que dejara de hablarte, ¿no harías lo que fuera por solucionarlo? —inquirió.

Mariana vio la desesperación en su mirada y entendió todo en un minuto. Solo el amor podría llevar a alguien como Camelia a mover cielo y tierra para ayudar a Ferrán, era obvio que ella sabía cosas de él que no compartía con ellas y era por eso que le resultaba tan importante darle una mano.

—¿Para qué necesitamos estar cerca? —quiso saber Lauri.

—Para ayudar si se diera el caso... —añadió—. Y porque las necesito...

—Vamos, Lau. ¿Nunca has hecho una locura por amor? —dijo Mariana y guiñó un ojo a su amiga, Mel iba a protestar y a decir que solo eran amigos, pero Lauri sonrió al entender el contexto que Mariana le presentaba—. Ayudemos a Mel...

—Sí, está bien... —admitió Lauri—, pero espero que al menos Ferrán te lleve a la cama y te deje sin aliento en agradecimiento —añadió.

—¡Lau! —gritó Mariana que luego se echó a reír.

Mel ya estaba acostumbrada a las bromas de tinte sexual de Lauri, y aunque aún no se sentía cómoda, tampoco le molestaban.

***

El sábado por la mañana, el hotel estaba alborotado, era la fiesta de los colores, un evento anual que se organizaba durante un fin de semana y para el cual solían venir personas de distintas localidades a disfrutar de las atracciones. Mel le había dicho a Ferrán que podría ser divertido llevar a Paloma a la fiesta ya que se llenaba de niños y adolescentes que disfrutaban en la espera del momento más divertido: el domingo a la noche, la lluvia de colores. Ante su insistencia, Ferrán asintió y ella le regaló un vale de fin de semana en una de las habitaciones del hotel.

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